Honda —la empresa de origen japonés que fabrica automóviles— ha acelerado su compromiso con un futuro de carbono neutral anunciando que dejará la Fórmula 1 antes de 2022, citando la necesidad de acelerar el alejamiento de la industria automovilística del motor de combustión interna (ICE).
El movimiento se alinea con el enfoque de la firma de automóviles en una rápida transición a los vehículos eléctricos (EV). El año pasado, se comprometió a vender únicamente vehículos con transmisión eléctrica en Europa para 2025 y a reducir las ventas de vehículos ICE a menos de un tercio del total mundial para esa misma fecha.
Honda se ha comprometido a alcanzar la neutralidad en materia de carbono para 2050 mediante «las futuras tecnologías de unidades de potencia y energía, incluidas las tecnologías de vehículos de pilas de combustible y baterías«.
¿Qué consecuencias trae esta decisión?
La decisión de Honda deja al deporte con sólo tres proveedores de motores, y a los equipos Red Bull y Alpha Tauri sin uno.
Honda había trabajado con Red Bull desde 2018, ganando una serie de grandes premios, pero sin poder desafiar el dominio de los campeones mundiales Mercedes. Red Bull reiteró su compromiso con la F1, con la directora del equipo Christina Horner diciendo «ahora nos tomaremos el tiempo que se nos ha concedido para evaluar y encontrar la solución de grupo motor más competitiva para 2022 y más allá«.
La retirada de Honda del deporte pone de relieve los desafíos que enfrenta la F1 a medida que el mundo gira hacia la electrificación y los fabricantes dan prioridad a la respuesta a la crisis climática y a la gran cantidad de restricciones legales sobre la venta de motores de combustión interna.
Las desventajas de la tecnología eléctrica
Desafortunadamente, hasta el momento la tecnología eléctrica no es capaz de impulsar los vehículos a las velocidades sostenidas que se ven en un Gran Premio de F1.
El deporte utiliza actualmente motores turbohibridos V6 de 1.6 litros, con una eficiencia térmica del 50%, en comparación con sólo el 30% de los motores de carretera medios.
Los jefes de la F1 están buscando otras formas de reducir el consumo de carbono, incluyendo combustibles sintéticos que capturan carbono de la atmósfera en su fabricación y por lo tanto pueden ser etiquetados como «carbono neutral«.
Pero la decisión de Honda de abandonar el deporte subraya la cuestión de cuánto tiempo los fabricantes considerarán que los motores híbridos son relevantes en un mundo que se está acelerando hacia la electrificación total.
Este cambio continúa acelerándose, como lo demuestran las últimas cifras de la industria en el Reino Unido, que revelan que se han vendido 44,708 automóviles puramente eléctricos desde el comienzo del año, casi tres veces el total para el mismo período en 2019.
A pesar de ese crecimiento, las ventas de automóviles totalmente eléctricos siguen representando sólo el 5% del total del Reino Unido. El precio se cita a menudo como una barrera, ya que los vehículos de cero emisiones cuestan hasta 10,000 libras esterlinas más que su equivalente en el ICE.
No obstante, un nuevo estudio de la empresa de gestión de flotas LeasePlan sugiere que esta diferencia de precios puede ser engañosa, ya que no tiene en cuenta los menores costos de funcionamiento de los vehículos eléctricos.
Diferencia de precios engañosa en los autos eléctricos
El estudio mencionado encontró que los coches eléctricos de tamaño medio, como el Tesla Model 3 o el BMW 3, cuestan sólo 832 libras esterlinas al mes para su compra y funcionamiento, en comparación con 911 libras esterlinas para el diesel y 963 libras esterlinas para la gasolina, una vez que se tienen en cuenta los valores de combustible, impuestos, mantenimiento, seguros y depreciación.
No ocurre lo mismo con los coches pequeños, como el Nissan Leaf y el Vauxhall Astra, en los que los coches de batería resultaron ser marginalmente más caros, con un coste de 657 libras esterlinas al mes, frente a las 645 libras del diésel y las 642 libras de la gasolina.
Mientras tanto, las comparaciones de precios entre los coches ejecutivos de gama alta en eléctricos y ICE siguen siendo sesgadas por el precio mucho más alto de los modelos de batería como el Tesla Model S.
