A pesar de las promesas de gobiernos, instituciones y empresas a nivel mundial para actuar contra el cambio climático, la Tierra sigue calentándose.
La temperatura anual del planeta confirma que los últimos 10 años fueron en promedio 0.2°C más cálidos que los primeros 10 años de este siglo… y cada década desde 1980 ha sido más cálida que la década anterior.
Con los registros completos y analizados, hoy con certeza se puede decir que el 2019 fue uno de los tres años más calurosos desde que comenzaron los registros formales de temperatura en el siglo XIX, seguido por 2016 y 2015… y a partir de 2013 se han presentado los años más calientes de los últimos 170.
El vínculo con la combustión de los combustibles fósiles sigue siendo inequívoco: solo en 2019 los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera aumentaron en 2.5 partes por millón (ppm). Estos se encuentran ahora en 409 ppm. El promedio mundial durante la mayor parte de la historia de la humanidad ha rondado las 285 ppm.
De acuerdo con Eco-Business, otros dos gases de efecto invernadero, el óxido nitroso y el metano, ambos de vida más corta, también aumentaron de manera apreciable.
El estudio, que figura en el Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana, es una crónica aleccionadora del impacto del cambio climático en la década 2010-2019, con énfasis en 2019.
Es el trigésimo informe de este tipo, está firmado por 528 expertos de 61 países, y es un catálogo de récords de temperaturas alcanzadas e incomodas cifras superadas, una y otra vez.
- Julio de 2019 fue el mes más caluroso registrado. Se midieron temperaturas altas récord en más de una docena de países de África, Europa, Asia y el Caribe.
- En América del Norte, Alaska tuvo el año más caliente jamás registrado.
- El Ártico en su conjunto fue más cálido que en cualquier otro año excepto en 2016.
- Australia alcanzó un nuevo récord de temperatura diaria media nacional de 41.9°C el 18 de diciembre, excediendo al anterior récord de 2013 en 1.6°C.
- Incluso Bélgica y los Países Bajos tuvieron temperaturas superiores a los 40°C.
- Por 32º año consecutivo, los glaciares alpinos del mundo siguieron reduciéndose.
- Por primera vez en el registro de Alaska, cuando se midió en 26 sitios, la capa activa de permafrost no se congeló completamente.
- En septiembre, el hielo marino alrededor del Ártico alcanzó un mínimo similar al segundo más bajo en los 41 años de registros satelitales.
Catálogo de extremos
Los niveles mundiales del mar marcaron un nuevo récord por octavo año consecutivo y ahora son 87.6 mm más altos que el promedio de 1993, cuando comenzaron los registros de los satélites.
A una profundidad de 700 metros, las temperaturas oceánicas alcanzaron nuevos récords, y las temperaturas de la superficie del mar en promedio fueron las más altas desde 2016.
Las condiciones de sequía provocaron incendios forestales catastróficos en Australia, Indonesia, Siberia y en los bosques amazónicos meridionales de Bolivia, Brasil y Perú.
Alrededor del ecuador, los meteorólogos catalogaron 96 tormentas tropicales: el promedio de 1981 a 2010 fue de 82.
En el Atlántico Norte, sólo una tormenta, el huracán Dorian, mató a 70 personas y causó daños por un valor de 3,400 millones de dólares (2,600 millones de libras esterlinas) en las Bahamas.
Este milenio ha sido el más cálido de todos los períodos comparables desde la Revolución Industrial. Una serie de eventos extremos, como incendios forestales, olas de calor y sequías, tienen al menos parte de su raíz vinculada al aumento de la temperatura mundial. Y, por supuesto, el aumento de la temperatura mundial está vinculado a otro indicador climático, el aumento actual de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano.
Robert Dunn, de la Oficina Meteorológica del Reino Unido
Tras ver todos estos datos, respaldados con hechos y estadísticas científicas de todo el planeta, cabe la pregunta ¿de verdad las empresas están haciendo lo que dicen que están haciendo?, ¿por qué los niveles de emisiones siguen aumentando?, ¿es una utopía lograr la Agenda 2030?, ¿estamos simplemente condenados por nuestra propia necedad?