En la guerra contra las bacterias patógenas, se empiezan a perder muchas batallas por la aparición de resistencias bacterianas. «Nos estamos quedando sin antibióticos eficaces y no resulta fácil desarrollar nuevos», dice Miguel vicente, profesor del investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología. No son fáciles de encontrar y desarrollarlos requiere un esfuerzo económico por el que no están dispuestos a pasar las grandes compañías farmacéuticas. Y más cuando la rentabilidad no compensa.
Las exigencias a la hora de poner en el mercado un nuevo medicamento tampoco ayudan: «Si hoy hubiera que registrar la penicilina no obtendría los permisos porque desencadena alergias en una parte importante de la población».
Fuente: ABC.es
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