Por: Emilio Guerra Díaz
Cuando uno se interesa por estudiar sociológicamente a la filantropía es usual encontrar distintas referencias hacia sus causas y efectos. Algunas variantes a las que se puede sujetar el análisis de la filantropía son: la histórica, la económica, política y cultural. En efecto, desde que tiene memoria, la humanidad ha tenido exprensiones filantropícas que se expresan de diversas maneras. Hoy la práctica de la filantropía es universal y la generosidad es inherente a todo ser humano pero adquiere tonos y gamas distintas de acuerdo a los grupos sociales en un determinado momento histórico.
En las primeras tendencias hacia la civilización, si en los grupos humanos no hubiese existido filantropía simplemente no se hubiese sobrevivido. La fraternidad entre los Hombres ha resulto diversos episodios de la historia humana.
Sin embargo las formas en las que se presenta la filantropía como una expresión social que tiene efectos y beneficios comunitarios, adopta particularidades y rasgos históricos. Hay una gran diferencia entre la historia de la filantropía de occidente y la de oriente que a su vez se divide al menos en tres regiones más impregnadas de distintas visiones y tradiciones religiosas.
Como se observa, hay manifestaciones de la generosidad en todos los tiempos, como una relación de Hombre a Hombre, apoyo al necesitado, solidaridad y altruismo: en Occidente van desde la academia y el liceo griegos, pasando por el mecenazgo romano y el diezmo de la caridad cristiana y la creación de la figura del fideicomiso; hasta las grandes fundaciones donantes de hoy en cualquiera de sus variantes: independientes, empresariales, comunitarias o familiares.
Así por ejemplo, la Inglaterra de principios del siglo XVII viene a ser una de las primeras naciones que reguó jurídicamente a la filantropía con la Statute of Charitable Uses (que data de 1601). Pero el enfoque quizá no fue tan humanitario como se podría advertir de primera vista, sino dejaba en claro la necesidad de ordenar la asistencia a grupos paupérrimos.
En Francia del siglo XVIII, antes de la revolución, los esfuerzos filantrópicos de los nobles buscaban “limpiar” a las calles y plazas públicas de los pobres y los menesterosos y todo aquel proto-hombre aislado del progreso que hiciera que el paisaje no estuviese acorde con los ideales caballerescos.
En América Latina la fusión de algunas prácticas domésticas con la tradición católica y las particularidades nacionales y regionales delinearon múltiples formas de expresión de la generosidad donde una fue la institución predominante: La Iglesia Católica. En México por su disputa entre liberales y conservadores, federalistas y centralistas; creó una nueva institución filantrópica: el Estado Benefactor que inhibió la participación ciudadana.
En los Estados Unidos y su aceleradísimo proceso de industrialización del siglo XIX implicó décadas después la creación de un sector filantrópico que además de su trabajo solidario y exonerador de arrepentimientos por la rapiña lucrativa que protagonizaron diversos empresarios al crear sus emporios, sirvió para contrarrestar el poder político del sector público que no les dejaba hacer negocios, lo que trajo como consecuencia una mayor participación de la sociedad civil que aunado a la tradición protestante fortaleció, por un lado a la apropiación del ámbito comunitario por el ciudadano de a pie, y por otro, financiar a sus propias organizaciones filantrópicas, preservarlas y desarrollarlas.
Pero ¿Qué papel juegan las fundaciones empresariales en la creación de una cultura de la generosidad?
Sin duda, la fundación es una expresión institucional histórica que se ha ido modificando a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Líneas arriba señalábamos que las posibilidades de estudio de la filantropía podrían recorrer un buen número de caminos. Uno de los más frecuentes es transitar en el terreno económico donde se revelan expresiones que se avocan a vincular a la filantropía con las fundaciones y más recientemente con la responsabilidad social corporativa para indicar que hay una gran diferencia entre la ser generoso y ser socialmente responsable. Algunas de las expresiones más comunes de esta discusión son:
• La filantropía no resuelve la pobreza
• Donar no significa ser socialmente responsable
• La filantropía no crea empleos
• La filantropía no crea riqueza
• Se toman como sinónimos a caridad con la filantropía
• Los empresarios usan a la filantropía para lavar culpas
• La filantropía es un medio que permite lucir a la empresa
• No toda empresa que hace donativos es ética, etc.
