Según la nueva investigación llevada a cabo por la campaña Badvertising, en colaboración con el grupo de expertos del New Weather Institute, se revela que marcas globales de automóviles, como Toyota y BMW, están invirtiendo grandes sumas de dinero en sportswashing, de acuerdo con Edie.
El informe expone que, al igual que las compañías tabacaleras en el pasado, los gigantes automovilísticos invierten en sportswashing para limpiar su reputación a través del patrocinio deportivo. A pesar de promover la sustentabilidad, en realidad, sus actividades principales siguen contribuyendo en gran medida al cambio climático.
¿Qué es sportswashing?
Si bien no existe una definición autorizada única de sportswashing, un amplio consenso sobre sus elementos centrales señala que es un fenómeno en el que los deportes son utilizados por un actor estatal o no estatal para limpiar su turbia reputación política o corporativa.
La forma en que se explota el deporte de esta manera es teóricamente ilimitada, pero las más comunes incluyen: la organización de eventos deportivos, la propiedad o el patrocinio de equipos y competiciones deportivas.
Gigantes automovilísticos invierten en sportswashing
Con un gasto total de $4.5 mil millones en este tipo de acuerdos en 2022, frente a los $1.28 mil millones en 2018, el informe evidencia que BMW y Toyota fueron los dos patrocinadores de deportes más grandes de la industria automotriz. Estas marcas, en conjunto, tienen más de 120 asociaciones activas en 20 deportes, algunas centradas en la promoción de los vehículos eléctricos (EV) de BMW y los objetivos de sostenibilidad corporativa de Toyota.
En este punto, los hallazgos destacan la contradicción entre la imagen positiva que las marcas automotrices intentan proyectar a través de su patrocinio deportivo y la realidad de sus prácticas comerciales, las cuales tienen un impacto negativo en el medio ambiente.
Solo en 2021, Toyota y BMW vendieron colectivamente 12,576,748 vehículos ICE alimentados con combustibles fósiles, los cuales emitirán alrededor de 855 millones de toneladas de CO2. Esto equivale a 230 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento durante todo un año.
¿Toyota y BMW sin RSE?
Titulado Conducción peligrosa: por qué el deporte debería eliminar el patrocinio de los principales contaminantes, el informe evidencia cómo el deporte se ha convertido en uno de los canales en los que marcas mundiales de automóviles, como Toyota y BMW, buscan limpiar y mejorar su imagen en responsabilidad ambiental, mientras presionan tras bambalinas para retrasar la política climática.
Sin embargo, esto resulta contradictorio para la industria del deporte. Las emisiones de carbono dañan el clima, los automóviles también causan una contaminación del aire letal, muertes y lesiones por accidentes de tránsito, y fomentan estilos de vida sedentarios, acciones opuestas a lo que promueve el deporte para los atletas y los fanáticos.
El informe también insta a los organismos deportivos a mirar de manera más crítica los objetivos de vehículos eléctricos de los fabricantes de automóviles y otras promesas de sostenibilidad, así como sus impactos históricos y actuales. El transporte es el cuarto sector más contaminante a nivel mundial y es responsable del 15% de las emisiones globales anuales.
Para 2040, Toyota planea vender 110 millones de vehículos ICE que, durante su vida útil, emitirán aproximadamente 7.400 millones de toneladas de CO2, equivalente a 2 mil centrales eléctricas de carbón funcionando durante todo un año. Mientras tanto, BMW ha declarado que se está preparando para la prohibición anunciada por la Unión Europea sobre los motores de combustión interna para 2030, pero también ha dicho que no tiene planes de poner fin a la producción, señala el informe.
«[…] El deporte terminó con el patrocinio del tabaco por problemas de salud , debe hacer lo mismo con los principales contaminantes, no solo para proteger a los atletas, el planeta y el público, sino también el futuro del deporte».
Andrew Simms, de la campaña Badvertising.
Responsables climáticos patrocinan deportes
En última instancia, el informe acusa a los organismos deportivos que reciben patrocinio de empresas contaminantes de «clavar la tapa de sus propios ataúdes», ya que les resultará más difícil operar en un mundo que se calienta. Según se informa, el críquet será el deporte más afectado por el calor extremo de los deportes de campo más populares del mundo.
Asimismo, el estudio también destaca la necesidad de un cambio modal lejos de la propiedad de automóviles individuales y hacia una movilidad más compartida, pública y activa para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima. Fomentar el transporte activo también es una forma de mejorar la salud pública, incluida la salud de las posibles estrellas del deporte.
«Sabemos por qué las empresas contaminantes patrocinan a deportistas, clubes y competiciones. Al igual que las compañías de cigarrillos en el pasado, buscan beneficiarse asociándose con imágenes de atletas jóvenes, sanos y activos, y aprovechar el compromiso emocional de los fanáticos. Por el bien de todos los involucrados, es hora de que el deporte utilice su poder para decir ‘no'».
Etienne Stott, piragüista de eslalon del equipo Gran Bretaña.
La coautora del informe que evidencia cómo los gigantes automovilísticos invierten en sportswashing, Jenny Amann, agrega: «Frente a las crisis del calentamiento global, el deporte se encuentra en una posición única para acelerar los esfuerzos que impulsen este cambio hacia un transporte activo más saludable y un sistema de transporte público eficiente en energía. Es hora de reconsiderar la promoción de sistemas que sean nocivos y desfasados».