Por Antonio Tamayo Neyra
Aunque pueda sonar raro, creo que la solidaridad puede generarse al hacerse negocios, conceptos que no necesariamente deben estar reñidos o ser antagónicos.
Creo que existe en el ambiente empresarial, al menos en mi país, la idea de que hacer negocios significa de alguna forma el jugar el llamado “juego suma-cero”, es decir, gano o pierdo todo. Y por lo tanto los participantes en cualquier negociación siempre buscan la manera de cuidarse del otro y al mismo tiempo tratar de llevarse todo a su favor.
Ambas partes no alcanzan a comprender plenamente que en una relación comercial que afín de cuentas es una relación social, se trata de que ambas partes ganen en la transacción, generando con ello una solidaridad que se puede convertir en una sociedad, que implica una solidaridad en la que juntos ambas partes obtienen una ganancia.
Lo anterior lo comento por un suceso que me tocó presenciar hace poco, y creo que es muy común desafortunadamente. El caso es que una persona renta un local comercial a un precio determinado, en una edificación en la que los locales estaban desocupados por más de seis meses.
Al poco tiempo de haber empezado el alquiler, el negocio instalado empieza con éxito, por lo cual el inquilino renta un local contiguo para ampliarlo. A los seis meses de dicha ampliación y el negocio avanzando prósperamente, el dueño de los locales pretende aumentar un 60% el valor de la renta por ambos locales.
Ante esta actitud, el inquilino se ve impedido de poder aceptar el incremento planteado, por lo que se ve en la necesidad de desocupar ambos locales. Por lo que la edificación vuelve ahora a encontrarse vacía.
Reconozco que no conozco al dueño de dicha edificación, pero por los comentarios del ahora ex-inquilino, parece que el propietario quería también participar de la prosperidad del negocio instalado y por ello cobrar una mayor renta. Y es en este aspecto cuando hago mención de la solidaridad y del verdadero valor de hacer negocio.
¿Qué ha sucedido? Unos locales que estuvieron desocupados mucho tiempo logran alquilarse dos ellos en un lapso corto y con estabilidad, pero con el pretendido aumento ahora están nuevamente desocupados.
Ahí pudo haberse realizado un buen negocio generando una relación ganar-ganar, pero se buscó un juego suma-cero y finalmente ambas partes perdieron.
¿Por qué el dueño de los locales no se percató que si el negocio alquilado estaba funcionando tenía una renta segura y que probablemente esto ayudaría a que sus otros locales también se rentarán? ¿Es un exceso de ambición y no querer compartir ganancias?
Uno tiene el local, el otro tiene un giro comercial que aprovecha el local. ¿Por qué no trabajar juntos y beneficiarse, trabajar como socios en forma solidaria.
Reconozco que no tengo respuestas, pero si planteo la situación en la que percibo un fuerte egoísmo en donde no se busca una relación socio-comercial positiva y pareja, sino de preponderancia de uno sobre otro.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.