¿Te imaginas que mezclando únicamente dos cucharadas de sal en un vaso con agua pudieras generar la energía suficiente para cargar cualquier dispositivo móvil e iluminar una habitación durante ocho horas? Sin duda la receta perfecta para reducir la cuenta de electricidad.
Se trata de SALt, un proyecto de iluminación sostenible que pretende dar a las comunidades más aisladas y con menos recursos de Filipinas una solución de iluminación alternativa que es segura y amigable con el medio ambiente.
Normalmente estas comunidades no cuentan con electricidad, por lo tanto utilizan velas o lámparas que funcionan con baterías para iluminar sus hogares. Sin embargo, esto puede provocar incendios.
SALt es una lámpara que funciona hasta por ocho horas con un vaso de agua mezclado con dos cucharadas de sal. Lo más importante es que no es necesario que sea agua potable, ya que muchas comunidades también carecen de agua; puede utilizarse agua de mar para su funcionamiento.
En la parte inferior, la lámpara cuenta con una entrada para conectar cualquier dispositivo móvil y cargarlo. El electrodo del dispositivo puede durar hasta un año, dependiendo de la frecuencia de uso. Además, el proceso de fabricación tiene un mínimo impacto ambiental.
Los materiales que utiliza la lámpara no provocan incendios, y el proceso para el funcionamiento de la misma no es tóxico, ni emite gases nocivos; por lo tanto es una producto seguro para que cualquier persona lo use bajo cualquier condición.
De acuerdo a los desarrolladores, SALt no es solo un producto, es un movimiento social, pues busca ser una solución sostenible de iluminación para las comunidades más vulnerables ofreciendo un combustible que funciona de manera muy sencilla y sin riesgos ni costo para los habitantes.
La creadora del producto, Lipa Aisa Mijena, miembro del departamento de ingeniería de la Universidad De La Salle y de Greenpeace Filipinas, pretende llevar las lámparas a manos de todos los habitantes de las comunidades más desfavorecidas.
La lámpara se piensa principalmente para Filipinas, ya que de acuerdo a un estudio realizado por Naciones Unidas, es el tercer país más propenso a los desastres naturales, y podría beneficiarse de las lámparas, especialmente durante los esfuerzos de recuperación en las catástrofes.
El proyecto ha llamado la atención del gobierno y de la sociedad no solo local, sino internacional, y ha sido galardonado con distintos premios de emprendimiento, investigación, sustentabilidad, entre otros.
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