Nueve activistas de Greenpeace en Francia, segunda potencia nuclear mundial, fueron detenidos ayer tras colarse de madrugada en la central de Nogent-Sur-Seine, a 95 kilómetros al sureste de París, para denunciar la falta de seguridad de estas instalaciones. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tildó la actuación de «bastante irresponsable» y prometió hacer público el resultado de las auditorías del parque nuclear del país. Aunque la compañía Électricité de France, EDF, propietaria de la central, indicó que «detectó inmediatamente» la intrusión, el ministro del Interior, Claude Guéant, admitió «deficiencias» de los sistemas de vigilancia.
«Esta acción demuestra hasta qué punto las nucleares francesas son vulnerables: ¡simples militantes, con intenciones pacifistas, han logrado, con pocos medios, alcanzar el corazón de una central nuclear!», asegura la asociación en una nota en la que reivindica la acción de Nogent-Sur-Seine, donde los activistas lograron desplegar una pancarta tras subirse a la cúpula de un reactor. El grupo ecologista asegura haber realizado otra intervención similar en al menos otro centro sin haber sido detectado.
«Sobre la iniciativa de estos militantes, es bastante irresponsable arriesgar su vida y la de los demás», reaccionó el presidente Nicolas Sarkozy en su conferencia de prensa con la canciller alemana, Angela Merkel. «En lo que se refiere a la seguridad nuclear, publicaremos la totalidad de las auditorías, le debemos la transparencia a los franceses», añadió.
Tras la catástrofe nuclear de Fukushima el pasado 11 de marzo, la UE decidió realizar una serie de auditorías del parque nuclear de cada país. Las investigaciones están en curso en Francia, que tiene 58 reactores en 19 centrales. Pero Greenpeace denuncia que estas solo se centran en posibles problemas físicos, descartando peligros como el terrorismo nuclear.
La gendarmería también detuvo a grupos de la organización que habían desplegado pancartas frente a las centrales de Chinon (centro del país) y de Blayais, en Gironde (oeste), y encontró escaleras en los alrededores del centro de investigación de Cadarache (sur) sin que los activistas llegaran a entrar en ninguna de las instalaciones.
La compañía EDF minimizó el alcance de la actuación de Greenpeace: «Fueron detectados inmediatamente por el dispositivo de seguridad». Su acción «fue seguida en permanencia» por los equipos de vigilancia que decidieron no recurrir a la fuerza. Los ecologistas permanecieron «siempre fuera de la parte industrial de las instalaciones», señaló el director de la central de Nogent-sur-Seine, Hervé Maillard. «La reacción fue proporcional al grado de peligro. Habíamos detectado que se trataba de militantes de Greenpeace, pacifistas», indicó.
Pese a todo, el ministro del Interior, Claude Guéant, reconoció que el incidente ponía de manifiesto «deficiencias» en los dispositivos de seguridad y señaló su voluntad de aprender del incidente «para que este dispositivo sea todavía más hermético».
Fuente: Elpais.com
Por: Ana Teruel.
Publicar: 6 de diciembre de 2011.