En ciertas ocasiones, la producción de algunos alimentos es sumamente contaminante; sin embargo, tú puedes cooperar para revertir este problema. A continuación, te presentamos cuatro pasos para convertir tu dieta, y tus adquisiciones, en unas mucho más amigables con el medio ambiente. Además de ser buenas para ti, serán aliadas del planeta.
1. Elige alimentos locales
· Si conoces un mercado o un buen agricultor de alimentos producidos bajo los estándares de comercio justo, entonces ya estás un paso adelante. Si todavía no encuentras a este importante cómplice, no te preocupes, es muy fácil mantenerse en el buen camino.
· Comprar productos de agricultores locales ayuda a la preservación de las pequeñas fincas y terrenos sin desarrollar. Además, estarás apoyando a la economía de las familias que cosechan estas mercancías.
· No sólo el sabor de los alimentos locales y su contenido nutricional son mejores, sino que otro grandioso beneficio es que sabrás con exactitud lo que estás recibiendo, a diferencia de los productos que vienen de muy lejos (empaquetados).
· Éstos últimos difícilmente nos muestran todos los detalles acerca de los pesticidas, uso de suelo y las condiciones de trabajo con las que se obtienen.
· También puedes adquirir productos de fabricación local en el supermercado. Algunas tiendas están haciendo un esfuerzo para distribuir a los proveedores locales, incluso dándoles su propia sección.
2. Prefiere alimentos orgánicos
· Es común ver alimentos orgánicos en los supermercados. En general, éstos no contienen ingredientes químicos que podrían resultar dañinos, como fertilizantes artificiales y pesticidas.
· La etiqueta “verde” puede guiarte en tu camino. Para ser un consumidor responsable, te invitamos a realizar una investigación más a fondo acerca de las marcas orgánicas que te gustan y comprobar su historial ambiental.
3. Sirve productos de temporada
· Trata de evitar aquellos productos que no sean de temporada. Por ejemplo: los espárragos y las fresas en el invierno, pues deben ser traídos desde un lugar lejano donde se encuentran vigentes en determinado momento.
· Reducir el transporte aéreo y terrestre de alimentos que no son de temporada minimiza el uso de combustibles y la contaminación del aire.
· Si buscas ahorrar dinero y que tu bolsillo se mantenga al día, los alimentos de temporada siempre serán la opción más barata.
· Date una vuelta por el mercado cerca de la hora de cierre; seguramente encontrarás ofertas de agricultores que prefieren descargar elementos maduros que llevarlos de vuelta.
4. Compra carne y pescado responsablemente
· Realiza un poco de investigación para descubrir las especies de pescado que se cultivan o pescan utilizando prácticas responsables cerca de tu localidad.
· Comprar carne de pequeños agricultores que llevan a cabo prácticas sustentables en su producción, así como la reducción de la cantidad de ingesta de carne, puede ayudar de manera significativa al cuidado del entorno.
· Los productos de origen animal orgánicos son aquellos que no tienen hormonas y antibióticos adicionales, lo cual hace que sean realmente saludables pues no desbalancean nuestro sistema.
Fuente: Revista Equilibrio