A pesar de que cualquier forma de esclavitud está prohibida y universalmente condenada desde hace mucho tiempo, esta práctica persiste en muchos rincones del mundo y sigue aumentando significativamente. Las últimas estimaciones globales, publicadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), señalan que hay 50 millones de personas en esclavitud: 28 millones en trabajos forzados y 22 millones en matrimonios forzados.
Si bien, la ambición de erradicar la esclavitud moderna para 2030 forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, el camino para lograrlo depende en gran medida del esfuerzo adoptado por cada uno de los Estados miembros. Puesto que es necesario encaminar medidas inmediatas y efectivas que aseguren la prohibición y eliminación de los abusos a los derechos humanos fundamentales, como señaló el Director General de la OIT, Guy Ryder.
«Nadie estará sujeto a esclavitud o servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos serán prohibidas en todas sus formas».
Artículo 4, Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948.
Esclavitud moderna
De acuerdo con Walk free, un grupo internacional de derechos humanos que colaboró en la realización del informe, la esclavitud moderna es un crimen oculto que afecta a todos los países del mundo. Las prácticas de este fenómeno cubren un conjunto de conceptos legales específicos que incluyen el trabajo forzado, la servidumbre por deudas, el matrimonio forzado, prácticas análogas a la esclavitud, así como la trata de personas.
Aunque la esclavitud moderna no está definida en la ley, esencialmente, se refiere a situaciones de explotación que una persona no puede rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coacción, engaño y/o abuso de poder.
El informe titulado Global Estimates of Modern Slavery (2021), en el que también participó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señala que el número de personas en situación de esclavitud moderna ha registrado aumentos significativos en los últimos cinco años: 10 millones de personas más estaban en esclavitud moderna en 2021, en comparación con las estimaciones globales de 2016.
La esclavitud moderna ocurre en casi todos los países del mundo y atraviesa líneas étnicas, culturales y religiosas. Más de la mitad —52%— de todo el trabajo forzoso y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se pueden encontrar en países de ingresos medios altos o altos.
«[se entiende por trabajo forzado] todo trabajo o servicio exigido a cualquier persona bajo amenaza de cualquier pena y para el cual dicha persona no se ha ofrecido voluntariamente. La “economía privada” incluye todas las formas de trabajo forzoso distintas del trabajo forzoso impuesto por el Estado«.
Convenio sobre el trabajo forzoso de la OIT, 1930 (núm. 29).
50 millones de personas en esclavitud
Mientras se estima que las cifras han ido en aumento dejando atrapadas en la esclavitud moderna a millones de personas en todo el mundo, la organización internacional de derechos humanos en el Reino Unido, Antislavery, registró lo siguiente:
- 49.6 millones de personas viven en la esclavitud moderna (trabajo forzado y matrimonio forzado) en un día cualquiera.
- 1 de cada 4 son menores de edad.
- 54% son mujeres.
- 4 de cada 5 personas en explotación sexual comercial forzada son mujeres o niñas.
Aunque nada puede justificar la persistencia de este abuso en los derechos fundamentales de las personas, en algunas regiones, los conflictos sociales constantes, la inestabilidad política y el desplazamiento forzado son factores que avivan estas formas de explotación, al vulnerar la estabilidad y seguridad de las personas.
Asimismo, la pobreza, la discriminación y la desigualdad de género son clave para abordar los factores de riesgo y combatir la cifra alarmante de 50 millones de personas en esclavitud.
El trabajo forzado, una forma de esclavitud moderna
Datos del informe actualizado apuntan a que la mayoría de los casos de trabajo forzado —86%— se localizan en el sector privado. La esclavitud moderna está a nuestro alrededor, pero a menudo está fuera de la vista. Las personas pueden quedar atrapadas haciendo nuestra ropa, sirviendo nuestra comida, recogiendo nuestras cosechas, trabajando en fábricas o laborando en casas como cocineras, limpiadoras o niñeras.
