Los costos ambientales derivados de las actividades económicas en México en 2014 representaron el 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, alrededor de 910 mil 906 millones de pesos, que son los gastos en los que tendría que hacer la sociedad para prevenir o remediar la disminución o pérdida de recursos naturales, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Las cifras del instituto establecen que la contaminación atmosférica representó el mayor costo ambiental el año pasado, al ubicarse en 542 mil 283 millones de pesos, le siguieron los costos por agotamiento de hidrocarburos con 105 mil 475 millones; degradación del suelo 86 mil 488 millones; la contaminación del agua 74 mil 322 millones; residuos sólidos 57 mil 340 millones; agotamiento del agua subterránea 30 mil 220 millones, y los costos de la disminución de recursos forestales con 14 mil 777 millones de pesos.
El sector económico de transportes, correos y almacenamiento generó los costos más elevados, llegando a la cifra de 326 mil 823 millones de pesos, en tanto que la agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza lo hizo con 128 mil 974 millones; la minería alcanzó costos por 106 mil 812 millones y el rubro de otros servicios excepto actividades del gobierno sumaron 42 mil 908 millones de pesos.
En el periodo 2003-2014 el costo por la contaminación del aire aumentó anualmente en promedio 2 por ciento, siendo las principales emisiones contaminantes las partículas generadas por los vehículos automotores.
El costo por la degradación de la superficie de suelo afectada tuvo un incremento medio anual de 5.3 por ciento nominal, y el de la contaminación del suelo por residuos se ubicó en promedio en 7.9 por ciento.
Por su parte, el costo correspondiente a la contaminación de los cuerpos de agua como lagos, lagunas y ríos mostró la mayor tasa media de crecimiento en el periodo 2003-2014, con una variación de 17.8 por ciento anual.
En tanto, los gastos en protección ambiental realizados el año pasado por el sector público en su conjunto y los hogares alcanzó un monto de 147 mil 666 millones de pesos y representó el 0.9 por ciento del PIB a precios básicos.
“Este gasto se destinó principalmente al sector de la construcción con 31.1 por ciento, seguido de las actividades de gobierno 24.6 por ciento; la minería 21.2 por ciento; los servicios profesionales, científicos y técnicos el 8.6 por ciento, y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 8 por ciento. En conjunto, a estos sectores se destinó el 93.5 por ciento del total de gasto en protección ambiental”, detalló.
Según el Inegi, el conjunto de estas actividades aportó un monto de 138 mil 171 millones de pesos y significaron el 0.8 por ciento del PIB a precios básicos.
Contrastes
El costo económico que se debió asumir por los daños ambientales causados por las actividades económicas en 2014 fue de 910 mil 906 millones de pesos, es decir 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, porcentaje que fue 2.3 veces la tasa de crecimiento de la economía mexicana en dicho año, que fue de 2.3 por ciento, según datos de las Cuentas Económicas y Ecológicas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El costo por el daño ambiental en 2014 se dividió en 760 mil 434 millones de pesos correspondiente a degradación ambiental (83.5% del total) y en 150 mil 472 millones de pesos por agotamiento de los recursos naturales (16.5% restante).
Asimismo, el Inegi reportó que en 2014 el sector público en su conjunto y los hogares ejercieron en conjunto 147 mil 666 millones de pesos para protección ambiental, es decir 0.9% del PIB.
Esto significa que la sociedad dejó de ejercer 763 mil 241 millones de pesos en gasto para resarcir tanto la degradación del medio ambiente como el agotamiento de los recursos naturales, cifra equivalente a 4.4 por ciento del PIB.
Por otro lado, los 910 mil 906 millones de pesos de costo por daños ambientales derivado de la producción de bienes y servicios implicó una caída en términos nominales de dos por ciento respecto a lo registrado en 2013, y su participación en el PIB fue la más baja de los últimos 12 años.
Según datos del Inegi, el costo de los daños ambientales de las actividades económicas se ha reducido de forma acumualda en 3.1 puntos porcentuales desde 2003, año en que dicho costo fue de 8.4 por ciento del PIB.
Estos datos muestran que el costo para resarcir los daños ambientales derivado de las actividades económicas representa cada vez menos proporción del PIB del país año con año, por lo que dichas actividades ejercen menos presión sobre el medio ambiente y los recursos naturales.
Lo anterior dio origen a que el Producto Interno Neto Ecológico (PINE), que resulta de restar al PIB el consumo de capital fijo y los costos por los daños ambientales fuera de 14.3 billones de pesos en 2014, es decir 83.2 por ciento del PIB, que también implicó la participación más alta del PINE dentro de la producción nacional de los últimos 12 años.
Recuento de daños
El costo por agotamiento de los activos forestales es resultado de las actividades silvícolas sin manejo sustentable de los bosques, la tala clandestina, los incendios y el avance de la agricultura y la ganadería. Entre 2003 y 2014 se registró un incremento en la sobreexplotación del agua subterránea, lo que originó que los costos por agotamiento de este recurso natural se incrementaran en 1.4% nominal en promedio cada año. Entre 2003 y 2014 el costo por la contaminación del aire creció 2% al año, en promedio, siendo las principales emisiones contaminantes las partículas generadas por los vehículos automotores.
Respaldo a energías limpias
El gobierno de México respalda toda acción internacional que tenga como propósito el favorecer el uso de energías limpias.
Durante la sesión de trabajo en la que estuvieron presentes el mandatario anfitrión de la COP21, François Hollande; el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, y el director del Banco Mundial, Jim Yong Kim, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que la transición a una economía baja en carbono es responsabilidad de gobiernos, organismos, empresas y sociedad civil.
“México considera que fijar un precio al carbono es una medida efectiva para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el uso de combustibles más limpios.
“Mi país se suma a esta iniciativa, que permitirá reducir el consumo mundial de carbono y estabilizar la temperatura de la Tierra”, puntualizó.
Confió en que al establecer un precio real al carbono se reducirá su consumo e incentivará a los agentes económicos a invertir en procesos más eficientes y en canastas de energías más limpias y sustentables.
Acompañado de los secretarios de Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Desarrollo Territorial, el mandatario explicó las acciones que ha implementado nuestro país para favorecer la introducción de energías limpias
“En 2013 se aprobó el impuesto al carbono para aquellos combustibles fósiles con emisiones superiores del gas natural y se avanza en la creación del mercado de carbono.
“El impuesto está diseñado a partir de las mejores prácticas internacionales y se aplica a cada tipo de combustible, dependiendo de su contenido específico de carbono”, sostuvo.
Peña Nieto aseveró que la estrategia nacional contra el Cambio Climático promueve el crecimiento verde incluyente que, al tiempo de generar riqueza, cuida los recursos naturales y promueve el desarrollo social.
En el caso de la Reforma Energética, ésta contempla el uso de energías limpias en los procesos de generación de energía, sobre todo, las de mayor potencial: geotérmica, eólica y solar.
Fuente: Excélsior