Cuando se le pregunta a la ingeniera de Google Eve Andersson cuál es su sueño, no se lo piensa dos veces: «Que los discapacitados puedan trabajar en lo que quieran, estudiar lo que les gusta, viajar a donde les apetezca, que se sientan libres y empoderados».
Licenciada en ingeniería mecánica por la Universidad de Berkeley y MBA de la Escuela de Negocios Wharton en el estado de Pensilvania (EEUU), Andersson dirige un grupo en Google encargado de crear nuevos productos para personas discapacitadas.
La ingeniera trabaja, además, con prácticamente todos los equipos de la compañía para asegurar que los productos que diseña pueden ser utilizados por personas ciegas, sordas o quienes tienen problemas de movilidad u otra limitación física.
«La misión de Google es lograr que la información en el mundo sea universalmente accesible y útil. Mi trabajo me ofrece la oportunidad de hacer eso para un grupo de gente que lo necesita y lo merece», dijo Andersson durante una entrevista con Efe en la sede de Google en Mountain View (California, EEUU).
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 1.000 millones de personas en el mundo, alrededor del 15 % de la población, padecen algún tipo de discapacidad, lo que los convierte en la mayor minoría del planeta.
Google ha adaptado servicios como YouTube para personas con discapacidades mediante la inclusión de subtítulos.
Además, el sistema operativo Android ofrece la función de activación de sonido (Talk Back) en teléfonos móviles y tabletas, de forma que aquellos que no pueden ver sepan qué icono están presionando en la pantalla y acceder a esa función si lo desean, así como recibir alertas y notificaciones.
Android lleva incorporada también la función de «Switch access» que permite a las personas con movilidad limitada operar los dispositivos mediante uno o varios botones.
El sistema operativo hace posible igualmente magnificar los textos o invertir los colores para facilitar la lectura a quienes tienen problemas de visión, opciones similares a las que incluye el navegador Chrome de Google.
Andersson celebra que la tecnología haya permitido, por ejemplo, a alguien «tan extraordinario» como el científico británico Stephen Hawking expresar sus ideas pese a su severa limitación física.
«Imagínate si él, con su mente extraordinaria, no hubiese podido transmitir sus ideas. Estamos hablando de alguien que ha ayudado a explicar el origen del universo», insistió la ingeniera.
A nivel personal, valoró el haber podido ayudar a sus padres, que están perdiendo la visión, con su conocimiento de la tecnología, y se mostró entusiasmada con los vehículos no dirigidos que, en su opinión, supondrán un gran paso adelante a la hora de ayudar a las personas con limitaciones físicas.
Google anunció recientemente que su división filantrópica, Google.org, invertirá 20 millones de dólares (17,8 millones de euros) en organizaciones sin ánimo de lucro que utilizan nuevas tecnologías para aumentar la independencia de las personas discapacitadas.
La empresa emplea también a un buen número de ingenieros con discapacidades, como Laura Palmaro, que perdió la visión central en su ojo izquierdo cuando tenía 10 años y sufrió el mismo problema en el derecho a los 14 años.
Palmaro, que utiliza lectores de pantalla y software de magnificación para leer y trabajar, forma parte ahora del equipo del navegador Chrome con el fin de convertirlo en un producto más accesible para personas con problemas como ella.
«La tecnología realmente ha transformado mi vida», afirma Palmaro en el blog de la compañía.
«La tecnología puede derribar barreras y empoderar a la gente para que logren ser independientes y hagan realidad sus sueños», destacó la ingeniera.
Fuente: La Vanguardia