En un giro alarmante, JP Morgan, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo y Goldman Sachs han decidido retirarse de la Alianza Bancaria de Cero Emisiones Netas (NZBA) patrocinada por la ONU.
El anuncio de que estos bancos en EUA abandonan cero neto marca un retroceso significativo en los esfuerzos por mitigar la crisis climática, mismo que coincide con la inminente investidura de Donald Trump como presidente, cuyas políticas de desregulación energética y priorización de combustibles fósiles amenazan con desmantelar las normativas ambientales.
Mientras el mundo busca avanzar hacia una economía sostenible, esta decisión destaca cómo las agendas políticas pueden desviar compromisos corporativos esenciales para combatir el cambio climático.
¡Bancos en EUA abandonan cero neto previo a la investidura de Trump!
El clima político en Estados Unidos ha sido decisivo para que los Bancos en EUA abandonen cero neto. En 2022, la amenaza de acciones legales antimonopolio por parte de estados republicanos ya había puesto en peligro la membresía de algunos bancos en la NZBA, lo que obligó a la alianza a flexibilizar sus directrices. Sin embargo, las tensiones continuaron, culminando en demandas recientes contra empresas de gestión de activos como BlackRock y Vanguard por adoptar políticas climáticas que, según los demandantes, afectaban negativamente la economía.
Ahora, los analistas han dicho que los bancos en EUA abandonan cero neto para evitar ser blanco de litigios y ataques políticos “anti-woke”, los cuales se espera que se intensifiquen en cuanto Donald Trump asuma la presidencia. Paddy McCully, analista de Reclaim Finance, calificó esta acción como “cobarde”, señalando que los bancos están cediendo ante presiones políticas que niegan el cambio climático:
“El éxodo repentino de estos grandes bancos estadounidenses de la NZBA es un esfuerzo cobarde para evitar las críticas de Trump y sus compinches negacionistas del cambio climático”.
Paddy McCully, analista de Reclaim Finance.
Este abandono podría significar un retroceso importante en los esfuerzos globales hacia una economía con cero emisiones netas, justo cuando la urgencia climática demanda liderazgo y cooperación internacional.
Las justificaciones de los bancos…
JP Morgan, en su declaración oficial, afirmó que «trabajaría de forma independiente para promover los intereses de nuestra firma y de nuestros clientes y accionistas», mientras que Citigroup justificó su retiro asegurando que la decisión le permitiría «concentrarse en abordar las barreras para movilizar capital hacia los mercados emergentes en apoyo de la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono».
Por su parte, Goldman Sachs señaló que «estaba muy centrado en los estándares cada vez más estrictos y los requisitos de informes impuestos por los reguladores» y enfatizó que la empresa había “logrado un progreso significativo… en los objetivos de cero emisiones netas”
Estas declaraciones evidencian una desconexión entre los compromisos responsables y las decisiones estratégicas que priorizan la seguridad financiera frente a la agenda política. Como señaló Paddy McCully, de Reclaim Finance:
“Hace unos años, cuando el cambio climático ocupaba un lugar destacado en la agenda política, los bancos se mostraban entusiasmados por su compromiso de actuar en relación con el clima. Ahora, actuar en relación con el clima no parece tan importante para los prestamistas de Wall Street»
Paddy McCully, analista de Reclaim Finance.
Al priorizar intereses financieros inmediatos sobre compromisos climáticos, los bancos no solo evidencian la debilidad de sus convicciones éticas, sino que también demuestran cómo estas son fácilmente moldeadas por las agendas políticas.
El futuro de NZBA y de la acción climática
Aunque la NZBA aún cuenta con 141 miembros y representa el 40% de los activos bancarios globales, la salida de los bancos estadounidenses supone un golpe simbólico. Los bancos europeos permanecen comprometidos, pero la fragmentación de esfuerzos globales podría dificultar el progreso hacia una economía sostenible. McCully sugiere que esta situación es una oportunidad para que la NZBA refuerce sus estándares y demuestre independencia frente al obstruccionismo político.
La pérdida de estos bancos estadounidenses no equivale a una sentencia de muerte para la NZBA, pero sí subraya la importancia de mantener el compromiso climático en un contexto político adverso. La influencia de los miembros restantes puede ser crucial para liderar el cambio hacia un modelo económico más sostenible y resiliente.
Por otro lado, el anuncio de que algunos bancos en EUA abandonan cero neto pone de manifiesto cómo las agendas políticas afectan los compromisos corporativos frente al cambio climático. Si las instituciones financieras y los líderes políticos no alinean sus intereses con las necesidades climáticas, la crisis ambiental podría agravarse de manera irreversible. Es imprescindible que tanto bancos como gobiernos adopten posturas firmes y coherentes para priorizar la acción climática, garantizando un futuro sostenible para el planeta.