La carne es uno de los alimentos más consumidos por el ser humano. Sin embargo, su consumo forma un papel importante en el aumento de las emisiones de carbono.
De acuerdo con un análisis publicado en la revista Science, el aumento de consumo de carne impulsado por el crecimiento de la población y el ingreso económico, genera un papel importante en el aumento de las emisiones de carbono y la reducción de la biodiversidad.
Investigadores afirman que la carne roja pesa más sobre el medio ambiente. De acuerdo al informe la producción ganadera, este alimento representa actualmente el 15% de todas las emisiones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.
La mayoría de los animales de ganado tienen altos niveles de estrés y sufrimiento, son inmovilizados, drogados y hasta hormonados, sustancias que los consumidores también ingieren al comer carne.
Una de las opciones que hay para disminuir la huella de carbono de una persona es evitar la ingesta de carne de res, lo que resulta una medida muchísimo más significativa que si renunciara a sus automóviles.
Es importante mitigar los agentes de carbono que se emiten en el mundo, incrementar la demanda de sustentabilidad y evitar el consumo de carne.
Un informe de Fitch Solutions, dado a conocer por Business Insider, indica que “los gobiernos podrían aprovechar esta demanda de mayor sustentabilidad y gravar al consumidor en lugar de implementar regulaciones de producción ambiental más estrictas”, sugirió Fitch.
“El aumento global de los impuestos al azúcar hace que sea fácil imaginar una ola similar de medidas regulatorias dirigidas a la industria de la carne”, dijo Fitch.
Hace unos días, políticos alemanes propusieron incrementar el impuesto al valor agregado (IVA) del 7% al 19% sobre la carne, con la esperanza de reducir el consumo.
Y es que varios estudios científicos dicen que al igual que el azúcar, la carne roja se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y diabetes.
Un estudio realizado por la Universidad de Oxford, por ejemplo, encontró que la introducción de la medida podría prevenir casi 6 mil muertes al año y ahorrar casi 850 millones de dólares en costos de atención médica.
“Un impuesto a la carne podría surgir como una política similar al impuesto al azúcar, respaldado sobre la base de que la carne desempeña un papel importante en una dieta equilibrada, su consumo excesivo es un problema de salud pública”, concluyó Fitch.
De acuerdo a un informe de la ONU, el sistema alimentario humano representa el 37% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un estudio de 2011 encontró que el cordero, seguido de la carne de res, son mucho más perjudiciales para el ambiente.
Ya estamos presenciando que los consumidores reducen la carne roja en varios mercados desarrollados a nivel mundial, respaldados por la creciente popularidad de las dietas veganas, vegetarianas y ‘flexitarias’.
«Los consumidores más jóvenes y urbanizados son los principales impulsores de las dietas sin carne, lo que sugiere que esta será una tendencia a largo plazo”, afirmó Fitch.
“La introducción de un impuesto sobre la carne probablemente aceleraría esta tendencia, alentando a los consumidores a moderar el consumo de carne roja al cambiar a las aves de corral o las proteínas de origen vegetal”.