En estos momentos, los belenes navideños de todo el mundo presentan a tres Reyes —también conocidos como «sabios» o magos— que traen regalos de oro, incienso y mirra al recién nacido Jesús en Belén.
En la Biblia, el evangelio de Mateo dice que los Reyes Magos «vieron al niño con su madre María, se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos, sin embargo, en la actualidad es bien sabido que el incienso y mirra están en peligro de extinción. Ambos se utilizaban desde hacía miles de años antes de que aparecieran en Belén.
Incienso y mirra están en peligro de extinción
De acuerdo con The conversation, el incienso se ha mezclado durante mucho tiempo con diversas especias, y la mirra era utilizada por los antiguos egipcios como agente embalsamador.
Ambas se han promovido como curas para una variedad de dolencias, desde problemas digestivos hasta el alivio del dolor. En la época de Jesús, estos regalos valían lo mismo, si no más, que el oro.
Ambas sustancias se producen a partir de la resina de los árboles de la familia de las Burseraceae, o «incienso». Se hace una pequeña incisión en el tronco del árbol y la resina se drena lentamente y se deja secar.
Esta resina es la forma en que el árbol intenta sellar su herida abierta. El incienso procede de los árboles de Boswellia, mientras que la mirra procede de los árboles de Commiphora.
Aunque estos productos se asocian más a Asia occidental, la familia de las Burseraceae tiene parientes en todo el mundo, desde Sudamérica hasta África y Australasia. Originarios de regiones desérticas, estos árboles suelen tener una importancia económica crucial para las comunidades que pueden cosechar resinas durante la estación seca, cuando otras fuentes de ingresos son escasas.
Sobreexplotación y amenaza
El árbol productor de incienso Boswellia sacra es originario de Omán, Yemen y Somalia, donde está catalogado como «casi amenazado» en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Como fuente de incienso de alta calidad, ha sido ampliamente sobreexplotada, lo que ha provocado una gran reducción del tamaño de la población.
Un estudio realizado en 2011 sobre un árbol estrechamente relacionado, Boswellia papyrifera, en el norte de Etiopía, sugirió que el fuego y el pastoreo excesivo impedían que los árboles jóvenes alcanzaran la madurez.
Además, la mortalidad de los adultos también era elevada debido a los daños causados por el fuego y las plagas. El estudio preveía una disminución del 90% del tamaño de la población en 50 años si no se hacía nada. Otro estudio ha proyectado una disminución de la población del 71% en 25 años.
Se recomendó una gestión intensiva del ecosistema y la protección de los árboles jóvenes para evitar el desastre. Se han ensayado algunas de estas prácticas, como la reducción de la extracción de resina de los árboles y su protección contra los animales de pastoreo, pero aún no se han adoptado de forma generalizada.
La mirra se recolecta de forma similar de varias especies de árboles de Commiphora. La Comiphora wightii, originaria de algunas zonas de Pakistán y la India, está en peligro de extinción debido a la sobreexplotación de su resina para su uso en la medicina tradicional.
Commiphora myrrha, como su nombre indica, es una de las especies más asociadas a la producción de mirra. Aunque no se ha evaluado su estado de conservación, es probable que se enfrente a retos similares a los de sus parientes lejanos que nos dan el incienso.
Por desgracia, la historia de la explotación del incienso y la mirra es conocida. Muchas poblaciones silvestres de plantas están en peligro, contribuyendo al actual colapso de la biodiversidad mundial.
Un informe sobre el estado de las plantas y los hongos del mundo, concluyó que dos de cada cinco plantas están ahora en peligro de extinción. Aparte de la pérdida de valor intrínseca que esto representa, la desaparición de estas especies también supondría una pérdida potencialmente enorme de alimentos y medicinas de origen vegetal para los seres humanos.
Fe en el futuro
Al menos un escritor ha señalado que, dado su significado sagrado, la continua recolección insostenible de estos productos plantea un dilema para muchas iglesias cristianas. Como consumidores de las resinas, tienen la responsabilidad de promover prácticas sostenibles en la industria de la resina.
Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que nunca conoceremos, que nuestros hijos nunca verán, porque se han perdido para siempre. La gran mayoría se extingue por razones relacionadas con la actividad humana.
Sin embargo, hay varios ejemplos, desde Etiopía hasta Japón, de grupos religiosos que trabajan para proteger la biodiversidad y restaurar la naturaleza reforestando tierras taladas y practicando una agricultura ética.
Gracias a su importancia social y espiritual, la concienciación sobre plantas como las que nos dan el incienso y la mirra puede ayudar a comprometer a personas de muy diversas confesiones en la labor vital de proteger el mundo natural.
