Lee Jae-Yong, el heredero del imperio coreano de Samsung, podría recibir una condena de 12 años de prisión por los cargos de soborno derivados del escándalo de corrupción donde se encuentra inmiscuida la expresidenta Park Geun-hye
Esa pena fue demandada después de afirmar que Lee prometió 38 millones de dólares a Choi Soon-sil, cercana amiga de la ex mandataria, por apoyar la fusión de dos unidades de Samsung en 2015.
Con esa fusión se podría tener el control sobre el grupo empresarial coreano, que el abuelo del ahora acusado, fundó.
Por si fuera poco, Lee también es acusado de usar recursos en beneficio propio, así como ocultar sus posesiones en el extranjero y perjurio, de acuerdo con la agencia Yonhap.
De acuerdo con la agencia, este caso es típico en las alianzas entre políticos y hombres de negocio.
Lee ha dicho en el juicio, entre lágrimas, que nunca ha solicitado ayuda a Park y además aclaró que se trata de un malentendido.
Lee está detenido desde hace unos meses y uno de los fiscales ha dicho que “Lee es el último receptor de estas ganancias y ha estado pasando la responsabilidad a otros acusados”, dijo uno de los fiscales especiales al tribunal.
Se espera que en los próximos días se dé la decisión judicial, dos días antes de que concluya el actual periodo de detención de Lee.
“Lamento profundamente haber provocado tamaña decepción y pido disculpas”.
La defensa negó rotundamente que Lee estuviera delinquiendo y se cuestionó si la Fiscalía se estaba apoyando en la opinión pública para conseguir una condena de cárcel para Lee, de 49 años y cuyo padre, el patriarca del grupo Samsung, Lee Kun-hee, fue hospitalizado en 2014 por un ataque al corazón.
La intención de Samsung, según la Fiscalía, ha dicho que la intención de la empresa al apoyar fondos respaldados por Park y el patrocinio de la carrera de su hija era para conseguir apoyo del gobierno a los esfuerzos por cimentar el control de Lee en un imperio que va desde la industria telefónica hasta el negocio biofarmacéutico.
Lee lidera el grupo empresarial más importante del país y está siendo acusado de desviar 43 mil millones de wones, lo que significan 35,4 millones de euros, a fundaciones bajo control de Choi Soon-sil, conocida como la Rasputina, por su amistad con la expresidenta surcoreana.
Los pagos se habrían realizado a cambio de que el fondo público de pensiones se hubiera autorizado en 2015.
Park Young-soo, quien ha dirigido la investigación dijo que “durante el juicio han habido pocas dudas con respecto a que Samsung, la mayor empresa nacional que supone un 18% del PIB del país, vive solo por y para su líder y para consolidad este cambio de liderazgo”.
Estos procesos judiciales que se están desarrollando de manera paralela, y han sido descritos por la opinión pública surcoreana como “el juicio del siglo”. Donde la convivencia entre el poder político y los grandes conglomerados empresariales, espina dorsal del milagro económico y poderío exportador del país asiático, ha abonado un sentimiento de hartazgo e injusticia entre los ciudadanos.