Por Emilio Guerra Díaz
En 1999 creció en organizaciones y fundaciones mexicanas el interés por ayudar, de manera particular, en proponer y administrar indicadores que permitieran al donante tomar una decisión sobre dónde invertir recursos como donativos, incrementando la confiabilidad institucional. Algunas organizaciones impulsoras fueron Fundación Merced (que a la postre creó los programas Certeza y Fortaleza), el Centro Mexciano para la Filantropía (que ahora cuenta con los indicadores de institucionalidad y transparencia) y la Fundación del Empresariado Chihuahuense (que impulsó lo que hoy es Confío Construyendo organizaciones civiles transparentes, transitando desde el modelo de la Fundación Lealtad de España).
Fue en la reunión del Council on Foundations de Toronto donde algunos asistentes a ese encuentro conocimos servicios que ofrecían algunas organizaciones no lucrativas para ese fin en la Unión Americana y que ya tenían algún tiempo en operar un modelo.
En aquellos tiempos no fue posible establecer un colegio de sus líderes que permitiese unir esfuerzos para proponer una sola metodología lo que no significa necesariamente algo negativo, porque en realidad cada organización adelantó en sus propósitos generando a su vez los cimientos de una cultura de transparencia y rendición de cuentas desde instituciones filantrópicas enfrentando retos que perfilan hoy un resultado ético en la relación donante-organización.
En los siguientes años se enfrentaron diversos escollos para definir el quehacer en materia de transparencia y rendición de cuentas como un elemento rector, pero al tiempo las organizaciones arriba mencionadas dieron cuenta de que no bastaba dar certidumbre al donante del nivel de confiabilidad, sino que era necesario estimular la profesionalización de las organizaciones para que cada vez realizacen mejor su labor y grantizacen su perdurabilidad.
De inmediato en otras organizaciones que exploraron en la década pasada su integración a la práctica de la confiabilidad de OSC y sus donantes nació el deseo de “certificar” para encumbrar una cúspide de organizaciones selectas “merecedoras” de donativos por cumplir criterios objetivos y subjetivos que sin mediar colegio alguno, para establecer los suyos como como los indicadores de mayor valía.
El trabajo por impulsar confiabilidad unió entonces varios temas que debiesen fluir desde distintos ríos hacia un mar de certibumbre: Así se integraron en un corpus la necesidad del desempeño transparente, la rendición de cuentas, la profesionalidad, la sustentabilidad y la inversión en desarrollo del capital humano. Además afloraron otros temas relevantes a considerar en esta vertiente: cómo medir el impacto de las organizaciones y sus proyectos y cómo formar criterios de retorno de inversión para el donante. Pero esos factores parecen ser sólo responsabilidad de las OSC, por lo que faltaba también incluir la interacción tanto con empresas, gobierno, universidades y público en general.
La aportación de las tres organizaciones citadas tomó rumbos distintos. Fundación Merced apostó a un Diplomado de Gestión y Gerencia Social para apuntalar y completar los programas Certeza y Fortaleza. El Cemefi invitó a organizaciones civiles a desempeñarse en sus indicadores y Fechac invirtió recursos para realizar distintos “focus groups” para retroalimentar la adaptación del modelo de Lealtad en México pero incorporando factores idiosincráticos que no se tienen al nivel de España, por ejemplo, el alto nivel de participación ciudadana. Así nació Confío en 2010 en Chihuhua y su trabajo ha estado focalizado en Chihuahua, Nuevo Léon y Jalisco.
Justo en 2007 participé en algunas reuniones como la que se celebró en el ITAM para colaborar en los criterios que salvaguardasen los intereses de todos los actores sociales en torno al acto de destinar recursos para organizaciones. Desde entonces se puso especial interés por cuidar aspectos éticos relevantes como la neutralidad respecto al nivel o grado de desarrollo institucional para recomendar o no a una organización para ser merecedora de donativos.
Se comprendió entonces que lo más sencillo, e implica menor trabajo, era recomendar como meritorias a organizaciones que tienen alto puntaje de acuerdo “al certificador”. Así te abres mercado, te eriges en juez y… ahí acaba tu compromiso. Pero a la visión de filantropía estratégica le interesa conocer la foto que arroja un análisis institucional en determinado momento para detectar las áreas de oportunidad para que la organización evolucione.
Así, la fundación empresarial puede saber que una organización tiene habilidades de gestión de proyectos, que sabe incolucrar a los beneficiarios para que se hagan participantes, conoce e idea mecanismos de vinculación de derechos humanos, pero puede carecer de un Consejo Directivo, voluntariado o una amplia base de datos de donantes. De tal manera que el trabajo de organizaciones promotoras de profesionalizar a las OSC tiene mayor importancia en cómo establecer procesos efectivos y ayudarles a conseguirlos más que juzgar para recomendar a partir del presupuesto que un gran donante destine para escuchar una recomendación pues implica un conflicto de interés.