Desde el exterior, puede parecer un trabajo normal. Pero las personas están siendo controladas: pueden enfrentar violencia o amenazas, verse obligadas a contraer deudas ineludibles, o les han quitado el pasaporte y están siendo amenazadas con la deportación.
Matrimonio forzado
Aunado a lo anterior, se estima que 22 millones de personas vivían en matrimonio forzado en 2021. Esto indica un aumento de 6.6 millones desde las estimaciones globales de 2016.
La incidencia real de los matrimonios forzados, en particular los que involucran a menores de 16 años, es probablemente mucho mayor de lo que pueden captar las estimaciones actuales, porque se basan en una definición limitada y no incluyen todos los matrimonios infantiles. Estos últimos se consideran forzados porque un niño no puede legalmente dar su consentimiento para casarse.
Los matrimonios forzados son muy específicos del contexto, ya que están vinculados a actitudes y prácticas patriarcales, es decir, una forma de sociedad en la que domina el hombre y lo asociado culturalmente a lo masculino. Además, el informe muestra que más del 85% están motivados por la presión familiar.
Migrantes particularmente vulnerables al trabajo forzoso
Particularmente, las y los trabajadores migrantes tienen tres veces más probabilidades de sufrir trabajo forzoso que las y los trabajadores adultos no migrantes. Si bien la migración laboral tiene un efecto en gran medida positivo en las personas, los hogares, las comunidades y las sociedades, este hallazgo demuestra cómo las personas migrantes son particularmente vulnerables al trabajo forzoso y la trata, ya sea debido a la migración irregular o mal administrada, o a prácticas de contratación injustas y poco éticas.
«Sabemos lo que hay que hacer y sabemos que se puede hacer. Las políticas y regulaciones nacionales efectivas son fundamentales. […] Se necesita un enfoque de participación activa. Los sindicatos, las organizaciones de empleadores, la sociedad civil y la gente común tienen un papel fundamental que desempeñar».
Guy Ryder, Director General de la OIT.
Por su parte, António Vitorino, Director General de la OIM, también señaló que el informe subraya la urgencia de acciones para garantizar que toda migración sea segura, ordenada y regular. Por ello instó a los gobiernos a establecer políticas nacionales y marcos legales que respeten, protejan y hagan cumplir los marcos legales que salvaguardan los derechos humanos y las libertades fundamentales de migrantes y migrantes potenciales.
Esclavitud moderna, antítesis al desarrollo sostenible
Los tres organismos a cargo del informe coinciden en que, ante una época de crisis mayores, la voluntad política es clave para poner fin a estos abusos a los derechos humanos. Asimismo, el informe propone una serie de recomendaciones que, tomadas en conjunto y con rapidez, podrían marcar un progreso significativo para solucionar el problema de que actualmente hay 50 millones de personas en esclavitud. La propuesta incluye:
- Mejorar y hacer cumplir las leyes y las inspecciones laborales.
- Poner fin al trabajo forzoso impuesto por el Estado.
- Medidas más fuertes para combatir el trabajo forzado y la trata en las cadenas comerciales y de suministro.
- Extender la protección social y fortalecer las protecciones legales, incluida la elevación de la edad legal para contraer matrimonio a 18 años sin excepción.
- Abordar en las políticas el aumento del riesgo de trata y trabajo forzoso para las y los trabajadores migrantes.
- Promover la contratación justa y ética y un mayor apoyo para las mujeres, las niñas y las personas vulnerables.
Como señala el informe, muchos de los productos que damos por sentado, incluidos los teléfonos móviles, las computadoras y los automóviles, así como ropa, cosméticos e incluso alimentos, se producen a partir de materias primas extraídas por personas que viven en estado de esclavitud.
Las soluciones para mejorar la situación de las 50 millones de personas en esclavitud, por lo tanto, involucran a todo el sistema, es decir, sectores industriales, empresas, gobiernos y sociedad en general. Las alianzas son parte del proceso para informar y accionar estrategias y medidas que mitiguen las formas de esclavitud moderna en un enfoque de desarrollo sostenible.