Una vez más, Greenpeace, en un alarde de creatividad, lucha por una causa socio-medioambiental: oponerse a la extensión de vida de una de las plantas nucleares alemanas más antiguas y por ende riesgosas.
La acción de la afamada organización se toma debido a la reciente decisión de la Canciller Angela Merkel de extender la vida de 17 plantas nucleares que deberían cerrar sus puertas en 2022. Entre éstas destaca la de Krümmel, a 32 kilómetros del centro de Hamburgo, una de las principales ciudades teutonas.
Tomando como referencia los daños provocados por Chernobyl y que ésta dejó una zona inhabitable de 32 km a la redonda conocida como la «zona de la muerte», la organización generó este tremendo spot y una serie de guerrillas para alertar a la población de los riesgos que corre al prolongar la vida de Krümmel.
Para ello soltaron globos verdes desde la planta para que se los llevara el viento; cuando algún alemán encontraba un globo a kilómetros de distancia, éste tenía un mensaje explicando que si éste había llegado hasta allí, la radiación también lo haría. Así mismo, ejecutaron acciones en plena ciudad, marcando los límites de lo que sería la nueva «zona de la muerte» y repitieron esta ejecución en los mapas del metro.
Indudablemente estamos ante una de las guerrillas más vistosas en pos de un fin socio-ambiental ejecutadas por una ONG. Además de la acción, lo que también llama la atención, es el costo tan económico de ella y el tremendo publicity que obtendrá. Un ejemplo a seguir para toda campaña de marketing social.
