El actual panorama de la acción climática sitúa al mundo en una encrucijada. Por un lado, se considera que las medidas actuales son insuficientes para alcanzar el límite de calentamiento global de 1.5°C establecido por la ONU. Por otro lado, existe un creciente debate sobre si ese límite es alcanzable, según Triple Pundit.
Este círculo vicioso de consecuencias de la crisis y fracaso en la consecución de los objetivos distrae la atención necesaria para implementar soluciones. Para avanzar, la narrativa debe cambiar rápidamente a una que fomente la acción colectiva e integre las ganancias empresariales en la lucha contra el cambio climático.
Las empresas más grandes pueden transformar la acción climática
Saskia Feast, directora gerente de soluciones globales para clientes de Climate Impact Partners, una organización que colabora con empresas para abordar los desafíos del cambio climático y promover la acción climática, señala que el cambio en la acción climática puede comenzar en el sector privado, empezando por las empresas Fortune Global 500, una clasificación anual de las 500 principales corporaciones del mundo en función de sus ingresos.
El cambio no requiere grandes inversiones. Destinar tan solo el 1.5% de las ganancias anuales de las empresas Fortune 500 de los últimos tres años, que ascienden a más de 2.2 billones de dólares, para financiar proyectos de reducción de carbono como la conservación forestal, la reforestación y las micro-renovables, sería un paso masivo hacia el cambio transformador necesario para alcanzar los objetivos globales de acción climática, afirma.
Según un informe reciente, cada empresa de la lista Global 500 obtuvo en promedio 6.7 mil millones de dólares el año pasado. Comprometer el 1.5% de esas ganancias podría reducir 7.8 millones de toneladas de emisiones de carbono, plantar 60 mil árboles y proteger 120 mil hectáreas de bosque.
Feast sugiere que si todas las empresas siguieran el ejemplo de destinar parte de las ganancias empresariales a la lucha contra el cambio climático, la reducción de carbono ascendería a más de 2600 millones de toneladas, incluso más de lo que los científicos dicen que es necesario para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C.
PyMEs también pueden invertir en los objetivos climáticos
No obstante, las PYMEs también pueden contribuir al objetivo climático. Saskia Feast menciona que no necesitan tener un plan a gran escala, sino que pueden comenzar tomando decisiones en pasos incrementales. Algunas de las acciones que pueden emprender incluyen medir su huella de carbono, apoyar la energía renovable y fabricar productos amigables con el clima.
El objetivo es alentar a estas empresas a tomar medidas y dar los primeros pasos, incluso si inicialmente son pequeños. El mensaje es que, al comenzar con acciones concretas, eventualmente podrán avanzar y lograr un impacto mayor. Se utiliza la analogía de correr un maratón para ilustrar cómo el progreso se logra a través de un proceso gradual y constante.
La suma de estos esfuerzos es de gran relevancia en la acción climática. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se requiere una inversión colectiva de al menos $1 billón en infraestructura energética para 2030, y entre $3 billones y $6 billones al año en todos los sectores para 2050, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los responsables de la crisis ambiental.
Además, se necesitan fondos adicionales para adaptarse a las consecuencias ambientales derivadas del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y las sequías. El llamado es a pasar de la mera discusión sobre el financiamiento climático a la acción concreta, proporcionando los recursos necesarios para financiar proyectos que contribuyan a la reducción de emisiones.
Ganancias empresariales en la lucha contra cambio climático
El capital privado desempeña un papel crucial en el financiamiento climático. Feast destaca la urgencia de pasar de las promesas y discusiones sobre el financiamiento a acciones concretas. Sin una inversión adecuada, muchas iniciativas y soluciones potenciales no pueden hacerse realidad. Por eso, destinar parte de las ganancias empresariales a la lucha contra el cambio climático posibilita y acelera la transición.
Invertir en proyectos climáticamente responsables y financiar la lucha contra el cambio climático puede generar beneficios económicos y estratégicos para las empresas. Además de contribuir a la sostenibilidad global, las empresas pueden aprovechar oportunidades de mercado, mejorar su reputación, reducir costos operativos y gestionar los riesgos asociados al cambio climático.
En resumen, destinar el 1.5% de las ganancias empresariales a iniciativas climáticas puede ser una respuesta genuina y audaz para contribuir activamente a la emergencia climática. Esta medida no solo puede marcar la diferencia en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino también impulsar el crecimiento sostenible y mejorar la reputación empresarial.