Por Emilio Guerra Díaz
Hace muchos años el reconocido y destacado empresario José Ignacio de Nicolás fue seleccionado de una terna para dirigir la novel Junta de Asistencia Privada de Sinaloa. En esos momentos era una Junta sui géneris pues su nacimiento había sido marcado por un intenso trabajo de líderes sociales del estado provenientes de trabajo social, asistencial, de base y de desarrollo, quienes además de organizar una serie eventos para conocer y discutir qué implicaciones se tendrían al contar con una ley de asistencia privada para el estado, cómo afectaría o beneficiaría a la filantropía en la entidad; también recibieron asesorías de expertos en materia legal para organizaciones sin fines de lucro como Consuelo Castro Salinas, Don Fernando Castro y Castro, Clara Jusidman, Martín Amaral (qepd) y su esposa Luz María, Laura Bremer y otros ciudadanos.
Al ser designado como Presidente de la JAP, de inmediato José Ignacio de Nicolás estructuró un equipo para dirigir los trabajos de la naciente Junta de Asistencia Privada de Sinaloa entre los que incorporó a Mario Córdoba y Martín Amaral. Al equipo vendrían a sumarse otras personas más como la actual Secretaria Técnica, la Lic. Lydia Peinado Aguirre y Laura Bremer.
Con su atinada visión como empresario, de Nicolás reflexionó respecto a los pasos que debiesen seguir para realizar un trabajo efectivo. Mario Córdoba, entonces Secretario de la JAP-Sinaloa inició un scouting para conocer el quehacer de diversas organizaciones en el Distrito Federal y además recibió el encargo de su Presidente de visitar el Centro Mexicano para la Filantropía, lugar donde quien suscribe estas líneas colaboraba como Director de Información y Servicios.
Mario Córdoba llegó un viernes alrededor de las 14:45 cuando ya casi nadie se encontraba en la sede pues el horario de oficina determinaba que el personal salía 15 minutos antes. De la recepción me llamaron para ver si era posible atenderlo en consideración de que venía de Sinaloa. Con gusto acepté atender a Mario considerando que dispondría de algunos minutos. Sin embargo, esos minutos se convirtieron en horas, pues de inmediato trabamos una amistad que con el paso de los años se ha vuelto muy sólida aunque Mario se encuentra ahora realizando otras labores.
Esta anécdota permite reflexionar en torno a lo que ha significado el desarrollo de la JAP-Sinaloa porque en su bien nacer, en tan pocos años se volvió un referente respecto a lo que las instituciones de asistencia privada necesitan en cualquier entidad donde hay junta (no todos los estados en México cuentan con una).
Las particularidades del nacimiento de la JAP-Sinaloa, la conformación de la terna por parte de las mismas organizaciones y la selección del Presidente, marcaron una diferencia sustancial respecto a otras juntas, pero quizá el rasgo más valioso fue que desde el primer día esta junta ha actuado como un facilitador para el desarrollo institucional de sus afiliadas.
Por ello, la administración de José Ignacio de Nicolás sentó las bases para diversos programas que ubicaron el papel de la Junta como un socio y no un inquisidor como sucedía con otras. Si, cumpliendo las responsabilidades encomendadas a un organismo como las Juntas de Asistencia, es decir, velar, cuidar, supervisar y asegurar que las donaciones que las instituciones reciben sean bien utilizadas, pero a esa labor se le dejó su carácter administrativo.
En cambio estructuró varios servicios para sus socios. Les apoyó a llevar correctamente la contabilidad, ofreció consultorías y asesorías administrativas, fiscales y contables. Desarrolló un programa de fortalecimiento de Patronatos para que las organizaciones cuenten con un órgano de gobierno activo, participativo y comprometido. Esta Junta con el tiempo ideó y veo crecer el desarrollo de los Patronatos al celebrar la Reunión Anual de Patronos para llevar información valiosa a todas las personas que participan voluntariamente en esos niveles directivos.
Impulsó además la impartición de talleres con temas de vanguardia y con reconocidos ponentes de todo el país. Pero también ha sabido desarrollar sus recursos humanos locales de ciudades importantes como Mochis, Mazatlán y por supuesto Culiacán. Lydia Peinado y otros amigos fundaron el Capitulo Sinaloa de la Association for Fundraising Professionals.
En la administración de José Ignacio de Nicolás se impulsó la creación del Día Estatal de la Filantropía (25 de noviembre) dentro del cual se entrega un reconocimiento a una organización por sus méritos de servicio y utilidad pública que consiste en un Diploma, una escultura y un premio económico.
Esta junta no quita, da. Como saben los lectores hay un mandato que las JAP obtienen 6 pesos de cada mil que recibe una institución de asistencia privada como donativo para que aquella pueda realizar su trabajo de supervisión. En el caso de Sinaloa, la junta colecta esa cantidad, pero retribuye a cada una de las más de 100 IAP’s con diversos servicios. Por ejemplo, a menudo hace campañas de procuración de fondos y donaciones en especie para apoyar la labor de las instituciones miembro.
