Ayer se dio a conocer el Informe sobre Desarrollo Humano 2009. Es lamentable que la noticia tenga tan poca difusión en las esferas de responsabilidad social de Latinoamérica siendo un tema que compete a ciudadanos, gobiernos y empresas. Creer que la RSE se limita a temas de gestión corporativa es una de las grandes miopías actuales.
El desarrollo humano trata, valga la redundancia, de que las personas desarrollen su potencial, aumenten sus posibilidades y disfruten de la libertad para vivir la vida que valoran. Desde 1990, los Informes sobre Desarrollo Humano anuales han analizado los desafíos que plantean la pobreza, las cuestiones de género, la democracia, los derechos humanos, la libertad cultural, la globalización, la escasez de agua y el cambio climático.
Si bien este año el informe está focalizado en la migración, hay que entender ésta como el resultado de un mundo muy desigual. Para muchos habitantes del orbe, abandonar su lugar de origen puede ser la mejor salida, y en ocasiones la única, de mejorar su vida. La migración puede ser muy efi ciente para aumentar el ingreso, la educación y la participación de individuos y familias y mejorar las perspectivas futuras de los hijos. Pero tiene un valor incluso mayor: la capacidad de decidir dónde vivir es un elemento clave de la libertad humana.
El informe en sí es tremendamente interesante en muchos sentidos pero quizás el de mayor impacto en términos mediáticos sea el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que indica la clasificación del IDH entre 2006 y 2007 en 182 países.
En este contexto presentamos nuestra infografía, un cuadro comparativo con la información más relevante para los países latinoaméricanos y su relación con las principales economías mundiales. México, por ejemplo, está en el lugar 53, y a pesar de lo «bueno» que podría parecer «es un hecho que el país acumula rezagos en igualdad de género, esperanza de vida, alfabetización, escolarización y representación política de las mujeres», como bien lo señaló Magdy Martínez-Solimán, representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México.
Algunos datos interesantes del informe son:
• Chile es el mejor ubicado de los países latinoaméricanos en el 44
• Argentina, Uruguay y Cuba son 49, 50 y 51 respectivamente
• México ganó un lugar con respecto al año pasado
• Venezuela es 58, Brasil 75, Colombia 77 y Perú 78
• Después de India y China, México es el principal receptor de remesas del mundo
• Los envíos equivalen a 27 mil millones de USD, 3% del PIB nacional
• Con la crisis, el número de hogares receptores ha disminuido 15%
• Pakistán es el 2o mayor receptor de mexicanos pese a ser condiderado «estado fallido»
• China es el país que más creció en el índice ¡7 lugares! Aún así es el 92
• Jamaica es el que más descendió: 8 puestos. Es el 100
• Una de cada siete personas en el mundo es migrante
Finalmente, en referencia a la viabilidad e importancia que tiene el pago de impuestos a favor de los «programas sociales» en México, Magdy Martínez-Solimán consideró que si bien la crisis está pasando factura, ésta puede pagarse de muchas maneras.
Como señalamos en un inicio, creer que ésta es una temática de gobiernos es una visión miope, sobre todo cuando el cemento mismo de las empresas, es el capital humano. Si bien es cierto que el Estado es responsable de muchas situaciones, ¿No son las empresas una parte fundamental del desarrollo de los individuos?
¿Acaso esas mismas empresas no debieran mejorar las perspectivas de los recién llegados, lo que a su vez generararía grandes beneficios tanto en las comunidades que los reciben como en las que quedan atrás? Luego entonces, este informe no sólo contiene información fundamental para los gobiernos, sino también para otros actores, fundamentalmente el sector privado, las asociaciones gremiales y las organizaciones no gubernamentales.
El informe puede descargarse en versión ejecutiva y completa aquí.
Esta muy bien el articulo espero y le complementen mas para enfocarse mas al tema y llegar una solucion para que un pais se desarrole de la manera satisfactoria.