El ingreso corriente total, una de las variables para medir los niveles de pobreza en México, disminuyó 3.2 por ciento en 2014 en comparación con los datos de 2012. En tanto, el ingreso corriente promedio por hogar se ubicó en 39 mil 719 pesos trimestrales, lo que representa un decremento de 3.5 por ciento.
La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) publicada este día muestra un panorama estadístico del comportamiento de los ingresos y gastos de los hogares en cuanto a su monto, procedencia y distribución.
De acuerdo con la encuesta, los hogares gastan más en alimentos, bebidas y tabaco (34.1 por ciento); transporte y comunicación (18.8 por ciento); educación y esparcimiento (14 por ciento).
Sin embargo, el destino de los gastos varía de acuerdo a los deciles de las casas. Mientras el 10 por ciento de los hogares con menores ingresos dedican el 50.7 por ciento de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco, el 10 por ciento de los hogares con más altos ingresos dedica sólo el 22.5 por ciento a esos rubros.
El decil de hogares con más altos ingresos destina 20.6 por ciento a gastos de educación y esparcimiento, en tanto que el decil de menores ingresos dedica a este concepto el 5.6 por ciento.
Para medir los ingresos de los hogares el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) divide a la sociedad en 10 deciles. El primer decil está integrado por la décima parte de los hogares que tienen los menores ingresos y así de manera sucesiva, hasta llegar al último decil, que está compuesto por la décima parte de los hogares con los más altos ingresos.
Destaca que el único que registró un incremento fue el primer decil (2.1 por ciento), en tanto que el de los hogares de más altos ingresos concentra el 35.4 por ciento de los ingresos corrientes totales.
Los otros nueve deciles de hogares muestran pérdida entre 2012 y 2014, en particular los deciles sexto, séptimo, octavo y noveno, que cayeron en 4.2, 5.7, 6.1 y 5.6 por ciento, respectivamente.
Para este ejercicio se estimó un total de 120 millones 073 mil 612 habitantes y 119 millones 906 mil 312 integrantes de los hogares (excluyendo a los trabajadores domésticos y a sus familiares, así como a los huéspedes).
El tamaño promedio de los hogares fue de 3.8 integrantes y el jefe del hogar tuvo en promedio 48.8 años de edad. El número promedio de perceptores de ingresos por hogar se ubicó en 2.4.
Ingresos de los hogares
El ingreso corriente total trimestral de los hogares disminuyó en 3.2 por ciento en el 2014, frente al 2012.
-El ingreso corriente monetario tuvo un decremento real de 1.9 por ciento en relación con el del año 2012.
Al interior de este concepto, el componente de ingresos por trabajo subordinado presentó un crecimiento de 7.6 por ciento en el periodo 2012-2014 y significó el 68.6 por ciento del ingreso corriente monetario.
El resto de los rubros que componen a este presentó decrecimiento y destacó por la magnitud de la caída los ingresos por renta de la propiedad de activos tangibles y financieros con 68.9 por ciento.
Los demás componentes del ingreso corriente monetario decrecieron de la manera siguiente: otros ingresos corrientes en 15.8 por ciento; transferencias provenientes de otros hogares, instituciones privadas o públicas en 10.8 por ciento; otros ingresos por trabajo en 9 por ciento y los ingresos por trabajo independiente en 7.9 por ciento.
-La parte no monetaria de los ingresos corrientes arrojó una caída de 7.9 por ciento respecto al 2012.
De los rubros que la componen, las remuneraciones en especie representaron el 5.5 por ciento y disminuyeron en 22 por ciento; el autoconsumo cayó en 28 por ciento y las transferencias en especie bajó 17.8 por ciento, representando 3.2 y 29.7 por ciento del total, respectivamente.
El ingreso corriente total promedio trimestral por hogar cayó 3.5 por ciento con respecto al de 2012. La parte no monetaria decreció en 8.2 por ciento y la monetaria en 2.2 por ciento.
Gastos de los hogares
El año pasado, el gasto corriente total trimestral fue 4.8 por ciento menos que en el 2012. En contraste, entre el 2010 y 2012 el gasto corriente total mostró un crecimiento de 7.2 por ciento.
El gasto corriente monetario se redujo en 3.7 por ciento y el no monetario en 7.9 por ciento.
Dentro del gasto monetario, las transferencias de gasto fueron las que presentaron mayor pérdida con 24.3 por ciento, seguido del gasto en vestido con un caída de 11.8 por ciento y cuidados personales con 5.5 por ciento.
El gasto en vivienda y combustibles fue el único rubro que presentó un incremento de 2.9 por ciento entre 2012 y 2014.
Todos los componentes de la parte no monetaria del gasto corriente también cayeron en el periodo, con excepción de la estimación del alquiler de la vivienda.
El gasto corriente total promedio trimestral por hogar decreció en 5.1 por ciento de 2012 a 2014. Por su parte, el gasto corriente monetario promedio por hogar cayó en 4.1 por ciento y el no monetario en 8.2 por ciento.
En 2014, los hogares mantuvieron esencialmente la estructura del gasto corriente monetario que tenían en 2012, destinando la mayor proporción de sus ingresos a la adquisición de alimentos, bebidas y tabaco, seguido del gasto en transporte y comunicación, luego en educación y esparcimiento. Después en vivienda y combustibles, en cuidados personales, en artículos y servicios para la casa, en vestido y calzado, en transferencias de gasto y en cuidados de la salud.
Los rubros de gasto con mayores diferencias relativas entre deciles de hogares son: educación y esparcimiento y alimentos, bebidas y tabaco. El 10 por ciento de los hogares con menor ingreso destinó en 2014 el 5.6 por ciento de su gasto a educación y esparcimiento, mientras que los deciles V y X destinaron el 9.5 y 20.6 por ciento, respectivamente.
Por lo que respecta al gasto en alimentos, bebidas y tabaco, en el decil I se destinó el 50.7 por ciento de sus percepciones, en tanto que en los deciles V y X, este rubro de gasto representó el 41.7 y el 22.5 por ciento, respectivamente.
La ENIGH también informa sobre las características ocupacionales y sociodemográficas de los integrantes del hogar, así como de las características de la infraestructura de la vivienda y el equipamiento del hogar. La vivienda y educación son dos de los seis derechos sociales que también se consideran para medir la pobreza en el país.
Fuente: sinembargo.mx