Hoy en día existen varias iniciativas que podrían hacer lucir a una empresa como «socialmente responsable«; hay demasiadas encuestas, reconocimientos, certificaciones, distintivos, de los cuales valerse para ostentar este calificativo, al menos frente a la sociedad. Esto conlleva a que en algunas situaciones, nos preguntemos, cómo es posible que determinada compañía pueda definirse como responsable; y la respuesta es que la naturaleza ética de una organización no está reñida con su naturaleza legal.
Para explicar esto habría que exponer el siguiente diagrama:
Cada cuadrante muestra un cruce entre las decisiones legales y éticas que puede tomar una empresa.
· Si hablamos del cuadrante 1, decisiones poco éticas e ilegales, podríamos poner el ejemplo de una tabaquería o licorería que vendiera sus productos a menores.
· En el cuadrante dos, decisiones poco éticas pero legales, encontraríamos a todos esos productos «milagro» que usualmente podemos ver en los infomerciales o a empresas con malos ambientes laborales o poco involucramiento con su comunidad. Aquí es donde encajan muchas de esas compañías que la sociedad no concibe como socialmente responsables y que sin embargo, llegan a obtener reconocimientos en el tema.
· En el tercer cuadrante, decisiones éticas pero ilegales, podríamos pensar en los médicos que se contraponen a la nueva legislación sobre el aborto, negándose a prestar este tipo de servicios apelando a que ellos están para salvar vidas, no para quitarlas. Una decisión ética, pero en algunas ciudades, ilegal.
· Finalmente, en el último cuadrante, decisiones éticas y legales, podriamos y deberíamos encontrar todas aquellas iniciativas de las auténticas empresas socialmente responsables.
Una vez expuesto lo anterior, resulta más fácil comprender por qué hay compañías que ostentan certificaciones, reconocimientos o distintivos de responsabilidad corporativa pero carecen de autoridad ética ante la sociedad.
Así mismo es posible entender la diferencia entre licencia legal y licencia social. La primera es la que otorga el estado, sin embargo, la segunda, la da la sociedad… y cuando esto no ocurre, la viabilidad de la operación se compromete y la reputación jamás se alcanza.
Nuevamente planteamos la pregunta que es la prueba ácida para cualquier compañía: Cuando ésta se ostenta como socialmente responsable ¿Pueden sus stakeholders creerle?
Hola, me gustaría saber quien es el autor de este articulo para poder citarlo.
El autor de este blog es Luis Maram