El 20 de abril, el nuevo cohete espacial de SpaceX, fundado por el CEO de Tesla Inc., Elon Musk, sufrió una explosión sobre el Golfo de México, tan solo tres minutos después de su lanzamiento inaugural. Aunque el espectáculo de fuego captó la atención de muchos espectadores, ha habido un mayor enfoque en la fase inicial de lanzamiento en tierra por parte del gobierno y grupos ambientalistas, de acuerdo con Eco Watch.
SpaceX, junto con otras compañías espaciales, ha estado trabajando constantemente en mejorar la seguridad y sostenibilidad de sus lanzamientos. Estos incidentes resaltan la necesidad de una mayor investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías más seguras y limpias en la industria espacial, con el objetivo de minimizar los riesgos para el personal, las comunidades cercanas y el medio ambiente.
Impacto ambiental de SpaceX
Durante el despegue desde las instalaciones de la base estelar de SpaceX en Boca Chica, Texas, ocurrió un incidente preocupante. Según informes del portavoz del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., Aubry Buzek, citados por la agencia de noticias internacional Reuters, una nube de escombros de hormigón fue soplada sobre la localidad vecina de Port Isabel. Además, se arrojaron grandes trozos de metal y hormigón a miles de pies sobre los terrenos de un refugio nacional de vida silvestre, lo que provocó un incendio de tres acres y medio.
Estos incidentes han generado nuevas preocupaciones sobre el impacto ambiental de SpaceX. El informe de la agencia destaca la necesidad de evaluar más a fondo las medidas de seguridad y las regulaciones vigentes para prevenir daños en áreas protegidas, poniendo un énfasis particular en la responsabilidad social y la sostenibilidad.
Jared Margolis, abogado senior del Centro para la Diversidad Biológica, afirmó: «Consideraron los escombros de estos lanzamientos, pero no esperaban que parte de la propia plataforma de lanzamiento fuera expulsada a millas de distancia y dispersada por el paisaje. Lo que sucedió no era lo que anticipaban».
Durante el programa All Things Considered de National Public Radio, el periodista Gaige Davila describió la escena de la siguiente manera:
«Caminé por las dunas, hacia el fangoso y ventoso terreno al sur de la plataforma de lanzamiento. Hay escombros esparcidos en un área de casi una milla: algunos del tamaño de pelotas de golf, otros tan grandes como bloques de motor. Todo el lecho de este terreno está cubierto de fragmentos de concreto y barras de refuerzo. Algunos han impactado tan fuertemente en el suelo que han dejado agujeros de aproximadamente 2 1/2 a 3 pies de profundidad y 6 pies de ancho».
Gaige Davila, periodista de Texas Public Radio, una emisora afiliada a NPR con sede en San Antonio, Texas.
Futuras operaciones espaciales requieren una evaluación más exhaustiva
La compañía de Elon Musk tenía como objetivo enviar el nuevo cohete de 120 metros en un viaje alrededor del mundo desde el extremo sur de Texas, cerca de la frontera con México. No llevaba tripulación ni satélites.
Sin embargo, mientras los ambientalistas señalaron el lanzamiento como una señal de que se necesitaban investigaciones adicionales sobre los posibles riesgos para la vida silvestre y la seguridad antes de realizar nuevos lanzamientos en el sitio, SpaceX consideró la misión un éxito al haber logrado elevar su cohete Starship en su primer intento de vuelo.
La compañía tiene planes de utilizar el Starship para enviar personas y carga a la Luna y, eventualmente, a Marte. La NASA ya ha reservado un Starship para su próxima misión lunar con astronautas, y turistas adinerados están reservando vuelos alrededor de la Luna. Este fue el segundo intento de lanzamiento, después de que un intento anterior fuera cancelado debido a la congelación de una válvula de refuerzo.
La Administración Federal de Aviación anunció la apertura de una investigación legalmente requerida sobre el «incidente», lo que efectivamente detuvo el lanzamiento del cohete Starship hasta que se encuentre la causa raíz de cualquier falla y se tomen las medidas correctivas necesarias.
Responsabilidad Social e impacto ambiental
SpaceX llevó a cabo una evaluación de impacto ambiental para las instalaciones de la Base Estelar. Según esta evaluación, se esperaba que los escombros resultantes de los lanzamientos se dispersaran en un área de aproximadamente una milla cuadrada alrededor de la plataforma de lanzamiento.
Sin embargo, según Margolis, durante el reciente lanzamiento, el metal y el hormigón lanzados al aire probablemente hayan caído en un hábitat crítico para el Charadrius melodus, una pequeña ave playera en peligro de extinción. Margolis agregó que los problemas del lanzamiento son una prueba de que la evaluación de impacto ambiental inicial es insuficiente.
«No estamos en contra de la exploración espacial ni de esta empresa. Sin embargo, mientras dirigimos nuestra mirada hacia las estrellas, no debemos sacrificar fácilmente a nuestras comunidades, hábitats y especies».
Jared Margolis, abogado senior del Centro para la Diversidad Biológica.
En conclusión, a medida que la industria espacial avanza hacia nuevos horizontes, es crucial evaluar y valorar de manera exhaustiva los impactos que estos desarrollos pueden tener en las personas y el medio ambiente. Ha llegado el momento de repensar que la exploración estelar y otros avances no deben realizarse a expensas de la preservación de nuestro único hogar, la Tierra.