Esta última referencia: “No toda empresa que hace donativos es ética” fue publicada en una entrevista que hiciera CNN Expansión a Dezsö Horváth, académico y consejero canadiense en la edición de su revista de abril.
Sin embargo, más bien la relación entre filantropía encausada a través de fundaciones empresariales, o de cualquier otro tipo de institución donante, tiene que ver con su utilidad pública que se basa en destinar recursos privados a fines públicos.
No se trata de que el trabajo fundacional consista en “reglar dinero”, sino de contribuir a crear condiciones de despegue económico para determinados grupos sociales. Quién estime que la filantropía no resuelve la pobreza está viendo solo la parte de los efectos sociales de la pobreza y por ello identifica el acto generoso como asistencia y le resta su valor generador de actividades para satisfacer necesidades sociales. Si, en efecto, están parcialmente en lo correcto, no resuelve la pobreza, pero esa no es su misión.
En cambio apostar la disposición de recursos económicos, humanos y técnicos para ayudar a la comunidad a atender el origen de los problemas es ver a la filantropía que se da a través de una fundación empresarial como un medio que contribuye al desarrollo con recursos adicionales a los públicos.
Visto así una fundación empresarial tiene una gran valía cultural y social en producir y reproducir actitudes de generosidad que impacten favorablemente a las causas que ha elegido ayudar. La generosidad entonces se revela como donación de tiempo (voluntariado), donaciones económicas y en especie y donaciones de talento (mentorazgo).
La tendencia de una fundación empresarial de pasar al desarrollo comunitario se puede someter a prueba histórica. El lector puede revisar cómo eran las fundaciones empresariales en los años sesenta y setenta del siglo pasado.
Por ejemplo, las fundaciones bancarias sobre todo las europeas, se crearon con la intensión de preservar el arte y la cultura. El coleccionismo fue su gran propósito. Hoy, varias décadas después, la mayoría de las fundaciones bancarias en el mundo están ocupándose de educación financiera, desarrollo de proyectos productivos y la inclusión de grupos marginados a la actividad económica.
Así podemos concluir que la Fundación Empresarial tiene indirectamente una responsabilidad social: promover la cultura de la generosidad en su comunidad.
Desde el Consejo Directivo
El Director de la organización pidió guardar un minuto de silencio por el fallecimiento de dos grandes filántropos. Por un lado el Ingeniero Lorenzo Zambrano y por el fallecimiento del Dr. Jacinto Convit, venezolano quien inventó la vacuna contra la lepra aportación a la humanidad que le confiriera el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y el Nobel de Medicina en 1988. En su honor se instituyó en Argentina una fundación que lleva su nombre.
El Presidente del Directorio señaló que la Semana Internacional de Voluntariado Corporativo fue muy útil para impulsar estas prácticas en las compañías independientemente de su tamaño. Aunque faltó visibilidad a las actividades que éstas realizaron, ahora este jueves y viernes México será sede del I Congreso Iberoamericano de Voluntariado Corporativo, que se llevará a cabo en el World Trade Center. Habrá que participar por los beneficios que representa contar con un mayor volumen de voluntarios.
La iniciativa de Fundación Azteca “Limpiemos nuestro México” se llevará a cabo el próximo domingo por lo que el Director de la organización señaló que su personal habrá de participar voluntariamente en esta jornada cívica.
La consejera de relaciones públicas recordó que el mismo domingo se llevará a cabo en Ciudad Juárez, la 5ª jornada del evento de Cancer Survivor “Trenzando Corazones” para acopiar donaciones de cabello para pacientes que se están tratando. Invitó a los juarenses a participar en esta noble causa.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.