Lo descubrió un grupo de psicólogos de las universidades de Puget Sound y Colorado. El haber despedido empleados genera insomnio y otros problemas de salud en quienes han tenido que implementar esa decisión.
El grupo de estudio comprendió a 400 directivos de Boeing quienes, en un período de diez años, se vieron en la necesidad de despedir empleados. En ese lapso fueron estudiados los efectos generados por esas responsabilidades desagradables.
El estudio, titulado “Dirigir en tiempo de crisis: el impacto de los despidos en los directivos de primera línea”, fue dirigido por Sarah Moore, que es profesora de psicología en la Universidad de Puget Sound, por Leon Grunberg, de la misma Universidad, y por Edward Greenbert, profesor de ciencia política en la Universidad de Colorado en Boulder.
Los gerentes, dicen los psicólogos, deben sufrir consecuencias físicas y mentales absolutamente solos. Se supone que quienes necesitan ayuda son los despedidos, pero no se piensa en los que quedan, tanto sean otros empleados como los que han asumido la responsabilidad de despedir. Ahora se comprueba que nadie despide gratuitamente.
Las consecuencias
Los “agentes de despidos” se ven a sí mismos como personas insensibles o emocionalmente anestesiadas. Muchos dijeron, en las entrevistas, que procuran no tener mucho contacto con la gente hasta que la situación no se estabilice.
Insomnio, úlceras, cefaleas y afecciones cardíacas. Estr{es, depresión y agotamiento emocional.