Por Helena Ancos y Antonio Vives
Hasta el Banco Central de Alemania se interesa por el tema de género en los Consejos de Dirección. Este interés, en medio de la crisis europea es muy significativo. ¿Es un tema importante o nos quiere distraer de los problemas económicos?
A medida que aumente la influencia de la Responsabilidad Social en las políticas públicas y en el día a día de la actividad empresarial, nos encontraremos con estudios de RSE de diverso signo y la influencia de cabildeos más o menos establecidos. Y será necesaria cada vez más, una labor intensiva de difusión, de información asequible y de análisis riguroso de las metodologías presentadas. Los debates y los posibles avances en RSE se están lidiando de forma creciente en el ámbito metodológico.
Pues bien, la cuestión del género en los Consejos de Administración y las políticas de cuotas no son una excepción.
En dos artículos anteriores, ¿Es la RSE femenina? y ¿Es la RSE Femenina?: Segunda Parte, comentábamos las características emocionales del hombre y la mujer y concluíamos que muchas de éstas, que son necesarias para avanzar la RSE, residían más en las mujeres que en los hombres, aunque se necesitaban de ambos.
A finales de marzo se publicó un estudio donde se cuestionan algunas de estas observaciones en el caso de la banca. El estudio es un documento de trabajo, no oficial, del Banco Central de Alemania, el Bundesbank, titulado Executive board composition and bank risk taking. El Financial Times del 27 de marzo lo comentó en Women bankers linked to rise in risk-taking y en algunos de sus blogs digitales con sus respectivos comentarios. A pesar de ser un artículo corto y en una posición poco destacada, ha sido uno de los artículos mas leídos. La combinación “Bundesbank” “mujeres” y “riesgo” atrajo muchos lectores. Por esto nos parece oportuno comentarlo.
Primero pasemos revista a los principales resultados y después analizaremos sólo el relacionado con el tema de género:
-El aumento del número de mujeres en el Consejo aumenta la toma de riesgos
-La disminución de la edad promedio en el Consejo aumenta la toma de riesgos
-El aumento de Ph.D.s en el Consejo disminuye la propensión a la toma de riesgos
O sea, las mujeres y los jóvenes tienden a hacer el Consejo más atrevido y los hombres de mayor edad y los que tienen mayor educación formal tienden a hacerlo más conservador.
En el primero de nuestros artículos comentábamos los resultados de un estudio llevado a cabo en Noruega sobre que la participación de las mujeres en el Consejo lo hacía más efectivo, pero que no bastaba con una, sino que ejercían su influencia a partir de la presencia de tres de ellas. En el estudio que comentamos ahora es de notar que el número promedio de mujeres parece ser menor que éste. La representación tan pequeña de mujeres en los Consejos analizados puede haber llevado a resultados poco confiables.
En nuestro primer artículo comentábamos también un estudio que concluía que en la administración de carteras de inversión las mujeres obtenían un mejor rendimiento financiero ajustado al riesgo, supuestamente al estructurar carteras en forma más diversificada o con cobertura de riesgos.
Pues bien, el estudio del Bundesbank ha sido atacado desde muchos ángulos, el metodológico (que comentamos más adelante), el sarcástico (el Bundesbank parece que no tiene nada mejor que hacer) y el machista (los autores son todos hombres y cuando las mujeres hacen los estudios, los resultados suelen ser más favorables).
Desde el punto de vista metodológico, las críticas vertidas por Lisa Pollack (una mujer) en Bundesbank comes out against women son muy incisivas. Los autores ofrecen como explicación del resultado que las mujeres que llegan al Consejo tienden a tener significativamente menor experiencia y que esa falta de experiencia les lleva a tomar más riesgos. Pollack pregunta cómo es posible que un estudio de este tipo no haya controlado la variable “experiencia ejecutiva”. Parecería que esta variable podría explicar lo de mujeres, jóvenes y PhDs. Y aunque controlan por la variable “edad” la correlación entre edad y experiencia ejecutiva si bien puede ser positiva, no es perfecta. O sea, una seria deficiencia del estudio. Otra explicación que ofrecen los autores es que podría ser que las mujeres aceptan o son seleccionadas por bancos relativamente estables. Si ése fuera el caso, es de esperar que la toma de riesgo aumente, pero no necesariamente por las mujeres, que al final tienen poco peso en todos los bancos de muestra. La muestra sólo cubre bancos alemanes en el período 1994-2010, período de aumentos en la propensión al riesgo del sistema financiero.
Hay más deficiencias metodológicas en el estudio. Así, aunque se reconocen varios factores generadores de riesgo como el sistema de retribuciones o el riesgo moral, ni se definen los tipos de riesgo en el sector bancario, ni se tiene en cuenta el peso relativo de unos factores y otros, algo a nuestro juicio, fundamental para entender la crisis financiera, y para validar la hipótesis de partida del estudio. Este se centra pues exclusivamente, en la composición del Consejo para explicar la asunción del riesgo bancario.
