Por: Fabián Linares, Analista de Negocios de New Ventures México
El término greenwashing o teñir de verde normalmente se emplea para referirse a aquellas empresas, organizaciones o personas que se presentan como amigables con el medio ambiente – cuando no lo son en la realidad – dando así una falsa imagen sustentable.
Lamentablemente el greenwashing se ha convertido en una práctica común en estos tiempos y resulta muy complicado saber quién realmente aplica mejores prácticas para reducir sus impactos ambientales y quién simplemente se está colgando la medalla de la sustentabilidad de forma gratuita y fraudulenta.
Por eso, nos hacemos una pregunta: ¿Qué ha propiciado este fenómeno y qué podemos hacer para no caer en el greenwashing?
La creciente conciencia cívica y política respecto a los grandes retos ambientales, a los que nos enfrentamos como especie, ha generado mucha presión sobre el sector privado; y la imagen de aquellas empresas que continúan contaminando sin preocuparse por sus impactos, se ha visto muy deteriorada a nivel global. Añadido a esto, la sustentabilidad y lo “verde” han adquirido un valor muy importante en términos de marketing.
La realidad es que hoy lo verde vende y justo por eso muchas veces nos olvidamos de ir un paso más allá y cuestionar la transparencia de estas campañas sustentables.
Sería un error dejar toda la responsabilidad de parte de las empresas y los gobiernos cuando en realidad los principales culpables y greenwashers somos los propios consumidores.
¿Qué hacer?
Para empezar debemos ser transparentes.
Debemos evaluar cómo podemos, a través de nuestros hábitos de consumo y de vida, ser realmente más sustentables y no sólo pretender serlo de forma simbólica. Debemos rendir cuentas de nuestras actividades, hacernos responsables y contribuir de forma activa. Debemos informarnos bien sobre los productos que consumimos, conocer las alternativas. Debemos exigir al mercado y a nuestros gobiernos que se implanten y se cumplan las normas que aseguran una verdadera reducción de impactos y la conservación del medio ambiente.
En definitiva, debemos ser mucho más consecuentes con lo que decimos y hacemos. Una vez lo seamos, estaremos en posición de criticar a los greenwashers del sector empresarial y entonces sí, castigarlos por la mentira, aunque probablemente en ese momento ya habrán reaccionado, y juntos habremos dado otro paso hacia el desarrollo sustentable.
New Ventures
El World Resources Institute (WRI), uno de los tanques de pensamiento más importantes dedicado al desarrollo sustentable, decidió en 1999 crear el programa New Ventures con el fin de promover un crecimiento sustentable en mercados emergentes por medio del apoyo y la aceleración de transferencia de capital a negocios que proporcionan un beneficio social o ambiental.
Desde su fundación, New Ventures México ha acercado de manera gratuita servicios estratégicos de consultoría, coaching, vinculación y acceso a inversión a más de 150 empresas en los sectores de agricultura orgánica, turismo sustentable, energías alternativas, madera certificada, tecnologías limpias, acuacultura responsable y transporte sustentable.
Creo que el problema es que se confunden los términos y se generalizan. Muchas empresas creen que con solo poner un panel fotovoltaico ya son verdes, o comprar productos orgánicos, o producirlos y enviarlos a miles de km, o comprar el 5% de su stock por comercio justo (a quien les suena?) ya son más sostenibles.
El problema es que el término verdes se ha popularizado tanto que se ha pervertido y sobre todo, lo han prostituido.
El simple hecho de no cumplir las normas que las mismas empresas u organizaciones se plantean, ha tirado el concepto y la credibilidad del mismo.
Ejemplo el hecho de repartir o no flyers, el que Coca por ejemplo ahora tenga una iniciativa muy fuerta en el tema del agua, cuando aún sigue explotando los recursos de países donde hay una gran población en pobreza, como la India, donde incluso tiene demandas por «regalar» residuos químicos a granjeros locales como si fuesen agroaditivos.
Más que la transparencia, la idea es la honestidad y el compromiso. Se pueden logar avances tanto en utilidades como en sostenibilidad, porque no está peleada una con la otra, el problema es que las empresas NO quieren invertir en un cambio real, como siempre, es más cómodo seguir como hasta ahora, que tener cambios reales, es un mal que viene desde pequeños.
Y como dice el post, los consumidores somos los principales culpables, por no evaluar nuestras compras, pero… el problema se puede referir a empresas-gobierno, ejemplo en el caso de los alimentos chatarra en escuelas, donde les dieron un pequeño placito de 2 años, para retirar sus productos, es una burla para consumidores, gobiernos y empresas, mermando a un más la confianza en las últimas 2.