En los últimos años, ha aumentado la preocupación por la efectividad de los informes ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), especialmente con el crecimiento del greenwashing, o lavado de imagen verde, dentro del ámbito corporativo. Una nueva encuesta de EY a 350 tomadores de decisiones en firmas de inversión globales revela que el 85% de los inversores considera que el greenwashing es un problema más grave ahora que hace cinco años.
A pesar del aumento en el uso de información ESG, un 66% de los inversores señala que probablemente reducirán el peso de los factores ESG en sus decisiones futuras, lo que pone de manifiesto una desconexión significativa entre las expectativas y la implementación real de estos principios.
El fenómeno del greenwashing ha generado un escepticismo creciente entre los inversores, quienes perciben que muchas empresas están presentando un compromiso superficial con la sostenibilidad para mejorar su imagen sin realizar cambios sustanciales.
El impacto de la desconfianza en los informes ESG
La encuesta de EY que se aplicó a 350 tomadores de decisiones en firmas de inversión globales revela que, a pesar de que un 88% de los inversores informa que sus empresas han aumentado el uso de información ESG el último año, solo el 25% se siente capacitado para evaluar los impactos a largo plazo de las políticas ESG implementadas. Este desajuste entre las expectativas y la realidad se debe a que, aunque las empresas reportan más datos ESG, estos se enfocan principalmente en el desempeño y no tanto en el impacto real de las políticas adoptadas. Este fenómeno refleja la desconexión entre la retórica sostenible y las estrategias de inversión efectivas.
Según el Dr. Matthew Bell, líder global de servicios de cambio climático y sostenibilidad de EY, “la comunidad inversora global debería estar al frente y en el centro de la campaña en pos de la sostenibilidad, pero, en cambio, lo que estamos presenciando son niveles preocupantes de apatía”. Esta falta de confianza en la veracidad de los informes ESG y la priorización de ganancias a corto plazo sobre los beneficios sostenibles a largo plazo están afectando la capacidad del sector para lograr un impacto real en el cambio climático.
El Dr. Bell advierte que los riesgos climáticos mal gestionados podrían resultar en consecuencias devastadoras para las empresas y sus patrocinadores financieros. En este contexto, una gestión adecuada de los riesgos climáticos es crucial, ya que de lo contrario, las empresas pueden enfrentar un futuro incierto y costoso. A pesar de este riesgo, el 93% de los inversores sigue confiando en que las empresas cumplirán sus objetivos de descarbonización y sostenibilidad, lo que plantea interrogantes sobre la base de este optimismo. A esta confianza le falta un seguimiento activo, ya que solo el 17% de los inversores realiza un seguimiento continuo de las políticas climáticas corporativas.
La necesidad de mejorar los estándares de información ESG
Para enfrentar el problema en informes ESG y mejorar la transparencia de los datos ESG, es fundamental que los inversores y las empresas colaboren en la creación de estándares más robustos y claros. Las políticas actuales, aunque en aumento, aún carecen de la profundidad y la veracidad necesarias para generar una confianza real en el mercado. Para resolver estas deficiencias, los expertos sugieren dos medidas principales que podrían mejorar la calidad y la fiabilidad de la información ESG:
- Informes más explícitos y comparables: Un 80% de los inversores demanda que los informes sobre factores ESG sean más claros, específicos y fáciles de comparar entre empresas. La estandarización y la coherencia en las divulgaciones son esenciales para evaluar la efectividad de las políticas ESG en diversas industrias.
- Auditorías independientes de los informes de sostenibilidad: Un 64% de los inversores apoya la implementación de auditorías externas para garantizar que las empresas no solo informen sobre su desempeño en sostenibilidad, sino que también lo hagan con precisión y responsabilidad. Estas auditorías podrían mitigar el riesgo de greenwashing y aumentar la credibilidad de los informes.
El Dr. Bell concluye que si se implementan reformas en los informes y auditorías ESG, podría haber un aumento significativo en el flujo de capital hacia proyectos clave para combatir el cambio climático. Esto no solo mejoraría la financiación climática, sino que también podría generar un efecto dominó positivo que contribuiría de manera crucial a la transición hacia una economía más sostenible.
Hacia un futuro con inversiones más sostenibles
El lavado de imagen verde y la falta de una información ESG clara y confiable continúan siendo desafíos importantes en la comunidad inversora. Para que las inversiones en sostenibilidad sean realmente efectivas, es esencial que las empresas ofrezcan informes detallados, auditados y verificables que vayan más allá de las palabras y demuestren un compromiso tangible con los objetivos ambientales y sociales. La mejora en los estándares de información ESG no solo generará confianza entre los inversores, sino que también facilitará la asignación de capital a proyectos que realmente contribuyan a un futuro más sostenible.
La transición hacia una economía sostenible depende, en gran medida, de la capacidad de los inversores para tomar decisiones informadas basadas en datos transparentes y verificables. Al exigir una mayor claridad y responsabilidad en los informes ESG, los inversores pueden jugar un papel crucial en el impulso de un cambio real en las políticas empresariales.
Sin un compromiso genuino y un seguimiento efectivo, las oportunidades para mitigar los riesgos climáticos y fomentar el desarrollo sostenible se verán limitadas. Es hora de que los inversores tomen la iniciativa y demanden una verdadera transformación en las prácticas corporativas, dejando atrás el greenwashing.