No sólo carece de infraestructura para que gente con una discapacidad motora pueda utilizar el servicio, sino que, en las pocas estaciones donde sí existe, ésta no funciona.
Para el Metro de la Ciudad de México, las personas en silla de ruedas prácticamente no existen.
Y es que no sólo carece de infraestructura para que gente con una discapacidad motora pueda utilizar el servicio, sino que, en las pocas estaciones donde sí existe, ésta no funciona.
Sólo 6 estaciones de las 175 con las que cuenta la red, es decir, el 3 por ciento, cuentan con rampas electrónicas para subir escaleras, pero algunas de éstas no sirven o no hay personal capacitado para usarlas.
REFORMA acompañó a Manuel Moreno Cano, un pasajero que usa silla de ruedas debido a una cuadriplejía, y, de las siete rampas de las que quiso echar mano en las estaciones Universidad, Centro Médico y Tacubaya, sólo pudo usar dos.
En la mayoría de los casos, estaban fuera de servicio o los policías o jefes de estación no las sabían operar.
Además, cuando sí pudo auxiliarse con estas rampas, una en Universidad y otra en Tacubaya, el mecanismo resultó lento e incómodo, pues, para que se mantenga activado, es necesario que el usuario no despegue el dedo del botón de encendido.
«Eso está bien para personas en silla de ruedas, pero que tienen funcionalidad en los brazos, por ejemplo quienes sufren polio, pues incluso tienen más fuerza, pero no pensaron en los demás», comentó Efrén Rivera, hermano de Manuel y quien lo acompañó en el recorrido y debió operar el mecanismo con el brazo completamente extendido.
La estación de Centro Médico, donde se conectan las líneas 3 y 9 del Metro, cuenta con el mecanismo en un solo acceso, dentro del nosocomio del IMSS, pero dicha entrada lleva más de mes y medio cerrada.
Para subir y bajar las escaleras en caso de transbordar de una línea a otra, la única opción es acomodar la silla en las escaleras eléctricas, lo que es incómodo y puede resultar peligroso para todos los usuarios.
Manuel, quien suele hacer el trayecto de Universidad a Potrero para visitar a familiares, sólo tiene un acceso seguro y cómodo, pues en la estación terminal Universidad sí funciona el único elevador que actualmente existe en toda la red; fue colocado en 2010 y tuvo un costo de 1.3 millones de pesos.
Pero en la estación destino, Potrero, no hay facilidad alguna para personas en silla de ruedas.
La estación donde el acceso de Manuel fue más problemático es Tacubaya, donde sólo una de cuatro rampas para subir escaleras funcionó.
En el resto, dos policías y una Jefa de Estación intentaron sin éxito operar las rampas, y al final el usuario tuvo que ser levantado en brazos para salir a la calle.
«La verdad es que nunca la hemos usado», aceptó una de las policías, «la gente prefiere pedir ayuda a otros usuarios».
En subsecuentes recorridos, este diario observó que es común que las personas opten por pedir ayuda para salir o entrar a una estación, pues el funcionamiento de los aparatos les parece complicado.
Intentan mejor infraestructura
No contar con una accesibilidad total al Metro fractura los derechos de las personas con alguna discapacidad, coincidieron especialistas y defensores de los derechos humanos.
«Se incorpora infraestructura en algunas estaciones, por ejemplo las cercanas a un hospital, pero esto no se complementa con otras, entonces una persona con discapacidad siempre tiene que ir acompañada, ahí ya se vulnera el objetivo», opinó Roberto Remes, consultor especialista en transporte.
Luis González Plascencia, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, informó que no hay registro de quejas de personas con discapacidad por no poder acceder al transporte público, pero el tema será puesto a revisión, pues la CDHDF y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) trabajan en un diagnóstico sobre el transporte público en el DF que podría derivar en una recomendación hacia el último trimestre del año.
Para Miguel Ángel Ortiz, presidente de la Fundación del Transporte Especial para Personas con Discapacidad, se necesita un servicio personalizado.
«El servicio que estas personas requieren es uno de puerta a puerta. Cualquier esfuerzo siempre será limitado porque las condiciones de la Ciudad, empezando por las banquetas, no es el adecuado para una persona en silla de ruedas», expuso en entrevista.
Fuente: noticias.terra.com.mx
Por: Luis Fernando Reyes
Publicada: 23 de abril de 2012