En definitiva, la influencia de las variables socioeconómicas en la composición del Consejo de Administración es importante, pero en el estudio no se logran aislar todas, y tampoco se establecen las adecuadas correlaciones entre unas y otras…Y los resultados de robustez estadística no parecen lo suficientemente “robustos”. Y como comentábamos en el primer artículo, es muy difícil probar que las mujeres son mejores o peores cuando hay tan pocas, o ninguna en los Consejos.
Y en todo caso, no es correcto, con esta muestra, decir que la mujeres inducen a una mayor toma de riesgos. En todo caso, las mujeres alemanas comparadas con los hombres alemanes, miembros de un Consejo bancario. Además de que las mujeres candidatas a estos puestos son un grupo muy, muy especial.
Pero además, el contexto para la valoración de cualquier estudio resulta fundamental. El objetivo del estudio es mejorar los acuerdos corporativos en el sector bancario partiendo de la asunción de las particularidades de este sector frente a otros no financieros. Se afirma que “en el contexto de la reciente crisis financiera”; acuerdos de gobernanza deficientes en el ámbito bancario tienen graves consecuencias en la sociedad y que los acuerdos en la banca tienen mayor alcance que en otros sectores por los intereses de los reguladores.
Como telón de fondo, la German Banking Act y la regulación del sector financiero en general, que establece un conjunto de conocimientos teóricos y prácticos y de experiencia de gestión, para que un candidato sea elegido como ejecutivo. Además el Código de Gobierno Corporativo alemán establece una seria barrera, que los Consejeros ejecutivos han de ser nombrados por representantes de los accionistas (1) . Y las pobres estadísticas sobre la participación de las mujeres en puestos directivos. Según un análisis de AlphaValue, el porcentaje de mujeres en los Consejos de empresas financieras alemanas era en 2011, solamente del 1% frente al 14% en Francia y el 10% en el Reino Unido. Y algunas de ellas, como Deutsche Bank, Commerzbank y Deutsche Börse no contaban con ninguna mujer en sus consejos en ese año. Estos datos resultan avalados por los de otro informe (2) que justifica los pobres resultados de la representación de mujeres en Consejos alemanes por las particularidades de su normativa de gobierno corporativo.
Resulta además llamativo que en Alemania existiera gran oposición al establecimiento de cuotas en los Consejos de Administración y surgiera este debate un año antes de la publicación del estudio. Angela Merkel y su Ministra de Familia, Kristina Schröder, son firmes partidarias de esta medida, y finalmente, en marzo de 2011, 30 empresas del Índice de la Bolsa de Valores de Frankfurt (DAX) se comprometieron a hacer públicas las cuotas de mujeres en distintos niveles jerárquicos en un intento de evitar medidas regulatorias más estrictas. Como señalaba el Financial Times de 31 de marzo de 2011 éste ya era un paso de gigante en el Derecho corporativo germano, que se había resistido a la incorporación de la mujer en los modelos de gestión, y donde solamente el 2.2 % de los ejecutivos de los Consejos de Administración de las 30 empresas del Dax eran mujeres en el año 2010 (DIW, German Institute for Economic Research). Recordemos que en el Dax se encuentran empresas como Siemens, SAP, BASF, Eon y Daimler.
Este debate, seguía comentando el FT, y ante la amenaza de una política única de cuotas, fue determinante para convertir la oposición previa en objetivos voluntarios. Esta solución de compromiso permitiría a las empresas establecer sus propios objetivos y tener en cuenta las supuestas “características específicas de cada sector”, incluido el sector bancario. Junto a las características metodológicas apuntadas, éste es el contexto en el que se desarrolló el estudio del Bundesbank.
El Huffington Post sarcásticamente resumía así sus conclusiones “Women Executives Will Destroy The World, Say Male Economists”. Nosotros sugerimos humildemente que para el próximo estudio se consideren las variables “Mujeres” + “Innovación” + “Aumento de la transparencia” +”Diversidad”, que seguro tienen algo que decir.
[1] Los Consejos alemanes tienen un sistema de gobernanza dual: un Consejo ejecutivo y un Consejo supervisor. La mayoría de las mujeres en los Consejos alemanes proceden de la nominación por los sindicatos para los Consejos de Supervisión.
[2] GMI Ratings’ 2012 Women on Boards Survey (www.gmiratings.com)
Blog: Helena Ancos
Helena Ancos Franco
Coordinadora del Programa de Trabajo de Responsabilidad Social Empresarial del Instituto Complutense de Estudios Internacionales. Representante en la UCM de la RedUNIRSE, red Iberoamericana de Responsabilidad Social Empresarial y Promotora en la Universidad Complutense de Madrid de la Red Interuniversitaria de Responsabilidad Social Empresarial. Ha sido Abogado y Profesora de Derecho Internacional Privado en la Universidad Europea de Madrid y en el Centro Universitario Francisco de Vitoria y en el Centro Universitario de Estudios Financieros de Madrid. Sus actuales líneas de investigación se centran en la búsqueda de modelos jurídicos y económicos que promuevan la rentabilidad de los negocios y el desarrollo social, así como mecanismos de colaboración público-privada para el desarrollo.