800 000 voluntarios salieron a las calles de Uttar Pradesh, en India, para plantar 50 millones de árboles en tan sólo 24 horas. Si bien el objetivo principal era batir un nuevo récord mundial, en el fondo se buscaba mejorar la calidad del aire, y así reducir los efectos del cambio climático en este país.
Actualmente India posee cuatro de las ciudades con mayor contaminación en el mundo, lo cual ha provocado que alrededor de 1.25 miles de millones de personas migren de sus hogares para escapar de la pobreza y sequía causada por el cambio climático en zonas ganaderas y agricultoras.
Como medidas de contención del problema, el gobierno indio se ha dedicado a desarrollar el primer aeropuerto 100 por ciento solar y la estación de energía solar que brinda energía a numerosas familias en el país. Inclusive, se ha dedicado a crear consciencia en la población sobre medidas hogareñas para reducir los efectos del cambio climático y las consecuencias en salud de la contaminación.
En palabras del Primer Ministro de Uttar Pradesh, Akhilesh Yadav, “el mundo se ha dado cuenta que se requieren de esfuerzos serios para reducir las emisiones de carbono para mitigar los efectos del cambio climático.” Y al menos los habitantes de Uttar Pradesh han comenzado a realizar esfuerzos voluntarios, intrínsecos, para mejorar su calidad de vida –aunque fuera a través de una convocatoria para Guinness World Record–.
Anit Mukherjee, policía del Centro para el Desarrollo Global, explicó que “La contribución más grande de plantar árboles es, además del tokenismo, que se enfoca en problemas más serios en India: contaminación, deforestación y uso de tierras.” En los últimos años, India se ha tenido que enfrentar a una alta demanda de áreas rurales con fines agricultores, provocando así un aumento en la deforestación de zonas naturales. Por ello, los proyectos sociales de reforestación están haciendo un gran cambio en la cultura en relación con la naturaleza; pues no sólo se trata de plantar árboles, también de mantenerlos vivos a lo largo de su desarrollo.
Fuente: Ecoosfera