La urgencia de abordar el cambio climático y reducir las emisiones de carbono para cumplir con los objetivos climáticos globales de mantener la temperatura del planeta por debajo de 1.5°C ha llegado a un punto crítico en la conciencia global, según informa Edie.
En este contexto, se destaca la importancia de la coherencia entre estos objetivos y las acciones llevadas a cabo por las empresas, incluyendo las instituciones educativas del Reino Unido. Recientemente, se ha instado nuevamente a más de 90 universidades a desinvertir en combustibles fósiles, especialmente en lo que se refiere a mantener relaciones financieras con importantes financiadores de la industria del petróleo y el gas, los cuales son responsables del cambio climático.
Universidades dejan de lado responsabilidad social
Este llamado proviene de campañas como «Make My Money Matter», cuyo principal enfoque es destacar la influencia que el dinero de las personas y las instituciones tiene en el cambio climático y en la sostenibilidad del planeta. La campaña ha presentado múltiples solicitudes de Libertad de Información (FOI), como las realizadas en 2023, que han revelado información importante sobre las relaciones financieras que las universidades mantienen con los bancos que financian los combustibles fósiles.
Según la solicitud e información obtenida, cada una de las 95 universidades analizadas mantiene al menos una relación con uno de los cinco principales bancos del Reino Unido, incluidos Barclays, HSBC, Santander, NatWest y Lloyds. Estos bancos han contribuido colectivamente con $419 millones de dólares a la industria de los combustibles fósiles desde 2016, incluyendo $141 mil millones de dólares destinados a las principales empresas que promueven los combustibles fósiles a nivel mundial.
«A medida que la crisis climática se intensifica —con la evidencia a nuestro alrededor—todos deberíamos mirar a nuestros bancos para descubrir si están financiando la expansión de los combustibles fósiles. Esto es particularmente importante en el caso de las universidades».
Richard Curtis, cofundador de Make My Money Matter.
El movimiento que aboga por la desinversión de las universidades en combustibles fósiles se ha convertido en un asunto de relevancia a nivel global. La idea de que las instituciones académicas no solo tienen la capacidad de educar y moldear a las generaciones futuras, sino que también tienen la responsabilidad de liderar con el ejemplo en la lucha contra el cambio climático está ganando un eco significativo.
Educar para un futuro… sin futuro
Richard Curtis, cofundador de Make My Money Matter, pone de manifiesto la falta de responsabilidad social y coherencia de las instituciones de educación superior frente a su propósito de educar para el futuro: «¿Por qué motivar a los estudiantes a aprender y, al mismo tiempo, condenarlos a vivir en un mundo en llamas?».
La coherencia entre las acciones de las universidades y sus compromisos climáticos es esencial, ya que estas instituciones tienen un impacto significativo en la formación de las generaciones venideras. Una encuesta realizada en colaboración con Students Organizing for Sustainability, una organización benéfica educativa dirigida por estudiantes centrada en la sostenibilidad, revela que aproximadamente el 75% de los estudiantes creen que sus universidades tienen la responsabilidad de abordar el cambio climático.
Además, el 60% de los encuestados expresó su preferencia por que sus universidades no estén asociadas con bancos que financian combustibles fósiles. Casi un tercio (29%) de los estudiantes indicó que se sentiría incómodo continuando su educación si descubriera que su universidad estaba vinculada a un banco que apoya iniciativas relacionadas con los combustibles fósiles. Esto demuestra que los estudiantes están cada vez más conscientes de la importancia de la coherencia climática en sus instituciones educativas y de su capacidad para presionar a favor del cambio.
Universidades a desinvertir en fósiles
Emma Robertson, directora de iniciativas de propietarios de activos en ShareAction, una organización que promueve la inversión responsable y sostenible, señaló: “Las universidades tienen una oportunidad más allá de sus inversiones para enviar un mensaje claro a las empresas, incluidos los bancos, para que intensifiquen las acciones y lleven nuestras economías a cero emisiones netas”.
En este contexto, el llamado a las universidades a desinvertir en combustibles fósiles no es solo una declaración de intenciones, sino también una acción concreta que puede contribuir a la transición hacia una economía más sostenible y limpia. Las universidades desempeñan un papel fundamental en la formación de futuros líderes y profesionales que desempeñarán un papel clave en la lucha contra el cambio climático.
La campaña que ha evidenciado la falta de coherencia en la responsabilidad social de las universidades pone de manifiesto que en un momento crítico como el actual, y llama con urgencia a universidades a desinvertir en fósiles. Se requiere la colaboración de todos los sectores, especialmente de aquellos que tienen la responsabilidad de educar y preparar a los líderes que enfrentarán los efectos del cambio climático.
«Los bancos son, con diferencia, los mayores financiadores y dependen en gran medida del sector de la educación superior para la contratación, la reputación y los negocios, mientras que su financiación de combustibles fósiles contradice la investigación académica, las políticas universitarias y las necesidades de los estudiantes», subrayó Nat Gorodnitski, de Students Organizing for Sustainability.
