Entre 1999 y 2009, se descubrieron más de 1,200 nuevas especies de plantas y vertebrados en el bioma amazónico, lo que significa una nueva especie cada tres días, confirmando que el Amazonas, en Brasil, Perú y Bolivia, es uno de los lugares más diversos de la Tierra, afirma el reporte de WWF: ¡Amazonía Viva! Una década de descubrimientos 1999 y 2009 (Amazon Alive! A decade of Discovery 1999-2009).
«Este reporte muestra claramente la increíble diversidad de vida en el Amazonas. Es un recordatorio de lo mucho que aún nos queda por aprender sobre esta singular región y lo que podríamos perder si no cambiamos nuestra manera de pensar acerca del desarrollo. Necesitamos promover una conservación que proporcione beneficios económicos, sociales y ecológicos a la gente de la región y también a todos aquéllos fuera de ella, pero dentro de la amplísima influencia climática de la Amazonía», dijo Francisco Ruiz, Jefe de la Iniciativa Amazonía Viva de WWF.
Las nuevas especies descritas en ¡Amazonía viva!: Una década de descubrimientos 1999 – 2009, incluyen 637 plantas, 257 peces, 216 anfibios, 55 reptiles, 16 aves y 39 mamíferos.
Algunos de los descubrimientos son:
Una de las especies más extraordinarias, la Ranitomeya amazónica, una rana con una increíble coloración de fuego en cabeza y patas con un contrastante estampado de patrón acuático. El hábitat principal de la rana se encuentra cerca de la zona de Iquitos, en la región de Loreto, Perú, en un bosque primario húmedo de tierras bajas. Esta rana también ha sido encontrada en la Reserva Nacional Alpahuayo-Mishana en Perú.
La primera especie nueva de anaconda identificada desde 1936, descrita en el 2002 en la provincia amazónica del noreste boliviano y luego encontrada también en las llanuras inundables de la provincia boliviana de Pando.
Se creyó inicialmente que la Eunectes beniensis, de cuatro metros de largo, era resultado de la hibridación entre la anaconda verde y la amarilla, pero luego se determinó que era una especie diferente.
Un loro calvo, Pyrilia aurantiocephala, exhibe un asombroso espectro de colores. Encontrado sólo en algunas localidades de los ríos Madeira baja y alto Tapajos en Brasil, esta especie ha sido registrada como «casi amenazada» debido a su población moderadamente baja la cual está disminuyendo por la pérdida de hábitat.
El delfín rosado de río fue registrado por la ciencia en la década de 1830 y recibió el nombre científico de Inia geoffrensis. En el 2006, la evidencia científica mostró que existe una especie diferente – Inia boliviensis – del delfín en Bolivia, aunque algunos científicos la consideran una subespecie de Inia geoffrensis. A diferencia de los delfines de río amazónicos, sus parientes bolivianos poseen más dientes, cabezas más pequeñas y cuerpos más pequeños, anchos y redondeados.
Una nueva especie de diminuto bagre rojo y ciego que vive principalmente en aguas subterráneas. Descubierto en el estado de Rondonia, Brasil, el pez Phreatobius dracunculus comenzó a aparecer después de cavar un pozo en el pueblo de Río Pardo, cuando fueron accidentalmente atrapados en baldes utilizados para extraer agua. Desde entonces, la especie ha sido vista en otros 12 pozos de los 20 que existen en la región.
Aunque la mayor parte de la región amazónica continúa casi inexplorada, las amenazas hacia ella se están incrementando rápidamente. Durante los últimos 50 años el hombre ha provocado la destrucción de al menos 17% de los bosques tropicales amazónicos, un área más grande que Venezuela o dos veces del tamaño de España.
Una de las principales causas de esta transformación es el rápido crecimiento de la demanda de carne, soya y biocombustible en los mercados regionales y mundiales, lo que a su vez incrementa la demanda de tierra. Se estima que el 80% de las áreas deforestadas en la Amazonía son ocupadas por pastizales para ganado.
Los modelos de desarrollo no sostenibles, el rápido crecimiento económico regional y la creciente demanda de energía también están causando un impacto en la Amazonía.
Los bosques amazónicos no sólo son hogar de la más destacada diversidad de vida en la Tierra, también albergan entre 90 y 140 mil millones de toneladas de carbono. Liberar una pequeña porción de esta reserva de gases – por la pérdida de bosques y cambios en el uso de la tierra – aceleraría el calentamiento global de forma significativa, poniendo en peligro la vida en el planeta tal como la conocemos.
A través de la Iniciativa Amazonía Viva, WWF trabaja bajo un enfoque integral y de cooperación con los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, el cual busca promover las transformaciones necesarias para lograr un escenario distinto que garantice la preservación de la biodiversidad amazónica.
La meta es una visión compartida de conservación y desarrollo sostenible desde el punto de vista ecológico, económico y social; una valoración adecuada de los ecosistemas naturales por los bienes y servicios ambientales que producen; la planeación de la tenencia y derechos sobre tierras y recursos; el desarrollo de la agricultura y ganadería a partir de prácticas exitosas de gestión; y una planeación adecuada del desarrollo de la infraestructura de transporte y energía para minimizar el impacto ambiental y el empobrecimiento de la diversidad cultural.
Parte de la solución para que las naciones amazónicas puedan proteger sus especies y hábitats está siendo considerada por los gobiernos reunidos en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, un enfoque multinacional que busca crear un sistema completo y efectivamente manejado de áreas protegidas en esta región.
Al respecto, Yolanda Kakabadse, Presidenta de WWF-I, mencionó «muchos de los descubrimientos de nuevas especies fueron realizados en la red de áreas protegidas amazónicas. Este año, el Año de la Biodiversidad, es una excelente oportunidad para que los jefes de Estado ayuden a proteger aún más la diversidad de vida del Amazonas, para asegurar la supervivencia de las especies que viven ahí, así como el suministro continuo de bienes y servicios ambientales de los cuales todos nos beneficiamos.»
La región amazónica comprende el sistema selvático y de ríos más grande en la Tierra. Cuenta con más de 600 diferentes tipos de hábitats terrestres y de agua dulce, albergando el 10% de todas las especies conocidas en el mundo, incluyendo endémicas y especies de flora y fauna amenazadas.
El Río Amazonas es el río más grande en términos de volumen de agua que descarga en el océano. Con tan sólo dos horas de su caudal se podrían satisfacer las necesidades de agua potable de los casi 7.5 millones de ciudadanos de Nueva York durante todo un año.
Más de 30 millones de personas viven en el Amazonas y dependen directamente de sus recursos y servicios ambientales. Así, como la población mundial depende de la regulación climática del Amazonas al planeta.
Fuente: Comunicado de Prensa