Con el uso del 30 por ciento de energía eólica, la construcción de una planta de tratamiento y reciclaje de agua residual, así como la instalación de azoteas verdes y un mariposario, Papalote Museo del Niño busca ofrecer un ejemplo claro de sustentabilidad a sus visitantes.
Marinela Servitje, directora del recinto, explicó en conferencia de prensa que este tipo de medidas permitirán, además de ahorrar energía y recursos, hacer conscientes a los pequeños de que el tema ambiental no es cuestión de moda, sino un estilo de vida.
«A partir de fines de este año nuestro recibo de luz llegará más reducido y el próximo año más y el que le sigue más. Bimbo nos va a dar energía al museo y yo creo que hasta el 30 por ciento de la energía podría venir de la energía que ellos suban a la CFE y, nos donan», explicó Servitje al inaugurar la primera etapa del proyecto ecológico Azoteas Verdes.
Con la presentación de exposiciones como La Neta del Planeta, talleres y la proyección de diversos documentales, Papalote había hecho patente su interés en la cultura ecológica.
Con el apoyo económico de HSBC, la asociación Efecto Verde instaló mil 600 hidromaceteros con diferentes tipos de plantas en la azotea de la megapantalla IMAX, lo que permitirá captar 28 mil 674 litros de agua pluvial al año, explicó José Antonio Flores García, presidente del proyecto.
Los maceteros, elaborados con material reciclado, contienen ejemplares de Siempreviva y Sedum Rojo, especies que no requieren de mucha agua y que pueden permanecer hasta seis meses sin este recurso.
Adicionalmente, se espera que estas plantas atraigan a especies de mariposas como Leptofobia Aripa, Phoebis philea y, posiblemente, las monarcas, señaló el biólogo Francisco Alberico, del proyecto Biosmariposas.
«Todas estas plantas tienen la característica de que atraen a las mariposas, ellas ponen sus huevos, son alimento de las orugas y, atraen a otras orugas», dijo Alberico. «Estamos en la primavera, habiendo aquí el nicho es probable que en un mes ya haya huevecillos».
El agua captada irá a una serie de cisternas que, pronto, será enviada a una planta de tratamiento de agua que será construida en el museo.
«No es fácil volverte verde y más cuando hablas de un edificio de hace 20 años», comentó Servitje. «La inversión acabará siendo de 350 mil pesos».
Entre otras estrategias implementadas por el recinto destaca la reducción de luz en la megapantalla, cuando no hay personas, además de una reducción en el uso de aire acondicionado.
«Estamos viendo si tenemos un crédito para cambiar el aire acondicionado que, además se liga con Banco Mundial, para ir pagando poco a poco un sistema de aire acondicionado más eficiente y más ahorrador», añadió.
Sobre la posibilidad de utilizar sistemas de energía solar, Servitje añadió que la Ciudad de México no ha mostrado ser un buen ejemplo para captar la energía por lo que evaluarán los resultados obtenidos de la instalación que realizaron en El Sope (en el Bosque de Chapultepec), así como en el Parque Bicentenario.
Fuente: Reforma.com, Ciencia.
Reportera: Diana Saavedra.
Publicada: 22 de marzo de 2011.
