Si uno de tus propósitos de año nuevo es asegurarte de tener éxito con los regalos que realices y, al mismo tiempo, ser un poco más respetuoso con el medio ambiente, pon el énfasis tanto en el exterior como en el envoltorio del obsequio.
Para ello Tarpuna, una cooperativa de iniciativa sostenible surgida en Cataluña, España, ha desarrollado InfinitLoop, un textil biodegradable y reutilizable que incluye una etiqueta con un código QR que se lee con el móvil. Así, la persona que recibe el regalo con este original embalaje (y que idealmente usará para hacer su siguiente regalo) puede ver quién lo ha tenido previamente, por qué lugares ha pasado y qué regalos ha contenido.
«Consiste en cambiar los hábitos de envoltorio de los regalos hacia el uso de envoltorios reutilizables y que la propuesta para hacer el cambio de chip sea lúdica, que sea un envoltorio que pasa de mano en mano y que tiene un código QR que permite su trazabilidad en web», explica Didac Ferrer, su inventor.
«Lo más interesante, además de reutilizar, es su finalidad social, pues genera oportunidades de empleo y de inserción laboral a personas en riesgo de exclusión social. La confección de estos envoltorios la hacemos en colaboración con talleres de inserción social en Barcelona y con la perspectiva de ir ampliando la red».
Dado que el envío del envoltorio (que actualmente cuesta ocho euros, unos 136 pesos mexicanos) hasta México es caro y tampoco sería la opción más sustentable, existe la posibilidad de comprar por internet únicamente el código QR, una etiqueta por valor de dos euros, IVA incluido (alrededor de 34 pesos).
Así, a través de www.infinitloop.org accederás a una plataforma de pago y recibirás la etiqueta por email para que puedas colocársela al embalaje que tú decidas usar.
«La idea es que haya innovación abierta. Por ejemplo, si tengo una caja de zapatos que me gusta, en lugar de tirarla le pongo el código y la regalo», sugiere Ferrer.
Hasta el 26 de diciembre, www.infinitloop.org reportaba mil 594 infinitLoops creados, el equivalente a 32 metros cuadrados de papel ahorrados.
Fuente: Reforma
