“La verdad no hace tanto bien en el mundo como el daño que hacen sus apariencias”.
François de La Rochefoucauld
Por: Emilio Guerra Díaz
Ya en varias ocasiones hemos señalado que la nomenclatura “fundación” se utiliza muy a menudo en nuestro país con la intencionalidad de comunicar al público en general que se está frente a una organización sin fines de lucro, ya sea para obtener fondos o mostrar que sus intereses se alejan de alguna intencionalidad política, religiosa o personal.
También hemos señalado que el marco legal en México no facilita que en la constitución de una organización civil exista claridad para los tecnicismos propios de la filantropía que acoten con el nombre su quehacer y tener “cajones” donde se agrupen el tipo de institución de acuerdo a la actividad a la que dedicará sus esfuerzos pero sobre todo de los recursos financieros de los que dispondrá.
Es decir, recibe el nombre de “fundación” casi cualquier organización operativa y también las donantes (o de segundo piso como suelen llamarle otras personas), pero también se bautiza con ese apelativo a organizaciones que se desdoblan o devienen de partidos políticos e incluso de algunas asociaciones que persiguen fines de investigación, docencia y educación.
Como se sabe constituir una asociación civil es un derecho y el nombre que reciba será pertinente siempre y cuando no se repita, cause un conflicto por una organización ya existente o porque en el ámbito internacional pueda generar confusión. Pero para que adquiera el rango de donataria autorizada debe cubrir, para fines prácticos, algún precepto contemplado en la Ley Federal del Impuesto Sobre la Renta.
De tal manera que se escuchan nombres como los que se enlistarán a continuación y se podrá entender que no persiguen fines lucrativos, agrupémoslas en dos: 1) Las que se desempeñan en otros espacios de la sociedad civil y 2) Las que se circunscriben en el campo filantrópico:
Organizaciones en espacios de sociedad civil no filantrópicas:
Fundación Luis Donaldo Colosio (del PRI), Fundación Desarrollo Humano Sustentable (de Felipe Calderón), Fundación Rafael Preciado Hernández (filopanista), Fundación Lázaro Cárdenas (filoperredista), Fundación Vamos por la Democracia y Movimiento Progresista (filoperredista), etc.
Organizaciones en espacios de sociedad civil no filantrópicas
Fundación Cambia la Historia (de Margarita Zavala), Fundación Vamos México (de Martha Sahagún), Fundación Rebecca de Alba, Fundación Lorena Ochoa, Fundación Rafael Márquez, Fundación Baja una Estrella (Paty Manterola), etc.
La lista conforma algunos ejemplos de organizaciones que llevan el nombre de fundación pero muchas de ellas, sino casi el total de las que se han señalado, distan de ser fundaciones en sentido estricto de la definición.
Fuera del sector filantrópico, la organización que desee nombrarse como fundación están en su derecho, nadie se los prohíbe. Por su constitución, algunas sólo se han formado para ser una asociación civil sin fines de lucro, pero no son organizaciones que se dediquen a ayudar a terceros. Dedican su quehacer a la promoción de una doctrina política, a la investigación sobre participación ciudadana y por lo tanto no expiden un recibo deducible de impuestos. Reciben cuotas o contribuciones del partido político, de simpatizantes e incluso de algunos legisladores de su partido.
Dentro del sector filantrópico una fundación teóricamente cuenta con un “fondo”, es decir, dispone de dinero para invertirlo ya sea a través de sus propios programas que puede operar por si misma o bien destinarlo a proyectos de otras organizaciones. Pero muchas organizaciones que se han denominado “fundación” no cuentan con dinero y en cambio lo piden.
En realidad son organizaciones operativas. Así en los casos de Patricia Manterola y Rebecca de Alba, uno supondría que las bellas y talentosas mujeres han dispuesto de sus recursos personales y de su actividad profesional un presupuesto para sostener a sus fundaciones, pero no es así pues buscan también benefactores para alcanzar sus objetivos. La primera para combatir el cáncer en distintas manifestaciones, la segunda en programas de salud, educación y desarrollo social según lo declararan en sus páginas electrónicas.
En conclusión, es altamente recomendable que cuando deseemos indagar sobre la naturaleza de una “fundación” y trascender la apariencia pongamos atención en su origen y ubicación dentro de la sociedad civil, si es o no donataria autorizada y si dona o pide recursos.
Desde el Consejo Directivo
“Qué contribución tan importante al sector filantrópico es actualizar a los que somos neófitos en el marco legal de las organizaciones”, dijo el Presidente del Directorio. Por ello dijo en la junta del Consejo Directivo que “habrá que recomendar a las organizaciones con las que tenemos contacto que se lea ‘Entorno Regulatorio de las OSC en México’, reciente publicación del Centro Mexicano para la Filantropía de la autoría de Consuelo Castro Salinas y Carlos Cordourier”.
Todo listo para acudir a la 5ª Edición del encuentro Tras El Fondo, que por primera vez sale de Puebla, dijo la Secretaria del Consejo. Además de contar con un atractivo programa donde participarán instituciones como Nacional Monte de Piedad, Fundación Majocca, Fundación Zícaro, Fundación Expo Guadalajara, Dibujando un Mañana, Confío, Construyendo organizaciones transparentes; Fundación Miguel Alemán, Fundación C&A, entre otras; el 19 de febrero se presentará el libro: “Yo, tu, él y nosotros procuramos fondos, pero… ¿Cómo lo hacemos?”. Se trata de una atinada iniciativa de Salvador Sánchez Trujillo de la Fundación Majocca donde se incluyen varios capítulos desarrollados por especialistas en el tema de la procuración de fondos como: Donativos individuales, Campañas, el Plan de Procuración, Procuración y Redes Sociales, el evento exitoso para procurar y la generación de recursos, entre otros.
La Secretaria comento que también en Guadalajara se llevará a cabo una reunión del grupo de organizaciones fortalecedoras para dar continuidad a los trabajos iniciados el año pasado y construir una agenda y oferta que apoye el quehacer de organizaciones filantrópicas.
Este fin de semana, dijo el director de la organización, el Grupo de Voluntarias “Las Patronas” cuya labor es por muchos conocida al brindar alimento a migrantes que viajan ene el tren “la bestia” hacia el norte del país, cumplieron 20 años de vida. Pese a no ser una asociación civil formalmente constituida y no ser donataria autorizada, por su ejemplar labor, tesón y entrega, reciben apoyo y recursos económicos de personas y organizaciones civiles para continuar con su labor. Han recibido entre otros, dos grande galardones: el Premio Nacional de Derechos Humanos y el Premio Nacional de Acción Voluntaria y Solidaria. Esto demuestra que la figura legal no determina que una organización reciba ayuda, sino que la obtiene porque tiene una causa válida y por la calidad humana de sus integrantes.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.