De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), existen cerca de 1.8 billones de personas jóvenes en el mundo —individuos entre 10 y 24 años—. Ellos y ellas representan el futuro económico, social y ambiental del mundo, pero también son quienes vivirán las consecuencias de las decisiones actuales. Entender esta situación llevó a Greta Thunberg y Olivia Mandle a incluirse en el activismo ambiental.
Es así que, a su corta edad —la primera de 19 años y la segunda de 15—, ambas se encuentran trabajando para que más oídos escuchen que es momento de transitar hacia prácticas sostenibles. Puesto que el cambio climático ya es una de las amenazas más grandes del presente, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que esta problemática causará 250 mil muertes más cada año.
Pese a las advertencias, no parece que exista un avance en las metas climáticas, porque las naciones más poderosas han demostrado que no podrán cumplir con lo pactado en el Acuerdo de París, el tratado más importante en materia ambiental, y que podría ayudar a combatir un escenario catastrófico. Por lo que se hace indispensable sumar esfuerzos como los que realizan Greta Thunberg y Olivia Mandle.
¿Es importante el activismo ambiental?
Como lo explica la University of Nevada, Reno, el activismo ambiental consiste en una serie de acciones ejecutadas por personas o grupos, cuyo fin es proteger a la naturaleza. Quienes se integran a estas actividades logran identificar los factores que vulneran el equilibrio del planeta, que puede ir «desde preocupaciones comunitarias hasta globales», para después desarrollar estrategias que fomenten la conciencia ambiental o generen soluciones.
En esto último radica la importancia de lo que hacen Greta Thunberg y Olivia Mandle, ya que gracias a sus proclamas han logrado atraer la atención de autoridades, personas y organizaciones hacia asuntos importantes relacionados con la crisis ambiental que impacta a nuestro planeta. En este sentido, el activismo ambiental puede tener una gran influencia, ya que tiene la fuerza para detener proyectos con riesgo al entorno o inducir reformas políticas que ayuden a mitigar el daño ambiental.
Además, según Conserve Energy Future, otras situaciones en las que la lucha ambiental puede influir son:
- Creación de conciencia sobre la sostenibilidad.
- Impacto en los agentes de cambio y líderes.
- Educar a más personas sobre el problema.
- Instar al sector privado a evitar o mejorar malas prácticas en sus procesos.
- Proteger a las comunidades.
- Impulsar formas alternativas de energía y consumo.
- Programas de conservación.
Muchos de estos aspectos han sido abordados por Greta Thunberg y Olivia Mandle, quienes se han convertido en referentes jóvenes de todo lo que el activismo puede hacer y de la importancia que tiene que la niñez y la juventud se integren a la lucha climática, puesto que son ellas y ellos los herederos del mundo.
Un dúo en favor del planeta: Greta Thunberg y Olivia Mandle
En 2018, la joven Greta Thunberg, de entonces 15 años, decidió protestar de manera simbólica frente al parlamento de su país, con un cartel que decía «Huelga escolar por el clima». Su proceder llamó la atención de varias personas y medios, lo que haría que fuera invitada a la COP24, cumbre mundial enfocada en el clima. Durante su participación, Thunberg cimbraría al mundo con sus fuertes palabras al asegurar que:
«Nuestra biosfera está siendo sacrificada para que gente rica en países como el mío pueda vivir con lujo».
Greta Thunberg, activista ambiental.
De ahí en adelante, la activista ha conseguido ser blanco tanto de apoyo como de burlas por parte de la opinión pública. Sin embargo, sus discursos cada vez más directos y enfocados han sumado a que más jóvenes se interesen por el cambio climático. Lo cual dio como resultado, en 2019, la protesta más grande sobre el tema, en la que niñas, niños y adolescentes de todo el mundo unieron sus voces para exigir que se tomen las medidas necesarias contra la crisis climática.
Pero eso no es todo, Greta ha tomado su ambientalismo en todas las facetas de su vida. Por ejemplo, no usa aviones para trasladarse, pues sabe que son uno de los transportes más contaminantes del mundo. Además, desde el inicio de su carrera como luchadora por el clima, Thunberg y su familia han mantenido una dieta vegetariana y limitada en su consumo de artículos.
