El 7 de marzo se publicó el informe de sostenibilidad del GRI, GRI Inside (and) out. Esta vez merece comentarios por haber escuchado a sus críticos y haber incorporado parte de sus sugerencias, aunque todavía está lejos de ser un modelo de reporte. El lector recordará que fuimos muy críticos con la versión del año pasado (Informe de sostenibilidad del GRI: En casa de herrero, cuchillo de palo). También hubieron comentarios, entre otros, de Elaine Cohen en su blog CSR Reporting blog. (uno de los mejores blogs sobre reportes) y de Mallen Baker también en su blog, otro comentarista muy incisivo.
Nobleza obliga y esta vez debemos reconocer que el informe ha mejorado mucho, aunque le falta mucho. Comencemos por los comentarios positivos:
· Empezando por el nombre. Recuerden que el año pasado tenía el nombre poco serio de Paper, Planes and People . Lamentablemente, el título recordaba la película cómica Planes, trains and automobiles con Steve Martin (Aviones, trenes y automóviles). Esta vez el nombre es GRI Inside (and) out. También es un juego de palabras pero serio. Una acepción en español, con el uso del “(and)” sería “El GRI por dentro y por fuera” que daría la impresión de que se reportan no solo sus responsabilidad interna, como era lo único que reportaban el año pasado, sino que además se preocupan del impacto externo. Otra acepción, leyendo solo “Inside Out” sería la de transparencia. “Inside out” se usa al decir, por ejemplo cuando de voltean los pantalones o la camisa al revés. No hay nada que ocultar. Buen título.
· El contenido del anterior informe en efecto enfatizaba el impacto sobre el consumo de recursos, emisiones por viajes y la gestión de sus empleados. El nuevo informe expande su miara hacia afuera, aunque solo la mira, pero no todavía la cobertura
· Además de las críticas espontáneas recibidas el GRI buscó explícitamente comentarios para mejorarlo. Constituyo un grupo revisor externo de cinco personas y pidió comentarios por internet (respondieron 159 personas, lo que es mucho decir). El informe incluye la opinión de un grupo revisor externo, como lo hacen otras empresas, aunque ello no sea requerido por las mismas guías del GRI.
· Ofrece considerar nuestra principal crítica, la de que su impacto no eran fotocopias o emisiones por viajes, sino el impacto que su producto, los principios y guías, tienen la sostenibilidad de las empresas que los usan o no usan. Recoge nuestra recomendación de hacer un estudio de impacto de sus actividades sobre la cantidad y calidad de los informes de sostenibilidad, cuyos resultados serán, presumiblemente, incluidos en el próximo informe. Por ahora contiene una descripción cualitativa de expectativas.
· Hace uso de sus propias guías para organizaciones no gubernamentales, la Guía 3.1 para ONGs, aun cuando el GRI no es legalmente una ONG.
Pero todavía se puede mejorar mucho:
· Continúan enfatizando los impactos directos (consumo de papel, emisiones, etc.) que para sus stakeholders (todos nosotros), tiene una importancia mínima o ninguna.
· Sus sistemas internos de información parecen ser todavía bastante deficientes, como lo demuestran las erratas sobre información muy básica, reportada en el informe anterior. Precisamente uno de los temas que más debería enfatizar una institución que promueve el reporte son los sistemas de información internos. Casa de herrero, cuchillo de palo.
· El proceso de determinación de la materialidad es relativamente confuso. Las respuestas de los 159 stakeholders que respondieron a la encuesta el GRI las resumió en ocho aspectos importantes (por agregación estadística), pero ello no quiere decir que sean los aspectos materiales para el GRI. Aquí el GRI vuelve a cometer el mismo error que comete con los premios a los mejores reportes: pensar que quien responde una encuesta en internet es conocedor de la problemática (o que ha leído los reportes por los que vota). Sobre esto ver también el artículo de Elaine Cohen sobre este informe del GRI: 7 aspectos materiales para la consideración del GRI.
· En cuanto al reporte de los indicadores, como muy bien dice Elaine, si 47 indicadores se consideran «no materiales» y para 6 indicadores «no hay información” (53 indicadores sin información, dos tercios del total) para una auto-calificación de “A”, o es que la institución no la merece o es que las guías para reportar no son relevantes. Y si esto lo hace el GRI ¿qué hará el resto?
· Dos de los principales patrocinadores del GRI, fundación sin fines de lucro, son PWC y KPMG instituciones de contabilidad y consultoría en sostenibilidad con fines de lucro, que se benefician con la expansión de los reportes de sostenibilidad y de su aseguramiento (assurance), ya que ambas actividades forman parte de su negocio. No queremos insinuar que ello conlleve a un conflicto de intereses, no lo sabemos. Nos conviene a todos que hayan más y mejores informes de sostenibilidad y que mejore la transparencia, pero el mismo GRI podría mejorar su transparencia si identificara explícitamente el apoyo que recibe de instituciones que se benefician de su actividad.
· La efectividad de la organización debería ser evaluada y reportada. Pareciera que la organización esta yendo hacia el camino de justificarse solo con el trabajo de su propia administración interna. Ello le puede restar efectividad a su objetivo principal que es el de producir y difundir guías para respaldar la preparación de informes de sostenibilidad. Si bien es cierto que es muy importante que el GRI consulte y escuche a los usuarios de sus guías, hay límites a la efectividad. Pareciera que el GRI tiene exceso de gobernanza. Por ejemplo, el GRI tiene:
· Un Consejo Directivo de 14 miembros
· Un grupo de Asesores Gubernamentales, con 16 miembros, que se reúnen dos veces al año.
· Un Consejo de Stakeholders que se reúne una vez al año, con 50 miembros
· Un Consejo de Stakeholders Organizacionales con 750 miembros
· Grupos de trabajo externos para el desarrollo de contenidos
· Comité Asesor Técnico
· Comité Externo de Retroalimentación (sobre el informe de sostenibilidad)
Todo esto sin contar los comités y grupos internos de gestión. Para poner todo esto en contexto, recordemos que el GRI tiene 54 empleados (30% hombres y 70% mujeres).
· Echamos de menos información sobre el número de viajes que hacen los empleados del GRI y el número y costo de las reuniones externas que se convocan. El informe contiene muchas fotografías de reuniones en diferentes pates del mundo.
En resumen, el informe del GRI parece ir por un buen camino. Está escuchando a sus críticos. Esperamos que el próximo año sí reporten sobre el logro de sus objetivos de producir y diseminar guías para respaldar la preparación de la información en los informes de sostenibilidad, más allá del número de reportes que se producen en el mundo o el número de cursos dictados por terceros. Que informen sobre resultados e impacto, no solo sobre los insumos y productos.
También sería deseable conocer los nombres de los principales donantes, sus contribuciones y la distribución de las demás fuentes de fondos, así como de sus usos. Es cierto que no tiene obligación de divulgar esta información al público. Pero en una institución que aboga por la transparencia y los reportes integrados, es de esperar que su informe contenga esta información.
Por último, nos gustaría ver un análisis de la efectividad del uso de sus recursos financieros y el particular el costo de lo que parece un exceso de gobernanza. Claro está que esto debería ser preocupación de los donantes, pero como vimos, algunos derivan beneficios de sus donaciones.
¿Y porqué debe preocuparnos esto? Porque el GRI se ha convertido en un monopolio de facto, autorregulado, que promueve responsabilidad y por ello tiene mayores responsabilidades. No puede (o no debe) haber otros GRIs, así que el que tenemos debe ser efectivo y eficiente.
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Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.