La crisis financiera ha revelado graves deficiencias en la gestión empresarial. Cuando eran más necesitadas, las normas existentes no proporcionaron los controles que las empresas necesitaban para llevar a cabo buenas prácticas de gobierno.
En 2008, la OCDE lanzó un ambicioso plan de acción para desarrollar un conjunto de recomendaciones para introducir mejoras en áreas prioritarias tales como la remuneración, la gestión de riesgos, y el ejercicio de los derechos de los accionistas. Estas recomendaciones también tratan cómo las normas ya vigentes se pueden mejorar.
El plan de acción, cuyo desarrollo fue divido en 3 fases, finalizó en febrero de 2010, resultando el documento “El Gobierno Corporativo y la Crisis Financiera”, que recoge las principales conclusiones a las que se llegaron, entre las que se destacan que es necesaria:
Una mejor gestión de riesgos
La creación de un sistema de incentivos en función de la exposición al riesgo
Una mayor cooperación entre inversores
La promoción de la transparencia de independencia
El fortalecimiento de los derechos de los accionistas
Llama la atención la nula referencia del documento no ya sólo a la responsabilidad social corporativa, sino a cualquier aspecto social o medioambiental, incluso la ausencia de cualquier alusión a la Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales. Así pues, este plan de acción creado a raíz de la crisis aporta pocas cosas al gobierno corporativo que no se supieran ya, perdiéndose así una oportunidad formidable de relacionar aspectos sociales y medioambientales con los de gobierno corporativo.
Fuente: Telefónica.
Por: Juan Diego.
Publicada: 17 de marzo de 2011.