Al paso del tiempo las tres organizaciones vislumbran quehacer conjunto. Por un lado desde la transición del gobierno de Felipe Calderón al de Enrique Peña Nieto, quedó pendiente una agenda común de organizaciones fortaleceras, incluir temas en las capacitaciones ofrecidas por el Instituto Nacional de Desarrollo Social y alentar prácticas de transparencia. Hoy hay grandes aliados fortalecedores como Fortalessa de Ciudad Juárez, Fortalece en la península de Yucatán, Corporativa de Fundaciones en Jalisco, varias Juntas de Asistencia Privada se ven hoy como fortalecedoras.
Durante la reunión anual del Cemefi de 2013, esta organización y Confío Construyendo organizaciones civiles transparentes, firmaron un convenio de colaboración para expandir los indicadores y guías para fortalecer a las organizaciones.
Por lo anterior cobra relevancia que Confío Construyendo organizaciones civiles transparentes esté trabajando ya en el Distrito Federal. La semana se llevó a cabo el evento de reconocimiento a 10 organizaciones civiles que trabajan en la entidad, las cuales fueron evaluadas bajo una metodología internacional de transparencia y buenas prácticas como estándares del International Comittee of Fundraising Organizations (ICFO) y del cual Confío es el único miembro en Latinoamérica.
El evento se llevó a cabo en las instalaciones del Centro de Capacitación e Información del Sector Social (Cecapiss) de la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal y contó con la presencia de Enrique Hernández, Presidente de Confío, el Dr. Humberto Muñoz de Grupo Tercer Sector, Javier García Gutiérrez, Director Ejecutivo de Confío, Jorge Villalobos, Presidente Ejecutivo del Cemefi y Carlos Madrid Varela, Presidente de la Junta de Asistencia Privada del DF.
Las organizaciones que recibieron el certificado de participación de este modelo son: Centro de Rehabilitación para Ciegos, IAP, Asociación Mexicana para las Naciones Unidas de Jóvenes AMNU Jóvenes, A.C., Casa de la Amistad para Niños con Cáncer IAP, Centro de Estimulación Temprana La Gaviota, IAP, Dignifica tu Vida, IAP, Espíritu de Campeón, A.C., Fundación Candy, A.C., Fundación Casa Alianza México, IAP, Fundación Humanista de Ayuda a Discapacitados, IAP y la Fundación Rodrigo Montes de Oca, IAP
Para enriquecer la reunión el Dr. Humberto Muñoz, coordinador de Investigación para la Fundación para el Desarrollo del Tercer Sector, A. C., ofreció la conferencia titulada «Capacidades Institucionales de Gobernanza y Comunicación de las OSC mexicanas».
Finalmennte, los representantes de Confío señalaron que los servicios que ofrece son gratuitos y todas las organizaciones reconocidas recibieron un análisis exhaustivo de su transparencia gracias a la colaboración de: FECHAC, el Tecnológico de Monterrey Campus Chihuahua, Fundación Televisa, Fundación Telefónica y la Junta de Asistencia Privada del Distrito Federal.
Confío colabora con más de 50 organizaciones en el país para mejorar su rendición de cuentas, lo que ha contribuido a la transparencia de más de 400 millones de pesos en donativos y contribuciones al sector. La valía de su trabajo radica que ofrece fotografías institucionales y promueve procesos de mejora continua para que el donante decisa con la ifnormación que arroja el análisis y pero nunca lo induce.
Desde el Consejo Directivo
El Presidente del Directorio señaló que lo mejor que pudo ocurrir en el evento anual de Procura celebrado la semana pasada fue la participación de su consejero Jaime Steta, quien llamó la atención respecto a las implicaciones negativas que ha generado para el sector filantrópcio la ley Anti lavado ya que burocratiza el trabajo, junto con la situación económica por los que atraviesa nuestro país, desanima las donaciones que reciben para brindar servicios.
El Director de la organización recordó que este martes 28 de octubre, investigadores del CIESC presentarán los resultados de la investigación “Fundaciones Empresariales en México, un estudio exploratorio” en el ITESM campus ciudad de México (ubicado en el sur) a las 18:00 horas, evento que despierta gran interés.
Por su parte el tesorero señaló que este jueves el Instituto Jalisciende de Asistencia Social llevará a cabo el Encuentro Estatal de OSC con un evento en el que participan: Marcelo Estraviz, brasileño experto en procuración de fondos, Salvador Sánchez Trujillo de Fundación Majjoca de Pueba y Emilio Guerra Díaz, Director de la alianza Mexicana de Voluntariado.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.
Gracias por esta amplia reseña! Interesante trabajo de CONFÍO!