La JAP-Sinaloa también organiza el Sorteo de la Filantropía cada año. Lo recaudado, quitando gastos de operación, es para las instituciones de asistencia privada que deciden participar, no para la junta. En la reciente edición, la décima, se vieron beneficiadas 48 organizaciones con un monto de 33 millones de pesos y algunos vehículos.
En los años que ha venido operando la JAP Sinaloa ha marcado escuela y la joven dependencia ha estado enseñando a las maduras y se ha convertido en modelo a seguir. De hecho las juntas confluyen en la CONAJAP (Consejo Nacional de Juntas de Asistencia Privada) con la finalidad de mejorar su desempeño, compartir experiencias y contribuir a fortalecerse a si mismas como también a las instituciones de asistencia privada que tienen como beneficiarias. Sinaloa ha aportado muchas ideas.
Pues bien. Tanto la JAP-Sinaloa como la del Distrito Federal se encuentran hoy en procesos de renovación del Presidente. En el caso de Sinaloa porque el anterior Presidente renunció para ocupar un cargo en la administración estatal. Respecto a la capital del país debido a que Rogerio Casas Alatriste concluye en unos días más su periodo. La terna para quien habrá de sucederlo ya se encuentra en manos del Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno, pues de acuerdo a la legislación tendrá que elegir a uno de los candidatos.
Los tres candidatos son, en estricto orden alfabético: Carlos Ludlow Saldívar, Carlos L. Madrid Varela y María Pilar Parás González. Esta es una terna de ases por la calidad profesional de cada uno de ellos. Veamos por qué. Siguiendo ese orden:
Carlos Ludlow Saldívar proviene del sector empresarial. Ludlow es uno de los fundadores de una asociación civil muy exitosa: Pro Empleo Productivo, organización que contribuye a apoyar acciones para constituir un micro empleo y hasta Pymes. Un acierto del modelo ha sido incluir talleres donde se aborda la autoestima y la administración personal. Las dos vertientes importantísimas porque la primera combate la depresión que causa el haber perdido un empleo y la segunda para iniciar cambios radicales que sean la base para la gerencia efectiva de una pequeña empresa.
Carlos Madrid se desempeñó simultáneamente como Director de las fundaciones Banorte y Gruma, adicionalmente a esas responsabilidades colaboraba con el Patronato del Hospital Infantil de México Federico Gómez y eso le permitió tener una amplia relación tanto con asociaciones civiles como con instituciones de asistencia privada. Carlos es miembro de la Association For Fundraising Professionals y cuenta con amplia experiencia en todas las causas sociales que atiende la asistencia.
Pilar Parás González es conocida por su firme compromiso con la educación. Fundó Pro Educación y ha tenido una vida vinculada a la filantropía por el ejemplo de su padre y madre. Ha estado vinculada con la Fundación Merced por muchos años donde ha sido Presidenta del Consejo Directivo. Ha colaborado en comunidades en materia de desarrollo integral.
Sea cual fuese la decisión del Jefe de Gobierno, el sector asistencial de la capital del país tendrá a un excelente líder. Sin embargo un reto que se plantea para esta y las demás Juntas de Asistencia Privada del país, es incrementar las donaciones desde empresas y sus fundaciones a las instituciones de Asistencia Privada. Para el 20 de febrero ya se habrá esclarecido al sucesor de Casas Alatriste.
Desde el Consejo Directivo
Citó el Presidente del Directorio: “el movimiento se demuestra andando”, pues la Fundación Telefónica está realizando un intenso trabajo en varios frentes. El cambio estratégico de la empresa de ser una prestadora de servicios de voz, a evolucionar a una empresa de servicios digitales, además de abrir nuevas y bastas posibilidades a diversos proyectos de desarrollo de Tecnologías de la Información, le ubica adelante de sus competidores directos. En estos días, recordó el Presidente, la Fundación Telefónica firmó un convenio con Editorial Planeta y otro con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey. Por otra parte, la Fundación Telefónica entregó premios a alumnos de comunicación que desarrollaron innovadores proyectos en 4 categorías.
El consejero responsable del desarrollo institucional señaló que Tijuana Innovadora tendrá dentro de poco su evento anual y que ha llamado la atención que en breve tiempo se ha colocado como una de las actividades más relevantes para el norte del país.
La Secretaria del Consejo Directivo señaló que Fundación Helvex es un buen ejemplo sobre como las donaciones en especie agregan valor a las organizaciones civiles. Helvex tiene abierta su convocatoria para brindar apoyo con sus productos a aquellas asociaciones que están remodelando o ampliando sus instalaciones para brindar un mejor servicio para los beneficiarios.