A la luz de la emergencia climática, la humanidad se enfrenta al reto de tener que tomar decisiones deliberadas sobre cómo nuestras vidas tendrán que cambiar estructuralmente para evitar el colapso climático con una urgencia y a una escala sin precedentes. Al mismo tiempo, la humanidad, gracias a la tecnología, dispone de herramientas excelentes y sin precedentes para lograr el cambio sistémico justo, inclusivo y de largo alcance que se necesita para evitar el colapso climático.
Aunque en última instancia seremos nosotros, los humanos, quienes tendremos que tomar las decisiones, la tecnología permite tomar decisiones más inteligentes a la hora de descarbonizar nuestra economía y, al mismo tiempo, construir la sociedad deseable y regenerativa del futuro.
Equilibrio entre beneficio e impacto de la tecnología
Es importante señalar que será imprescindible mediar entre los beneficios que traen ciertos avances tecnológicos con el impacto que producen. Hoy en día, el mundo está fascinado con tecnologías como la Web3, que permite el uso de transacciones descentralizadas con crypto monedas como el bitcoin. Asimismo, el mundo ha sido seducido por la rapidez con que la inteligencia artificial (IA) entrega resultados; y desde hace unos años, la palabra Big Data es parte de los términos de análisis para muchos negocios.
Algunos ejemplos de la incorporación de estas tecnologías
Criptomonedas
Hoy en día hay múltiples empresas que están haciendo uso de Bitcoin para llevar a cabo las transacciones de forma rápida y descentralizada. Hablamos de todo tipo de compañías, desde restaurantes y hoteles a plataformas de entretenimiento online como los crypto casinos. Muchos negocios en múltiples giros han incorporado la economía derivada de la Web3.
Sin embargo, a pesar de las bondades transaccionales que esta economía entrega, el minado de bitcoins consume enormes cantidades de electricidad para realizar los cálculos complejos necesarios para validar las transacciones y agregar nuevos bloques a la cadena de bloques. De modo que es válida la pregunta ¿qué tan sostenible es?
Aunque algunas operaciones de minado de bitcoins utilizan energías renovables, en general se tiene una huella ambiental muy significativa por lo que habrá que seguir trabajando mucho en tratar de volverla sostenible.
Inteligencia Artificial
Por su parte, la IA ha traído enormes beneficios a los negocios actuales. Es increíble observar que hace cinco años, pocos hablábamos de esta tecnología y hoy se ha convertido de uso cotidiano en muchas industrias.
No obstante, la situación es similar. El entrenamiento de grandes modelos de IA consume enormes cantidades de energía y tiene una huella de carbono significativa. Además la fabricación de hardware especializado para IA requiere recursos finitos y puede generar muchos residuos electrónicos.
En resumen, mientras la IA tiene el potencial de generar soluciones para buscar eficiencias y beneficios ambientales, así como reducir costos, su escalamiento e implementación generalizada también plantea riesgos ambientales significativos que deben abordarse. Se necesita un enfoque cuidadoso y sostenible para aprovechar los beneficios de la IA mientras se mitigan sus impactos negativos.
Big Data
El Big Data podría mejorar las predicciones sobre el uso de la electricidad. Para depender más de las fuentes de energía renovables, las empresas de servicios públicos tendrán que predecir cuánta energía se necesita, tanto en tiempo real como a largo plazo, para tomar mejores decisiones sobre el uso de la energía. Aunque ya existen algoritmos capaces de predecir el uso de la energía, podrían mejorarse mediante IA para incorporar patrones meteorológicos y climáticos locales más precisos, así como el comportamiento de los hogares.
Si se procura que los algoritmos sean más comprensibles, los operadores de los servicios públicos también podrán interpretar sus resultados y utilizarlos a la hora de programar las fuentes renovables en la red. La tecnología de IA está predominantemente dirigida y es propiedad de grandes instituciones y países desarrollados. La distribución desigual de la IA y el acceso a los macrodatos podría exacerbar aún más las desigualdades entre ricos y pobres, y dejar de lado a los países en desarrollo, donde la tecnología de IA se necesita con mayor urgencia para las soluciones climáticas.
Con el Big Data, las empresas también pueden conocer mejor las fluctuaciones de los patrones climáticos en función de la ubicación geográfica y las tendencias históricas. Gracias a este conocimiento, las organizaciones pueden ajustar sus modelos de negocio en consecuencia y ser más resistentes contra el impacto del cambio climático.
Conclusión
Las tecnologías disruptivas como bitcoin, inteligencia artificial y big data están transformando nuestro mundo a un ritmo vertiginoso. Si bien ofrecen beneficios sustanciales en términos de eficiencia, productividad e innovación, también plantean riesgos ambientales significativos que no podemos ignorar. El alto consumo energético, las emisiones de carbono y la demanda de recursos finitos asociados con estas tecnologías podrían, si no se abordan, socavar los mismos beneficios que brindan y poner en peligro la sostenibilidad de nuestro planeta.
Es imperativo que adoptemos un enfoque ponderado e integral al incorporar estas tecnologías. Debemos evaluar cuidadosamente los costos y beneficios ambientales, y trabajar incansablemente para desarrollar e implementar soluciones que maximicen su potencial mientras minimizan su huella ecológica. Esto requerirá esfuerzos concertados en eficiencia energética, energías renovables, economía circular y diseños respetuosos con el medio ambiente. Solo abordando proactivamente estos desafíos podremos aprovechar verdaderamente el poder transformador de la innovación tecnológica sin comprometer el futuro de nuestro hogar compartido.
