El Ministerio de Comercio de China ha empezado a utilizar indicadores de responsabilidad social como la protección medioambiental y el bienestar de los empleados para evaluar a las empresas exportadoras de capital nacional y extranjero y asegurarse de que cumplen con los estándares internacionales.
Esta práctica refleja el deseo del gobierno de que las empresas que operan en territorio chino asuman su responsabilidad social, afirmó el sábado la viceministra de Comercio, Ma Xiuhong, durante la Conferencia Anual de Responsabilidad Social Corporativa de China.
En el encuentro, el presidente de la Asociación de Empresas de Inversión Extranjera de China, Shi Guangsheng, subrayó el papel de este tipo de compañías en la promoción de los principios de responsabilidad social en el país asiático.
«Las compañías de inversión extranjera se benefician y a la vez contribuyen al desarrollo económico de China», afirmó Shi.
El presidente de la Federación de Organizaciones Benéficas de China, Fan Baojun, añadió que las empresas se han convertido en importantes donantes que realizan contribuciones más cuantiosas cada año.
Según Fan, las donaciones de las empresas chinas se situaron entre los 200 y los 300 millones de yuanes (entre 29 y 44 millones de dólares) a principios de la década de los 1990, mientras que en la actualidad ya han superado los 1.000 millones de yuanes.
Las donaciones realizadas en 2008 tras el terremoto de 8,0 grados en la escala de Richter que sacudió la provincia suroccidental china de Sichuan y dejó más de 80.000 muertos superaron los 4.000 millones de yuanes.
El año pasado, las empresas chinas donaron 4.600 millones de yuanes para ayudar a las personas afectadas por desastres naturales en todo el país, informó Fan.
El presidente de la Asociación Económica Japón-China, Yuji Kiyokawa, aseguró que las empresas chinas y japonesas pueden compartir sus experiencias con fines éticos y económicos.
Algunos de los participantes en la conferencia hicieron mención de incidentes relacionados con el comportamiento de las empresas como los suicidios ocurridos en fábricas de Foxconn, uno de los mayores fabricantes de productos electrónicos del mundo, y los paros protagonizados por trabajadores chinos para exigir aumentos salariales.