Su interés por el clima —nacido de la enseñanza de sus profesores y la curiosidad propia— la ha llevado a dirigir mensajes en foros internacionales, hablar con el Papa y otros mandatarios, y hasta ser nominada dos veces al Nobel de la Paz. Pese a que la pandemia limitó su actuar, Thunberg se ha mantenido como un ícono de la acción por el planeta y sus «Friday’s For Future» se convirtió en el emblema de las generaciones preocupadas por el entorno.
Como un trabajo en paralelo de lo que hace Greta, quien ya cumplió 19 años, Olivia Mandle, una adolescente de Barcelona, mantiene desde hace algún tiempo una fuerte conciencia ambiental. La cual la ha llevado a defender causas climáticas y ecológicas, como el cuidado de los mares y de las especies marinas, sobre todo de los delfines. Por lo que ha iniciado campañas donde insta a que sean retirados los delfinarios.
«Es una crueldad que solo se lleva a cabo por el ocio y el negocio, para que nosotros lo pasemos bien 10 minutos. Un ejemplo más de los humanos utilizando a otros seres vivos, sin pensar en las dramáticas consecuencias de un acto tan horrible».
Olivia Mandle, activista ambiental.
Con apenas 15 años, Mandle ya es una de los 130 embajadores del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea. Asimismo, ha sido reconocida como una joven inspiradora por el Instituto Jane Goodall, organización española sin fines de lucro, es la líder de la campaña «No es país para delfines» e inventó un artefacto para recoger microplásticos en las playas, pues para ella estos desechos se han convertido en un gran enemigo.
«Quería hacer algo, así que creé la Jelly Cleaner, un artefacto que flota y que recoge estas partículas de la superficie del mar. […] Si vas por la playa con eso, la gente te mira raro, te pregunta y, cuando explicas qué es, ya estás concienciando sobre cómo están nuestros océanos. Y eso es lo que marca la diferencia”.
Olivia Mandle, activista ambiental.
Dentro de las muchas cosas en común que tienen Greta Thunberg y Olivia Mandle está el hecho de cómo se involucran en las cuestiones ambientales. Y es que esta última, al igual que Thunberg, tuvo la inquietud de ser una activista por la información sobre los problemas ambientales, en su caso por parte de sus papás, quienes a una edad muy temprana le hablaron de ello.
Educación ambiental, el arma del futuro
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) apunta que la educación ambiental incrementa el conocimiento y, por ende, la concientización en torno de los retos que enfrenta el planeta y los ecosistemas. Lo anterior debido a que permite a las y los interesados investigar, profundizar y generar soluciones.
En cuanto a ello, la UNICEF considera que enseñar e integrar a las y los jóvenes en la lucha climática podría ser la acción más importante que los gobiernos pueden hacer. Aunque este sector poblacional es el menos responsable de las afectaciones al mundo, será el que padezca más las consecuencias. Y es que la apatía nace de la desinformación y la omisión de los hechos, porque quienes se integran al aprendizaje reconocen la necesidad de actuar.
Así lo dejan claro las acciones de Greta Thunberg y Olivia Mandle, que iniciaron un camino en favor de su futuro, al igual que otros niñas, niños y adolescentes que se han sumado a causas de este tipo. Al menos en América Latina, muchos han dejado de ser víctimas pasivas de la crisis ambiental y están exigiendo una transformación que resguarde la seguridad del planeta, como lo señala el reporte ¡Esfuércense más! (2021), que destaca la fuerza de las y los jóvenes activistas.
Por lo tanto, apostar por la enseñanza sobre preservación, prevención y situación ambientales representa una forma en que las y los jóvenes comienzan a frenar el daño y a tomar las riendas en iniciativas que modifiquen el panorama. Tal como ya lo realizan Greta Thunberg y Olivia Mandle que, desde su Responsabilidad Social Individual, están actuando en favor de otros.
