Por Emilio Guerra Díaz
Este 5 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Voluntario. Esta conmemoración se estableció porque la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas decretó el 17 de diciembre de 1985, la festividad mundial y desde entonces se fijo esa fecha para reconocer el aporte de ciudadanos que se involucran en el bien común.
En la actualidad la empresa se ha transformado en excelente aliado para impulsar el voluntariado dentro de la corporación o fuera de ella apoyando distintas causas sociales y de maneras muy distintas: desde apoyar con mentores, hasta financiar el desarrollo de actividades donde se fortalezcan grupos voluntarios. Sin embargo el alcance mayor de un programa de voluntariado empresarial estará en función de la manera en la que detone ciudadanía, entendida ésta como el asumir compromisos y responsabilidades que incidan en el bienestar colectivo y participando en actividades independientemente de las que hace el gobierno.
Por ello, ya sea a través del Programa de Responsabilidad Social Corporativa o de su fundación, una empresa puede sumarse a la tarea de potenciar la participación ciudadana mediante el voluntariado. Hace algunos años recibí un premio por un artículo que escribí y que se intitula “La Empresa como Educador Cívico” y entre las tesis que ahí expresamos es que la empresa es capaz de establecer procesos internos que, basados en principios éticos, el colaborador los vive en la empresa con la motivación de recibir un salario, pero cuando las iniciativas están fundamentadas en la coherencia y congruencia empresarial son capaces de trasladarse a la vida familiar por parte del trabajador. Lo mismo sucede con el voluntariado corporativo. Si una empresa decide incursionar en este campo, acabará involucrando también a los familiares y a sus grupos interesados.
En un principio, organizar un grupo voluntario dentro de la empresa parece un reto de grandes dimensiones. En cierta manera lo es, porque en muchas ocasiones a quienes se les asigna esta tarea enfrentan dos cuestiones: 1) No han sido voluntarios y 2) No vislumbran las variantes principales que deben abordarse para un exitoso programa.
En algunos casos los noveles coordinadores de voluntariado corporativo acuden a asesores y firmas de consultoría especializada en responsabilidad social corporativa para solicitar guía. Pero se recomienda tener cuidado con las consultorías que ofrecen crear programas similares cuando ni siguiera han tenido alguna experiencia en crear alguno; sus consultores no han sido voluntarios, o bien, sólo proponen acciones para dar visibilidad a la empresa.
Un programa de voluntariado corporativo puede ser un fin o un medio y los alcances y formas de trabajo, así como sus resultados, serán distintos dependiendo de la vertiente que se decida tomar.
¿De qué depende alguna de esas condiciones? No hay una sola respuesta, así puede ser una decisión que tome un ejecutivo, el director de recursos humanos, el gerente de RSE, el director de la fundación, etc. También la experiencia ha mostrado que en algunos casos directivos han declarado crear una fundación y contar con un programa de voluntariado se hace para cubrir requisitos que marca el Distintivo ESR. Otros más argumentan que si los competidores tienen lo suyo, pues entonces habrá que hacer lo propio, pero mejor. En estos casos se reacciona prudentemente porque persiste la idea de que desarrollar esas áreas representa un gasto adicional.
Algunos elementos que se deben considerar al crear un programa de voluntariado son: 1) Los objetivos y alcances que se quieren; 2) Definir una matriz sobre el manejo del tiempo voluntario en su relación con la empresa, 3) Definir iniciativas y acciones que pueden estar alineadas a la misión de la empresa y de su fundación. Faltaría anotar otros 6 considerandos más, pero estos tres primeros son muy útiles para ilustrar los pasos a seguir y que definirán si el programa es un fin o un medio.
Por otra parte, también es importante señalar que algunos programas de voluntariado corporativo desean establecer alianzas con organizaciones civiles y el entendimiento entre ambas es otro desafío. Encontrar actividades en común, tiempos y acciones para coordinarse con cada una de sus fortalezas plantea un mutuo entendimiento. Pero corresponde en gran medida a las organizaciones tener la capacidad de desarrollar y proponer actividades que sean de interés para la empresa y ésta se pueda apoyar en el expertis para lograr impacto en la comunidad.
Ya Expok ha publicado muy variadas colaboraciones donde otros colegas y quien escribe han abordado la relación empresa – organizaciones civiles en materia de voluntariado, pero en una futura entrega se compartirán más ideas y prácticas para inspirar nuevos programas corporativos.
Desde el Consejo Directivo
Un consejero advirtió las paradojas del tiempo de la administración presidencial pasada. Resulta que el Premio Nacional del Deporte que se entrega tradicionalmente en noviembre en día cercano al día 20, ahora se entregó en diciembre; mientras que el Premio Nacional a la Acción Voluntaria y Solidaria que se entregaba frecuentemente en la fecha cercana a la celebración mundial el 5, se entregó en diciembre solo para lucimiento de la ex “primera dama”.
Otro consejero comentó que gustó la iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto al anunciar en su primer discurso, como uno de los 13 puntos para alcanzar igual numero de objetivos, lanzar una cruzada para enfrentar el hambre. Resulta que el mandatario instruyó a la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles, para realizar un plan dentro de los primeros 60 días y que sea capaz de sumar a la sociedad civil en este reto. La alianza con organizaciones civiles puede resultar muy fructífera porque el gobierno solo no puede, la sociedad civil sola no puede, pero juntos son capaces de avanzar firmemente en distintos propósitos.
Este consejero recordó que ya se cuenta con muy buenas prácticas como: la Fundación CMR y su alianza con los estupendos Comedores Santa María, cuyo modelo fue replicado por el gobierno del Distrito Federal; el servicio de Huellas de Pan en Quintana Roo; los bancos de alimentos que existen varias entidades del país. Estos casos proveen de alimentos pero también existen iniciativas para generar alimentos a través de huertos de cultivo de traspatio, educación nutricional, provisión de leche, etc. Contará esa cruzada con importantes aliados.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.