Por: Alicia Hernández es asesora senior de Sostenibilidad en ResponSable y coordinadora de Programa en ChinampaMX.
Kate Raworth repensó la economía como “un modelo de dona” (doughnut economics) con el fin de buscar un esquema que nos permita llegar a un sistema regenerativo como sociedad. La economista cuestionó el papel de las empresas en el diseño de un modelo que se mantenga dentro de las fronteras planetarias y sociales e ideó lo que llama el “To Do List” de los negocios:
- No hacer nada
- Hacer lo que reditúa
- Hacer lo que te toca
- No hacer daño
- Ser generoso
Sin embargo, Raworth reconoce que si bien cada casilla de la lista puede marcar el proceso para que una empresa contribuya a la economía regenerativa, hoy por hoy no podemos darnos el lujo de avanzar paso por paso: como oruga que se transforma en mariposa, las organizaciones deben estar más inspiradas y habilitadas para dar el gran salto al diseño generoso de su negocio, uno que contribuya al desarrollo sostenible.
La pregunta principal es ¿cómo las empresas pueden dar este gran salto? ¿Cómo pueden transicionar de modelos tradicionales de negocio enfocados en la creación de ganancias a compañías que generen valor compartido y sostenible? Para mi la respuesta está en los líderes de sostenibilidad y las habilidades con las que cuentan. La clave es implementar la capacitación que tenemos pendiente: la que permita desarrollar líderes que estén equipados para atender los desafíos de la sostenibilidad empresarial.
En México, el contexto de preparación de muchos líderes de áreas de sostenibilidad o responsabilidad social indica que hay una falta de especialización. De acuerdo al Estudio Panorama de la Responsabilidad Social en México 2019 publicado por ResponSable, 50.7% de los encargados de RS/Sostenibilidad no estudió un programa relacionado con la materia. Mientras tanto, del restante de los encuestados solo 23.8% tomó cursos o seminarios y solo 11.5% estudió una maestría.
Las tareas relacionadas con sostenibilidad han ido en aumento -acelerado- en los últimos años. Tal vez inicialmente se asignaron tareas como organizar un voluntariado corporativo, como emprender un programa con la comunidad o incluso organizar un convenio de reforestación a áreas que por, tradición o desconocimiento, se creyeron como las indicadas para llevar a cabo estas iniciativas. La demanda ha ido creciendo: hay que preparar reportes de sostenibilidad, definir un plan de sostenibilidad basado en las expectativas de los grupos de interés y en las prioridades del negocio, implementar evaluaciones ESG para los inversionistas o establecer metas ambientales suficientemente ambiciosas para mitigar la huella de carbono.
Poco a poco, las áreas se han ido apoyando en consultoras especializadas para resolver los desafíos, sin embargo, en muchos casos, la Alta Dirección sigue esperando que las labores se lleven a cabo in-house, sin invertir en la preparación o profesionalización necesaria para los equipos de trabajo que están dedicados a ello. Como consultora, he podido ver que los retos van desde áreas de sostenibilidad donde una persona está a cargo de todo y no cuenta con más manos para cumplir los retos, hasta colegas que por cuenta personal, tienen que buscar los cursos, diplomados o incluso webinars para empaparse un poco más de los temas de gestión de la sostenibilidad empresarial. Lejos de reconocer que es un tema donde se debe capacitar al personal a cargo, las empresas, por desconocimiento, por considerarlo un gasto, o por no tener directores convencidos, han relegado la adquisición de conocimiento y habilidades de sostenibilidad.
Si queremos lograr una verdadera transición como empresa al desarrollo sostenible y a un modelo regenerativo de negocio, es evidente que la clave está en contar con equipos altamente capacitados, comenzando con los líderes de sostenibilidad. Ahora, ¿Cuáles son las habilidades que se necesitan y en lo que las empresas deberían de estar invirtiendo para desarrollar a sus equipos?
En primer lugar, hay habilidades técnicas que se requieren para una gestión estratégica de la sostenibilidad:
- Análisis de datos: Para quienes estudiamos ciencias sociales y nos encontramos en el sector, este puede ser el mayor reto. En sostenibilidad es fundamental recolectar, analizar y reportar datos de interés para los stakeholders, y aún más, para la toma de decisiones y medición de avance en las metas establecidas. Se vuelve aún más importante el poder cuestionar, criticar y digerir la información que se recolecta a fin de encontrar los métodos más adecuados para evaluar y presentar los resultados de forma que permitan a la Alta Dirección una toma de decisiones basada en evidencia real.
- Retos del cambio climático y manejo de recursos naturales: Para quienes llevan áreas de sostenibilidad, y no cuentan con un background en ciencias ambientales, este pilar puede implicar una gran prueba, y sin embargo, es uno de los retos principales para las organizaciones. De acuerdo al reporte State of Green Business 2021 de S&P Global y GreenBiz Group, en octubre de 2020, más de 1500 organizaciones a nivel mundial expresaron su apoyo y alineción al Taskforce on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), con un incremento del 85% respecto a junio del mismo año. El reporte también indica que casi el 60% de las 100 compañías públicas más grandes del mundo reportan en alineación a los mismos estándares. Adicionalmente, vemos directrices que enfatizan la importancia de establecer metas ambientales como Carbon Disclosure Project (CDP), Science Based Targets, o incluso SASB y GRI. Es sumamente importante que los líderes de sostenibilidad, sin importar su área de expertise principal, tengan una buena noción de cómo taclear los asuntos materiales relacionados con medio ambiente para su negocio.
