No sé ustedes, pero yo estoy ansiosa de deleitarme con el talento de Emma Stone y Ryan Gosling en el estreno de La La Land: Una Historia de Amor. Sí, me declaro una romántica empedernida y una amante de las historias emotivas; así que desde que vi el trailer supe que no podría resistirme. Después de todo no se me ocurre un mejor dúo, ninguna otra época, ni un sonido más cautivador que el jazz.
Se dice que esta cinta podría poner a Stone nuevamente en la carrera por el Oscar, y aunque hasta ahora esos comentarios son poco más que especulaciones, lo cierto es que su éxito como actriz sí la ha colocado en la portada de la revista Rolling Stone para el próximo mes de enero 2017. Esto tras haber concedido una entrevista a Jonás Weiner.
Cabe destacar, que se trata de la primera vez en más de un año que una mujer aparece en la portada de esta publicación a solas, ya que la anterior en marzo 2016 fue Hillary Clinton y estuvo acompañada de Bernie Sanders.
Durante la entrevista comenzada en el lugar de sushi favorito de la actriz en Los Ángeles, ella relata una serie de experiencias sobre cómo y por qué incursionó en la actuación, qué camino tuvo que recorrer para llegar a ser una estrella de Hollywood y qué retos ha tenido que enfrentar dentro de la industria.
Ha habido momentos en el pasado, rodando una película, donde me han dicho que entorpecía el proceso cuando daba una opinión o una idea
No es una entrevista sobre el sexismo en la industria cinematográfica o sobre feminismo. En realidad, tal como lo presenta el entrevistador, parece una charla relajada y divertida con una profesional que poco sabe sobre arrogancia. Es el resultado quizá de haber sido una niña que se apoyó en el teatro y la comedia por terapia más que por ambición, aunque al hacerlo encontró un talento extraordinario y una pasión que da vida a un montón de personajes, en medio de un mar de obstáculos.
Ha habido veces en las que he improvisado, se han reído de mis bromas y se las han dado a mi compañero, un hombre
Lo que sí se encuentra en este texto es a una mujer inteligente que ha experimentado el sexismo en carne propia, que ha superado muchos retos y que se encuentra preocupada por su entorno. Respecto al reciente triunfo de Donald Trump en la elección presidencial, Stone comenta que todavía es difícil de procesar. «Es aterrador no saber, pero no puedo dejar de pensar en las personas vulnerables a ser ignoradas o dejadas de lado. Más marginadas de lo que han sido ya durante cientos de años; y cómo el planeta morirá sin nuestra ayuda», lamenta.
Creo que algo no está bien entonces
Con todo, aún creo que hay algo que no está bien. En la portada de Rolling Stone, Emma aparece vestida con un camisón en tono nude que, aunque le queda espectacular, no apoya del todo el mensaje que deja dentro de las páginas. Sé que dirás: – ¡Detente! ¿Cómo puedes insinuar que ella es menos feminista solo por usar un camisón? –. No lo hago, y para evitar confusiones dejaré algunas ideas en claro.
- No, que Emma Stone sea bellísima no la hace menos inteligente, -y al decir que es bellísima, no pretendo tratarla como objeto o desestimar su talento-.
- No, hacer fotos con un camisón, un conjunto de lencería, o incluso desnuda, no hace que una mujer sea más o menos feminista que el resto.
- No, ninguna mujer debería ser juzgada por la forma en que decide mostrarse a sí misma.
No obstante esta quizá no era la mejor oportunidad para esa fotografía en específico. ¿El motivo? Ella hizo una denuncia al sexismo en la industria y al mismo tiempo ha contribuido a perpetuar una de las prácticas sexistas más tangibles en Rolling Stone.
Para mostrarlo habría que dar un vistazo a un comparativo publicado por Society Pages en 2011. En él se analizaron las portadas de la revista entre 1967 y 2011 para determinar si hombres y mujeres eran igualmente sexualizados al aparecer en este espacio. Se contempló un total de once variables distintas para medir distintos aspectos de la sexualización y los resultados, lamentablemente no fueron una sorpresa.
Una vez que las imágenes de 43 años de portadas fueron puntuadas, se clasificaron en tres categorías: No sexualizado, sexualizado e hiper-sexualizado. Entre el 83% y el 89% de las imágenes de hombres se ubicaron en el primer grupo y sólo el 2% de ellas llegaron a estar hiper-sexualizadas. En contraste, el 83% de las mujeres eran sexualizadas o hiper-sexualizadas para la década del 2000.
Esto quiere decir que mientras las imágenes más comunes de los hombres eran parecidas a esto:
La mayoría de las imágenes femeninas en la revista son cercanas a esto:
¿Acaso la portada de Emma se encuentra lejos de esta realidad?
Les decía que creía que algo no iba a funcionar y me decían: ‘Dilo, dilo, si no funciona, lo cortamos’. Y luego no lo cortaban, y es que de verdad que no quedaba bien
Intentaremos (o quizá mejor evitemos) pensar que esta fue una de las ocasiones que la propia actriz refiere durante la entrevista y nos quedaremos con la experiencia que comparte de cuando trabajó con el mexicano Alejandro González Iñárritu. Según cuenta, se encontraba en medio de una escena difícil, a punto de rendirse, así que fue a su camerino a sacar su frustración y volvió decidida a dejar de intentar complacer al director. Ahí fue cuando el dijo: «Beautiful — there it is! (Hermoso, ahí está)».
¡Vamos! Realmente después de leer la entrevista lo único que la experiencia me quedó a deber era un cambio de paradigma en la portada de Rolling Stone. Algo más cercano a la frase con la que abre uno de los trailers de su más reciente película.
No es que nadie haya deshecho ese paradigma antes. ¿O ya se nos olvidó el día en que Adele decidió aparecer sin maquillaje? ¡Esa sí que fue una portada para denunciar el sexismo!