En un lapso de 10 años, los costos indirectos que tendrán las autoridades de salud para atender enfermedades relacionadas con sobrepeso y obesidad representarán 150,000 millones de pesos, lo cual será insostenible para el sistema, reconoció el secretario de Salud, José Angel Córdova.
Córdova Villalobos presidió la conferencia de prensa “Cruzada Nacional por el Uso de la Bicicleta, Dar la Vuelta por la Salud”, donde explicó que nuestro país está inmerso en la epidemia de sobrepeso y obesidad. Y es que en los últimos 30 años se ha triplicado la prevalencia de esta enfermedad.
De acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud, 70% de la población adulta está excedida de peso y enfrentarán enfermedades relacionadas con sobrepeso y obesidad. El problema es que vivirán enfermas 14.5 años en promedio y su esperanza de vida se va a reducir en siete años. “Esto representa una amenaza”, advirtió.
En la actualidad 70% de los escolares no realiza actividad física regular. Uno de cada cuatro niños sufre estos padecimientos. Mientras que en los adolescentes el promedio es de uno por cada tres.
Según los reportes de la Secretaría de Salud, a esta epidemia se le atribuyen entre 5 y 10% de las muertes prematuras en el país.
El Secretario de Salud recordó que la dependencia trabaja para revertir el problema. Mencionó que en el Programa Sectorial de Salud se estableció como meta, en seis años, revertir el aumento de la obesidad y sobrepeso en los infantes de dos a cinco años de edad, y estabilizar el problema en aquellos de cinco a 19 años.
“Para empezar a ver resultados es precisamente alrededor de seis años. Y para poder revertirlo de manera plena en los adolescentes, y estabilizarlo en los adultos, puede requerir entre 10 y 20 años”, continuó.
Aseveró la necesidad de que las personas, desde menores de edad hasta los adultos, reduzcan drásticamente la vida sedentaria, “debemos de reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, el consumo de azúcar y sal, entre los que podemos mencionar las golosinas, las bebidas azucaradas, la leche entera, los cereales refinados y los alimentos altamente procesados”.
Fuente: El Economista, política y sociedad, p. 38.
Reportero: José Reyes.
Publicada: 2 de febrero de 2011.