- Medición de impacto: Las metas monetarias están quedando atrás como único elemento para definir el valor generado por la economía, ahora se buscan indicadores que midan la prosperidad humana y diferentes fuentes de valor: social, ecológico, cultural e incluso físico. Raworth resalta el ejemplo del Dashboard Ambiental de Oberlin, una ciudad que ha establecido un método colaborativo de métricas de resiliencia, prosperidad y comunidad para monitorear sus metas, educar y empoderar a la ciudad. Si una ciudad puede hacer esto, ¡es indispensable que una empresa también lo haga para sí misma! Definir métricas claras y de impacto es fundamental para que la organización pueda llevar el seguimiento de sus avances, pero también para que puedan rendir cuentas ante sus grupos de interés. El equipo de sostenibilidad es clave para impulsar al resto de las áreas para lograr el establecimiento de este tipo de indicadores en temas sociales, ambientales y económicos.
En segundo lugar, están las habilidades interpersonales que las posiciones de sostenibilidad demandan:
- Liderazgo colaborativo: En su libro, “Mission Economy”, Mariana Mazzucato resalta que para dar la vuelta al capitalismo, es necesario contar con líderes que puedan diseñar soluciones colaborativas no solo entre áreas de la organización, sino también con gobiernos, comunidades y con todos los stakeholders que participan en la creación de valor. Reconoce que los problemas de desarrollo sostenible a los que nos enfrentamos, como los planteados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no tienen una solución directa, sino que requieren de un entendimiento amplio de cómo temas sociales interactúan con problemáticas políticas, tecnológicas, de comportambiento e incluso ambientales. Para poder proponer respuestas a la medida, se necesitan líderes que puedan dimensionar esta complejidad, considerar todos los pilares y aterrizar los retos en pasos o metas prácticas.
- Comunicación con propósito: Los encargados de sostenibilidad suelen ser abogados e influyentes de la sostenibilidad al interior y exterior de la organización. Por ello, es importante que la comunicación sea efectiva y esté basada en el gran propósito que esperan cumplir. Algunas de las tácticas de comunicación que se pueden amaestrar para contar con una comunicación exitosa de sostenibilidad, según la Harvard Business School son: storytelling, el manejo de estadísticas y herramientas de visualización de datos y la capacidad para realizar preguntas de reflección personal.
- Pensamiento innovador: Más que nunca, hoy es necesario que los negocios reimaginen cómo brindar servicios y productos que sean sostenibles. El líder debe ser capaz de pensar fuera de la caja y de guiar a su equipo para que se puedan compartir ideas, rebotar iniciativas y criticar positivamente conforme se avanza hacia un modelo de negocio más sostenible.
Este set de habilidades es tan solo un resumen de la lista completa que se necesita, y que por tanto, se debe procurar. En su reporte “The future of the Chief Sustainability Officer”, Deloitte reconoce que el rol de un(a) Director(a) de Sostenibilidad se vuelve cada vez más claro: alinear el modelo de negocio con la estrategia de sostenibilidad e integrar la misma en la operación. Esto requiere de colaboración, organización, administración y comunicación, además de habilidades de comunicación excepcionales para influir y persuadir stakeholders internos y externos con objetivos sumamente diferentes.
En conclusión, ¿qué pueden hacer las empresas para asegurar que sus líderes de sostenibilidad están equipados con estas habilidades para el desarrollo sostenible?
- Antes que nada, reconocer que sus líderes de sostenibilidad son actores clave en la supervivencia del negocio. Pueden ser hacer la diferencia en la prevención de un desastre reputacional, en la trascendencia social del negocio, e incluso, en la permanencia del negocio en su industria.
- Invertir, invertir, invertir recursos económicos y de tiempo en su capacitación. Esto se desprende del convencimiento y participación de la Alta Dirección en el impulso de la sostenibilidad desde adentro. Cuando se reconoce que hay una brecha en una temática tan importante, será más fácil dirigir los recursos para cubrirla.
- Asegurar que sea una capacitación transversal. Si bien hay líderes de sostenibilidad, otras áreas participan y apoyan en el seguimiento de los proyectos, y sobretodo, en el reporteo de avances. Es importante que todo el equipo, y no solo el encargado, cuente con este tipo de conocimiento.
El Institute for Sustainability Leadership de la Universidad de Cambridge lo define así: “Un líder de sostenibilidad es alguien que inspira y apoya la acción hacia un mundo mejor”. Las empresas tienen una capacitación pendiente (o muchas) para asegurar que sus líderes cuenten con habilidades para el desarrollo sostenible, y entonces sí (y no mágicamente), puedan crear ese mundo mejor.