Una guerrilla brillante. Un anuncio crudo pero no grotesco para hacernos reflexionar sobre los daños «mínimos» que una mina de tierra puede ocasionar.
La actividad es muy sencilla: se colocó un adhesivo en una puerta corrediza, de modo que cuando ésta se abriera, la pierna del niño se separara del resto de su cuerpo de forma «obvia y natural»; sin embargo también en una perfecta alegoría al estúpido belicismo humano al crear armas tan deleznables como las minas y de que, peor aún, como clama el copy, haya millones aún activas: «Cada año miles de niños son las víctimas. 100 millones de minas de tierra contínuan aún sin ser detectadas. Ayúdenos.»
La brillante ejecución fue hecha para landmine.de