Por la forma como se han venido desarrollando los acontecimientos por la crisis financiera, es posible pensar que las empresas estén desarrollando acciones de responsabilidad social de una forma no deliberada, siendo la recesión un factor decisivo para ello.
Dicha recesión, que no es otra cosa que la disminución del consumo, está provocando como una primera reacción, la creación de ofertas y promociones para reducir la sobre existencia de inventarios y con ello pagar las deudas contraídas y el pago de todos los gastos y costos inherentes a la operación en el corto plazo, sin embargo, este tipo de acciones si bien son válidas, no pueden ser permanentes, por lo que ahora se tiene que pensar en algo más y que principalmente permita la sobrevivencia de las empresas.
Y para lograr esa sobrevivencia, en tal vez la mayoría de los casos, se tienen que modificar los productos y servicios que se ofrecen, y más aún mejorando la calidad y características de los mismos. Ejemplo de esto es lo que está sucediendo con la industria automotriz en el mundo y principalmente en Estados Unidos, en donde por la radical baja en sus ventas de prácticamente un 50 por ciento del 2007 al 2008, tendrán que ofrecer un nuevo tipo de autos que además de ser accesibles en precio, deberán ser más ahorrativos en su operación y mantenimiento.
Aunado a lo anterior, también está la presión para el ahorro y/o el uso de otro tipo de energéticos, lo cual busca una orientación a la sustentabilidad en el más amplio de los sentidos.
Este rediseño también es posible que lo empecemos a ver, sino es que ya se está presentando, en los productos que compramos en el supermercado, ya que al buscar esa mencionada sobrevivencia, tienen que encontrar la manera de seguir estando en el mercado.
Y dentro de las mismas empresas, ahora se empieza a observar un mayor cuidado de los recursos, y lo más importante, evaluando de mejor manera al capital humano existente.
En suma, todas estas acciones que si bien aparentan ser solamente acciones de tipo económico, están propiciando considerar el valor social que implica el redimensionar desde la necesidad de cierto tipo de productos, hasta el valor social de la misma empresa, dicho en otras palabras la pregunta es: ¿es realmente necesaria la existencia de determinada empresa y/o producto para la sociedad en general en términos económicos y éticos?
Ahora la empresa necesita justificar tanto económica como socialmente su existencia, a través de sus productos y/o servicios, en cómo administra su capital humano, en la forma como se relaciona con sus proveedores y con la sociedad en general.
Si bien la sociedad ha venido adquiriendo mayor conciencia en la forma de proceder de las empresas primordialmente desde la década pasada, lo cual se vio reforzado con el ya célebre fraude de Enron a principios de este siglo; pues ahora con la actual crisis esta vigilancia es seguro que será cada vez mayor.
Ya sea desde diversas regulaciones hasta la comunicación boca a boca, la sociedad en general ahora está empezando a exigir una verdadera responsabilidad social a las empresas.
Por todo lo anterior, es posible pensar que esta crisis modificará la forma de actuar de las empresas, con una disposición a pensar en su aportación a la sociedad, y no solamente en su afán de lucro como objetivo final.
Seguiremos platicando ….
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.