Sin la presencia de organismos defensores de la vida silvestre comenzó la venta de colmillos de elefante.
WINDHOEK.— Namibia recibió 1.18 millones de dólares (unos 943 mil euros) en la primera de un total de cuatro subastas oficiales de marfil en el sur de África.
Dos de los compradores son oriundos de China y tres de Japón, comunicó el Ministerio de Medio Ambiente después de la subasta celebrada en Winhoek, la capital del país.
Los dos países asiáticos fueron los únicos que recibieron autorización de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para comprar.
En total, se vendieron 7.2 toneladas de “oro blanco” a un precio promedio de 164 dólares por kilogramo. Unas 2.8 toneladas de marfil se guardaron para los tallistas de las tradicionales joyas namibias llamadas “ekipa”.
Ni los medios de comunicación ni representantes de organizaciones defensoras del medio ambiente tuvieron acceso a la subasta. El marfil provenía de elefantes que fenecieron de muerte natural o fueron abatidos de acuerdo a las reglas de protección de la naturaleza del país.
En los próximos días, en Botswana, Zimbabwe y Sudáfrica se subastarán otras cien toneladas de marfil, cantidad que no se vendía desde hace veinte años.
Esto es posible por una autorización excepcional de la CITES, ya que en 1989 entró en vigor una prohibición mundial de comerciar con marfil.
Los delegados de los 171 Estados de la CITES resolvieron que estos cuatro países pudieran convertir en dinero sus existencias de marfil debido a la recuperación de las poblaciones de elefantes.
El comercio internacional con los colmillos de estos animales seguirá prohibido con esta única excepción. En muchos otros Estados de África, los elefantes siguen siendo considerados una especie amenazada.
El viceministro de Medio Ambiente namibio, Leon Jooste, calificó la subasta de éxito en una rueda de prensa posterior. “Es el clímax de seis años de duro trabajo, en los que superamos numerosos obstáculos de parte de aquellos que están en contra de todo tipo de comercio con marfil y que querían evitar esta venta”.
Lo recaudado se destinará a la protección del medio ambiente, aseguró. La jornada supone un triunfo “no sólo para los Estados involucrados en esta venta de marfil, sino para cualquiera que crea en el principio de un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y lo apoye”.
Fuente: El Universal