El interés en las finanzas sostenibles —las cuales se refieren a cualquier tipo de servicio financiero que integre criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza)— continúa creciendo a medida que la actividad en los mercados globales alcanza volúmenes récord. La preocupación por mitigar los efectos del cambio climático y los problemas sociales es ya un tema prioritario en la agenda global y empresarial.
Ante esta situación parece imparable el crecimiento de bonos ASG, una clase de financiamientos enfocados en el desarrollo sostenible y social. Dichos recursos se inyectan en proyectos que tienen un impacto positivo en la lucha contra los desafíos actuales.
Inversores apuestan por ASG
En este sentido, de acuerdo con Sustainaly Tics, las empresas pueden aprovechar su desempeño ASG para respaldar su emisión de bonos ASG o para ayudar a asegurar un préstamo verde. La mayoría de las organizaciones necesitan crédito para crecer e innovar con nuevos productos y mercados. Los factores ASG se utilizan a menudo para determinar qué tan avanzada está una compañía con respecto a la sostenibilidad y evalúan los siguientes aspectos:
- El desempeño ambiental analiza variables como las contribuciones al cambio climático a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, la gestión de desechos y la eficiencia energética.
- El desempeño social cubre cuestiones como los derechos humanos y las normas laborales tanto dentro de la corporación como en la cadena de suministro más amplia, el cumplimiento de la seguridad en el lugar de trabajo y la diversidad.
- El desempeño de la gobernanza engloba un conjunto de reglas o principios que definen derechos, responsabilidades y expectativas entre todas las partes involucradas. Esto incluye elementos tales como la composición de la junta y las políticas sobre soborno y corrupción.
El boom de los bonos ASG
Como lo explica el portal de BBVA, los bonos ASG no son algo nuevo, pero, sin duda, es evidente su crecimiento exponencial. Tan solo en 2019, el número de su emisiones se mantuvo por encima de las medias mensuales de los tres años anteriores.
Estos incentivos son cada vez más aceptados por las corporaciones que buscan aumentar sus credenciales y perfiles de sostenibilidad. El sentido de urgencia sobre los efectos del cambio climático está impulsando a las empresas a modificar sus huellas ambientales y sociales para que los inversionistas continúen manteniéndolas en sus carteras.
Cabe señalar que los ingresos de estos financiamientos deben usarse en proyectos ASG específicos y las organizaciones deben informar a los tenedores de deuda la cantidad de capital recaudado. Por ello, se debe adoptar un marco de subvención formal antes de realizar inversiones en bonos ASG, así como mantener registros de todas la entradas de capital.
Según ESG there Report, algunos de los emisores más populares son grandes corporaciones —como Kellogg, Apple, Walmart y Google—, que los han destinado para impulsar iniciativas que reduzcan sus emisiones contaminantes. Al apostar por estas inversiones, las empresas pueden ahorrar dinero y, al mismo tiempo, mejorar su reputación.
Bonos vinculados a la sostenibilidad
Asimismo, como destaca Sustainaly Tics, si bien, ha existido un crecimiento de bonos ASG, los de sostenibiidad (SLB, por sus siglas en inglés) han ganado terreno en el mercado. En estos instrumentos, a diferencia de los préstamos etiquetados ASG, los recursos se pueden utilizar para fines corporativos generales. La flexibilidad de la estructura vinculada a la sostenibilidad permite a las industrias que tradicionalmente no se consideran ecológicas (o aquellas que no tienen una cartera de activos o proyectos sociales o ecológicos elegibles) acceder al mercado financiero sostenible y a un grupo más amplio de inversores.
Los SLB representan una parte importante del esfuerzo por conseguir una transición global hacia la neutralidad climática, y su rápida adopción es el resultado de una gama grande de entidades, que buscan acceso a financiamiento sostenible que no es inmediatamente vinculado a un grupo específico de proyectos etiquetados como ASG.
Crecimiento de bonos ASG en México
Ciertamente, Europa se ha mantenido a la cabeza en la consolidación de las inversiones responsables. Ejemplo de ello, ha sido definir la creación de normas y directrices, tanto para incrementar la armonización en las emisiones de bonos verdes, sociales y sostenibles, como para dirigir flujos de capitales hacia estos.
Sin embargo, el interés por la inversión responsable avanza a pasos agigantados. De acuerdo con El Economista, se prevé que el próximo año los bonos ASG y SLB sean el 50% de todas las colocaciones que se realicen en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Al respecto, José Oriol Bosch, director general del centro bursátil, señaló que «el año pasado los bonos ASG representaron el 27% del total de la deuda de largo plazo, para este año estamos estimando que va a ser el 35% y me atrevería a decir que para el 2023 serán el 50% y seguirán creciendo».
Ademas de mencionar que hace seis años cuando nacieron los bonos verdes, sociales y sustentables, eran 2.0% del total de emisión de deuda de largo plazo en la BMV, hoy ese porcentaje ha repuntado, derivado de la pandemia por COVID-19.
BMV va por la inversión responsable
Del mismo modo Oriol destacó que, desde el 2016, el monto emitido alcanzó un total de 94,000 millones de pesos. En el rubro de bonos sustentables se han concentrado la mayor cantidad de estos recursos con emisiones por 45,000 mdp, seguido por los bonos verdes con 26,000 mdp y los sociales con 8,000, mientras que los vinculados a la sostenibilidad lograron 15,000.
A lo anterior se une el lanzamiento de la Guía de Carbono Neutral que buscará orientar a las emisoras —instancias económicas que requieren de financiamiento de diversos proyectos— para alcanzar la neutralidad en carbono en sus operaciones.