Y hoy, según la organización ecologista estadounidense Earth Policy Institute, somos los mexicanos los segundos mayores consumidores del líquido envasado, después de los estadounidenses.
Y es que el promedio anual de consumo de agua embotellada per cápita en México es de 170 litros. Aparentemente, una solución sería simplemente rellenar las botellas; sin embargo, este tipo de plásticos acaba con el paso del tiempo desprendiendo sustancias, como el antimonio o el bisfenol A, perjudiciales para la salud.
El Economista, “Consumo sustentable y redituable”, Finanzas Personales, p.17
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