El actual modelo gubernamental mexicano está estructurado de manera que no se alinea al cumplimiento de la Agenda 2030, consideró Andrea Lara Guevara, coordinadora técnica de la Agenda 2030 de la Oficina de la Presidencia de la República.
“El gobierno federal no está diseñado para actuar y pensar en círculo sustentable, sino que se trabaja de forma lineal con planes dispersos por sector, por ello estamos obligados a establecer programas interconectados a favor de la sostenibilidad”, aseguró.
La funcionaria federal opinó que se requieren “inversiones privadas sostenibles, modificar programas sectoriales públicos, dar seguimiento a consejos estatales y leyes sostenibles” para alcanzar los objetivos en la materia.
Miguel Ángel Santinelli Ramos, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac, coincidió en que la academia tiene grandes coincidencias con esa Oficina de la Presidencia, a cargo de Gemma Santana, sobre la existencia de diversos proyectos gubernamentales que se contraponen a la adopción de la Agenda 2030.
Durante el XII Congreso Internacional Anáhuac de Responsabilidad Social, Andrea Lara expuso que esta situación se busca transformar y remediar desde la Presidencia de la República.
Detalló que lo más complicado es comunicarle a la gente que la Agenda 2030, no sólo versa en temas ambientales, sino que la sostenibilidad abarca lo social, económico y ecológico, en donde el engarce de dichos sectores deriva en que la ética es esencial para el cumplir las metas establecidas.
La actual crisis ecológica responde a una crisis ética y moral a nivel global, coincidieron distintos especialistas durante el Congreso, lo que exige que las empresas asuman lineamientos de integridad con el objetivo de alcanzar los objetivos de la agenda de desarrollo sostenible.
No se pueden salvar ballenas y despreciar a los migrantes, no se pueden cuidar pandas en China y olvidarse de los niños que padecen hambre en el Mediterráneo, sino que se requiere asumir la sustentabilidad con visión ética y social, consideraron expertos de la academia, gobierno y empresarios.
Santinelli Ramos destacó que la ética es un factor clave para las empresas, los gobiernos y los futuros egresados universitarios que dirigirán las oficinas públicas y corporativas en áreas de responsabilidad social y sustentabilidad.
Señaló que la responsabilidad social y la ética empiezan desde la persona, por ello, “buscamos que los individuos sean los primeros en estar convencidos en adoptarla”.
El catedrático de la Universidad Anáhuac explicó que las empresas están comprometidas con la responsabilidad social, sin embargo, lo que falta es identificar las herramientas que necesitan los corporativos para explicarle a la población qué es el desarrollo sostenible.
Complementó que cada empresa desde sus diversos mercados requiere trajes a la medida en aspectos de sostenibilidad, pues “no existe una receta única para alcanzar la sustentabilidad, necesitamos de industrias que revisen sus parámetros en materia social e irse adaptando a nueva la realidad que le rodea”.
Mitad de ODS, ligados a empresas
Durante el Congreso efectuado en la Universidad Anáhuac campus Sur, Andrea Lara explicó que la Agenda 2030 tiene 17 objetivos, 169 metas y 232 indicadores (dos no aplican en México: castración femenina y países insulares), en los restantes rubros se deben generar metas acorde a la realidad nacional.
Mencionó que el cumplimiento de 50% de los ODS está supeditado a tener participación de actores privados.
Ejemplificó que algunos de los ODS en México y el mundo requieren la participación privada de forma indispensable para su cumplimiento, algunos de estos sectores son: adaptación al cambio climático, trabajo decente, igualdad de género, acceso y disponibilidad al agua potable, consumo responsable.
Por su parte, Martha Herrera, directora de Responsabilidad Social de Cementos de México (Cemex), destacó tres puntos para que las empresas logren el crecimiento sostenible: tener una visión clara al 2050, lograr acciones en la transformación de los sistemas y alinear el éxito de las empresas con los marcos globales de manera práctica.
Comentó que “antes las empresas sólo estaban enfocadas en la eficiencia de los negocios, dejando a los gobiernos el trabajo de remediación ambiental y social, sin embargo, dicha actitud se modificó y los corporativos comprenden que necesitan interiorizar los retos de sustentabilidad de su contexto”.
Expresó que los 17 ODS focalizan diversos retos mundiales que no se pueden atender de forma lineal, sino con acciones y políticas conformadas por reglamentos transversales.
Detalló que el mercado de soluciones de los ODS equivale a un valor de 12 trillones de dólares y las corporaciones tienen deben comprender que atender esas brechas sociales permite generar grandes oportunidades de negocio.
